MADRID 21 Abr. (EUROPA PRESS) -
Expertos en nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) han destacado, con motivo del Día Internacional de la Madre Tierra, este viernes, la importancia de llevar una dieta saludable y sostenible basada en alimentos de origen vegetal y reducir el consumo de carnes.
A fecha de hoy en España se consumen más de 100 kilogramos de carne por persona al año, equivalentes a unos 275 gramos diarios, cuando la recomendación general limita esta cantidad a 300 gramos a semanales. Para evolucionar hacia unos niveles saludables y sostenibles, en España, según IMEO, habría que reducir un 84 por ciento la ingesta actual de carne y fomentar en un 80 por ciento la alimentación de origen vegetal.
"Debemos ser conscientes que nuestra dieta afecta no sólo nuestra salud, pero también la salud del Planeta", ha recalcado el experto en nutrición y portavoz del Instituto, Rubén Bravo, quien ha destacado la necesidad de "transformar el sistema alimentario actual para revertir la curva de los impactos negativos sobre el medio ambiente, y este cambio empieza desde la forma en la que confeccionamos nuestro propio plato".
Otro reto "inminente" en esta línea sería la reducción de los altos niveles de obesidad en la población. De hecho, se estima que cada persona obesa es responsable de la emisión de casi una tonelada más de CO2 por año que una delgada, lo que provoca unas mil millones extra de toneladas de emisiones de dióxido de carbono.
Por todo ello, los expertos en nutrición del IMEO han aconsejado escoger y combinar las fuentes de proteína vegetal y animal, teniendo en cuenta su biodisponibilidad y valor nutricional, para lograr esta proporción ideal sin riesgo de carencias.
Y es que, según la ONU, en 2030 la población mundial alcanzará los 8,6 billones de personas, lo que dispararía la demanda de alimentos, suponiendo un reto para el sector a la hora de ofrecer alternativas a la proteína de origen animal que aseguren la sostenibilidad de la cadena alimentaria.
En este sentido, las legumbres son vitales para la salud alimentaria mundial, ya que su producción es sostenible, barata y respetuosa con el medio ambiente. "Para reducir el consumo de fuentes animales y realizar una alimentación 80 por ciento vegetal, es necesario elegir bien las proteínas vegetales y saber combinarlas para no tener déficit de aminoácidos, ni de vitaminas mayormente provenientes de fuentes animales, como son algunas vitaminas del grupo B o minerales como el hierro", ha sostenido la nutricionista Andrea Marqués.
Tradicionalmente, las fuentes animales han sido las más elegidas por ser completas en cuanto a composición de aminoácidos esenciales (proteínas de alto valor biológico), fáciles de asimilar. Actualmente se sabe que las proteínas de origen vegetal, también pueden cubrir estos requerimientos de aminoácidos, si se consumen de forma adecuada, ayudando así a reducir el consumo de proteínas animales y el impacto negativo de su producción sobre el planeta.
"En primer lugar, debemos procurar que el aminoácido limitante, aquel que falta en una fuente proteica de origen vegetal, o que está presente, pero en escasa cantidad, quede cubierto. Esto no sería un problema, si la ingesta de vitaminas y minerales es adecuada y si se lleva una alimentación variada con frutas, vegetales e hidratos de carbono complejos, además de las proteínas", ha zanjado Marqués.