MADRID, 17 Mar. (EUROPA PRESS) -
Un estudio del Instituto de Tecnología de Illinois (Estados Unidos) ha demostrado que el consumo diario de dos tazas de mango, apenas unas 100 calorías, puede ayudar a reducir los niveles de concentración de insulina y mejorar la sensibilidad a la insulina en adultos con sobrepeso u obesidad e inflamación crónica de bajo grado.
Los resultados, publicados en la revista 'Nutrients' subrayan cómo unas sencillas elecciones dietéticas podrían contribuir a reducir el riesgo de afecciones crónicas como la diabetes de tipo 2, estrechamente vinculadas a la salud cardiaca.
El estudio, realizado en con 48 adultos de entre 20 y 60 años, examinó cómo afectaba a la inflamación y la sensibilidad a la insulina el consumo de mangos frescos en comparación con un alimento de control calórico (helados italianos) en adultos con sobrepeso y obesidad con inflamación crónica de bajo grado.
Los resultados mostraron que los participantes que comieron mango experimentaron reducciones significativas de la resistencia a la insulina, medida por el Homeostasis Model Assessment of Insulin Resistance (HOMA-IR). La función de las células beta, la capacidad del páncreas de producir y liberar insulina para gestionar concentraciones normales de glucosa, también mejoró significativamente cuando se midió mediante el índice de disposición (DI), un marcador clave de la eficacia con la que el organismo regula los niveles de azúcar en sangre.
Al cabo de cuatro semanas, las concentraciones de insulina en respuesta a una prueba de tolerancia oral a la glucosa (PTGO) del grupo del mango eran significativamente inferiores a las del inicio del estudio, mientras que en el grupo de control no se observaron cambios.
"Controlar la glucemia no consiste sólo en vigilar los niveles de azúcar en sangre, sino también en mejorar la sensibilidad a la insulina --afirma Indika Edirisinghe, doctora y profesora de Ciencia de los Alimentos y Nutrición--. Nuestro estudio sugiere que añadir mangos frescos a la dieta puede ser una forma sencilla y agradable para las personas con sobrepeso u obesidad de favorecer una mejor función de la insulina y reducir el riesgo de diabetes tipo 2".
A pesar de ingerir alimentos calóricamente comparables, la composición corporal permaneció estable en el grupo del mango, mientras que el grupo de control experimentó un ligero pero significativo aumento de peso corporal.
Otros resultados del estudio, financiado por la Junta Nacional del Mango de Estados Unidos, mostraron que los marcadores de inflamación (IL-6, TNFa, hs-CRP) y los niveles de glucosa no fueron significativamente diferentes entre los dos grupos al final del estudio, lo que convierte al mango en un sustituto cardiosaludable de los dulces comparables desde el punto de vista calórico. Tampoco hubo diferencias entre las intervenciones en el colesterol total en ayunas, el colesterol LDL, el colesterol HDL o los triglicéridos.
"La mejora de la sensibilidad a la insulina en el grupo del mango, sin cambios en el peso corporal, es digna de mención, lo que refuta las ideas erróneas sobre el contenido natural de azúcar del mango y su impacto en la obesidad y la diabetes --afirma Edirisinghe--. Estos resultados apoyan investigaciones anteriores que muestran que comer mango no conduce a un aumento de peso, y aunque el mecanismo exacto es aún desconocido, el papel de la mejora del estado antioxidante del consumo de mango puede ser el factor mediador en el control de la glucosa en sangre".
Estos hallazgos refuerzan aún más la importancia de la fruta fresca, en particular del mango, como parte de un estilo de vida cardiosaludable y de unos hábitos alimentarios que ayudan al control de la glucemia, la gestión del peso y el bienestar general.