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Actualizado: lunes, 10 abril 2017 9:03

   MADRID, 10 Abr. (EUROPA PRESS) -

   Las lombrices rechonchas que almacenan un tipo particular de grasa viven más tiempo que sus homólogos más esbeltos, según un estudio realizado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, en California, Estados Unidos.

   Esta acumulación de grasa y el consiguiente aumento de la vida de los gusanos pueden estimularse simplemente alimentando a los animales con ácidos grasos monoinsaturados, como los presentes en el aceite de oliva.

   Como muchas especies comparten patrones similares de metabolismo de grasa, es posible que los hallazgos pudieran extenderse a otros animales, incluidos los humanos, creen los investigadores. El hallazgo, del que se informa en 'Nature', sugiere que la acumulación de un tipo específico de grasa en realidad puede ser beneficiosa, algo que fue una sorpresa para los investigadores porque la restricción calórica severa también ha demostrado extender la vida útil de muchos animales.

   "Sabemos desde hace tiempo que los cambios metabólicos pueden afectar a la vida, pero esperábamos que los animales de larga vida en nuestro estudio estarían más delgados", afirma Anne Brunet, profesora de Genética en Stanford. "En cambio, resultaron ser más gordos. Esto fue una sorpresa", afirma Brunet, que también es directora asociada del Centro Paul F. Glenn de Stanford para la Biología del Envejecimiento, y realizó el trabajo junto al graduado Shuo Han.

   Los investigadores comenzaron su estudio como una forma de explorar la epigenética, un proceso por el cual los organismos modulan su expresión génica en respuesta a señales ambientales sin cambiar la secuencia subyacente de su ADN. En este caso, los científicos estaban viendo cómo los complejos de proteínas epigenéticas, que añaden o eliminan etiquetas químicas en la maquinaria de envasado de ADN de la célula, podrían interactuar con los cambios metabólicos en un gusano redondo para afectar a su vida útil.

   "Es bien sabido que los complejos de proteínas epigenéticas y las vías metabólicas afectan a la vida de muchos animales --resalta Brunet--. Pero hasta ahora no sabíamos por qué, o si estos dos procesos estaban ligados de alguna manera". Han y Brunet se propusieron examinar el efecto del bloqueo de la actividad de un complejo de proteínas llamado COMPASS sobre el metabolismo de los gusanos redondos de laboratorio, un modelo animal popular para estudios de longevidad debido a su vida relativamente corta y facilidad de cuidado.

   Juntas, las proteínas COMPASS añaden etiquetas químicas denominadas grupos metilo a un componente de la maquinaria de envasado de ADN de una célula llamado histona. La presencia o ausencia de esta etiqueta afecta a si el ADN sigue enrollado herméticamente como el hilo en un carrete o se despliega para permitir que sus genes se expresen.

   La reducción del número de marcas de metilo en la histona mantiene el ADN inaccesible y los investigadores en el laboratorio de Brunet habían demostrado previamente que los gusanos que carecían de la actividad de COMPASS vivían un 30 por ciento más que sus compañeros. "Pensamos que esta modificación epigenética causada por COMPASS podría imitar la restricción dietética --relata Brunet--. Así que empezamos a mirar el metabolismo y el contenido de grasa de los gusanos carentes de actividad COMPASS".

MENOS RIESGO DE ENFERMEDADES DEL CORAZÓN Y DIABETES

   Han destaca que los gusanos carentes de un complejo funcional COMPASS no sólo vivían más tiempo que sus compañeros, sino que también acumulaban grasas en sus intestinos. Una inspección más cercana con una técnica analítica denominada cromatografía de gases acoplada con espectrometría de masas demostró que la grasa era principalmente una clase específica llamada ácidos grasos monoinsaturados, el mismo tipo de grasa que se encuentra en el aceite de oliva, las nueces y los aguacates.

   "Fue emocionante, pero entender por qué esto estaba pasando llevó algo de tiempo", dice Brunet. Eso es porque COMPASS actúa principalmente en el tejido de la línea germinal, que fabrica los huevos y el esperma; pero la grasa observada por Han se acumulaba en el intestino.

   Han descubrió que la inhibición de la actividad COMPASS en la línea germinal causó de algún modo un aumento específico en la expresión de enzimas que convierten las grasas poliinsaturadas en grasas monoinsaturadas en las tripas de los animales. Aunque el método de comunicación entre la línea germinal y el tejido intestinal todavía está bajo investigación, el hallazgo fue intrigante.

   Los seres humanos con dietas ricas en grasas monoinsaturadas han demostrado tener menor riesgo de enfermedades del corazón y diabetes y algunos estudios han demostrado que los centenarios almacenan más grasas monoinsaturadas que los no centenarios.

   "Queríamos saber si esta acumulación de grasas monoinsaturadas era importante para la vida --apunta Brunet--, así que alimentamos directamente con grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas a los gusanos. Descubrimos que las grasas monoinsaturadas se acumulaban en las tripas de los gusanos y aumentaban su peso, incluso sin mutación de COMPASS, mientras que las grasas poliinsaturadas no tuvieron el mismo efecto".

   Los investigadores están trabajando ahora para entender cómo la acumulación de ácidos grasos monoinsaturados trabaja para extender la vida útil. Algunas posibilidades incluyen la disponibilidad de energía rápida en la grasa almacenada o el hecho de que la grasa puede proporcionar una fuente accesible de moléculas de señalización basadas en lípidos para facilitar la comunicación entre células o tejidos. Alternativamente, las grasas monoinsaturadas pueden ayudar a preservar la fluidez de las membranas lipídicas que encierran y protegen las células.

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