MADRID, 15 Abr. (EDIZIONES) -
Igual nunca te habías parado a pensarlo, pero los huevos los sueles comprar en el supermercado empaquetados, y no suelen estar refrigerados. Realmente, ¿cuál es el mejor sitio para almacenarlos? ¿A temperatura ambiente o bien en el frigorífico una vez llegan a nuestra casa?
Pedimos ayuda en Infosalus a Bárbara Pérez, dietista-nutricionista y tecnóloga de los alimentos, quien recuerda que, según la legislación actual, se recomienda no refrigerar los huevos antes de su venta porque así se evita que en el transporte, así como en todo el proceso de comercialización haya cambios de temperatura, lo que provocaría una condensación de agua en la capa superficial de los huevos y facilitaría la entrada de microorganismos por la cáscara del huevo, incurriendo así en un riesgo sanitario.
"Por eso no refrigerar antes de su venta. Luego ya en nuestras casas casi todos los refrigeramos en la nevera se estropean más despacio, y por eso la mayor parte de la gente lo hacemos así porque se estropean menos", remarca la también miembro del Colegio profesional de Dietistas-Nutricionistas de Aragón, quien precisa que incluso hay cajas que precisan la temperatura de conservación idónea.
En teoría, esta experta resalta que es en el frigorífico donde menos oscilaciones térmicas hay, aunque advierte de que la huevera siempre suelen colocarla en la puerta. "Siempre abrimos la puerta y es la parte que más se puede calentar porque es la que está más en contacto con el aire de la cocina; aunque si abrimos poco el frigo puede haber poca oscilación térmica", advierte.
Por ello, la mejor opción en estos casos es guardarlos en un recipiente apto para la conservación de huevos y en aquel estante o zona del frigorífico donde se produzca una menor oscilación de temperatura, aconseja Bárbara Pérez, al tiempo que ve idóneo el taparlos porque no están lavados antes de la venta, ni tampoco cuando los usamos, por lo que son producto sucio.
"En los huevos hay que mirar si tienen fecha de caducidad o de consumo preferente. Muchas veces podemos ver si tienen la cáscara rota o algún desperfecto y en estos casos ya sabemos que el interior puede estar contaminado", advierte.
Otro de los consejos de esta dietista-nutricionista es que, a la hora de cascar el huevo, no hay que hacerlo en el mismo recipiente donde vayamos a comer porque si sale uno malo, ya tienes contaminado todo el recipiente. "Siempre cascar en una zona distinta a la que se va a utilizar. También hay que ver que no tenga ni un olor, ni un color raro", apostilla.
CUIDADO CON LA SALMONELLA
La miembro del Colegio profesional de Dietistas-Nutricionistas de Aragón subraya en este sentido que la principal enfermedad que puede surgir de una mala conservación del huevo es una intoxicación alimentaria llamada salmonella, frecuente especialmente en huevos sin tratamiento térmico, porque con este procedimiento se destruyen bastantes microorganismos. "En mayonesas o en tortillas sin cuajar aumentamos el riesgo de que existan microorganismos. Siempre la preparación del huevo tiene que alcanzar una temperatura de 75 grados", remarca.
Desde la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) recomiendan igualmente no lavar los huevos ni limpiarlos ya que esto podría dañar su cáscara, una barrera eficaz contra la entrada de bacterias; así como cocinar correctamente los alimentos que lleven huevo hasta que la clara y la yema estén cuajados.
LOS HUEVOS CARACTERÍSTICAS, PROPIEDADES
En último lugar, Bárbara Pérez destaca que siempre han tenido mala fama los huevos pero, por suerte, esta se ha desterrado y casi todo el mundo es ya consciente de que son bastante ricos en proteínas: "El mito de que tenían colesterol ya se ha desterrado totalmente".
Su consumo hoy en día no tiene ni un mínimo ni un máximo, antes sí, y dice que se pueden comer de 5 a 7 unidades a la semana perfectamente. Desde la Fundación Española de Nutrición (FEN) reconocen que el huevo es un alimento de elevado valor nutritivo, y con un aporte de energía no muy elevado (84 Kcal/unidad de tamaño medio), siendo su proteína "de máxima calidad", por su elevado poder biológico.