MADRID, 31 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) ha advertido de los peligros de Halloween para los niños alérgicos a alimentos, ya que cualquier golosina puede contener alguno de los alérgenos más comunes como la leche, frutos secos o huevos, y han ofrecido una serie de consejos para prevenir riesgos.
Los alergólogos han recordado que para las personas con algún tipo de alergia alimentaria esta festividad se puede convertir en una desagradable sorpresa. "Cualquier golosina puede contener algunos de los alérgenos más comunes como son la leche, frutos secos o huevos", han alertado desde la SEAIC.
Los principales síntomas de alergia a un alimento suelen ser picores, ronchas o habones en la piel, hinchazón de labios, vómitos, diarrea o síntomas respiratorios entre otros; e incluso en los casos más graves se puede experimentar una reacción anafiláctica, el tipo de reacción alérgica más grave y que puede ser incluso mortal.
Para evitarlos, el Comité de Alergia de Alimentos de la SEAIC ha compartido a serie de consejos para que todos, alérgicos y no alérgicos disfruten de la noche de Halloween.
CONSEJOS PARA UNA NOCHE DE HALLOWEEN SIN SUSTOS
Como primera medida se pueden organizar actividades alternativas que no incluyan comida como juegos o concursos de disfraces; se pueden regalar juguetes, lápices de colores u otros objetos divertidos y seguros. Si se celebra una fiesta en casa es importante preguntar si entre los invitados se encuentra algún alérgico a los alimentos y consultarle qué alimentos, golosinas y bebidas son seguros para él. Además, es conveniente dedicar unos minutos para que le explique qué hacer y cómo usar la medicación en caso de una reacción.
Asimismo, los alergólogos recomiendan utilizar recipientes separados y bien identificados para evitar contaminación cruzada, así como evitar el látex para preparar alimentos, en el maquillaje y en los regalos, ya que muchas personas alérgicas a alimentos también lo son al látex. También hay que evitar disfraces con máscaras o maquillajes que oculten la cara, pues pueden dificultar la identificación de una reacción alérgica y empeorar los síntomas de asma o dificultad para respirar.
Si los niños van a salir a pedir dulces, hay que asegurarse de que el niño o adulto con alergia alimentaria salga siempre acompañado de un adulto capaz de identificar y tratar una reacción alérgica, así como comprobar antes de salir que se lleva toda la medicación de rescate que el alergólogo/a del niño ha recomendado, especialmente la adrenalina autoinyectable.
Una vez los niños vuelven a casa con los dulces, se debe leer cuidadosamente el etiquetado de todos los productos antes de comerlos y desechar aquellos sin etiqueta o si no está clara. Para evitar cestas sin chuches en el niño alérgico, éste puede llevar sus propias golosinas seguras.
En el colegio, siempre deberían estar informados (profesores y monitores) sobre la presencia de una alergia a alimentos y cómo actuar en caso de reacción. Si van a realizar alguna actividad relacionada con Halloween es útil pedir información o sugerir que sea libre de comidas, pero si es inevitable se deben llevar sus propios productos bien identificados para evitar reacciones.
Por último, en caso de reacción, hay que mantener la calma y recuerda las instrucciones del alergógolo; pedir ayuda, administrar la medicación, acudir al centro sanitario más próximo o llamar al 112. Si la persona que asiste al afectado no sabe cómo usar el autoinyector de adrenalina, hay que llamar al 112 y explicar la situación, y ellos le ayudarán.