MADRID, 25 Sep. (EDIZIONES) -
La sensación de hinchazón abdominal después de comer, o 'meteorismo', como así se la denomina en términos médicos, se debe a la fermentación de los carbohidratos (azúcares y harinas) y de la fibra soluble de la dieta (presentes en las frutas, verduras, legumbres, cebada, salvado de avena o nueces y semillas), por las bacterias intestinales que se encuentran en todo el tracto digestivo, pero en mayor abundancia en el colon o en el intestino grueso.
"A pesar de ser una queja muy frecuente en la consulta, la producción de gases (como el hidrógeno y el metano) es un proceso normal y necesario, sobre todo después de comer ciertos alimentos. Todos tenemos gases después de comer una fabada. Significa que las bacterias están haciendo su trabajo, es decir, están ayudándonos a digerir alimentos que los seres humanos somos incapaces de digerir", destaca en una entrevista con Infosalus Verónica Martín Domínguez, especialista en Aparato Digestivo del Hospital Universitario La Princesa de Madrid.
Ahora bien, esta experta destaca que el problema surge cuando esta situación puede afectar a la calidad de vida de las personas, produciendo hinchazón excesiva o molesta, dolor abdominal, flatulencia abundante, exceso de eructos, gases incontrolables, o imposibilidad para comer.
¿Nos debemos preocupar? Según aclara esta experta, la distensión abdominal, por sí misma, no indica necesariamente la existencia de una enfermedad orgánica, sobre todo cuando se asocia únicamente a comidas muy flatulentas sobre todo de grasas y de fibra, o cuando está relacionada con el estreñimiento, el estrés, o la menstruación.
"En estos casos es más acentuada por la tarde y mejora por la mañana o tras la defecación, y suele aparecer de forma ocasional o aislada, pudiendo ser una manifestación de un trastorno funcional, es decir, de un trastorno leve, del que no se encuentran alteraciones fisiopatológicas observables en las pruebas diagnósticas", remarca la doctora Martín.
Sin embargo, sí sostiene que cuando aparece de forma diaria, continua, o tras una comida 'ligera', o la hinchazón es excesiva, dolorosa, o si va asociada a otros síntomas o alteraciones analíticas, debemos estar atentos ya que pudiera ser una manifestación de algún otro problema digestivo asociado.
POSIBLES CAUSAS
Con todo ello, la especialista en Aparato Digestivo detalla que las causas del meteorismo son múltiples, pero se pueden englobar en cuatro principales:
La acumulación excesiva de gases está frecuentemente asociada al estreñimiento o un tránsito intestinal lento; también puede deberse a comer deprisa, o tragar aire (aerofagia), con la toma de bebidas gaseosas carbonatadas como refrescos o cerveza; y todo ello puede estar agravado por un estilo de vida sedentario.
Puede ocurrir una producción de gases excesiva por una alteración de la composición de la microbiota (flora bacteriana) normal del individuo, que hace que se produzcan demasiados gases (como hidrógeno, metano, dióxido de carbono, sulfuro de hidrogeno), acompañados de flatos fétidos, dolor o diarrea, tras una comida normal, no abundante o no flatulenta; en algunos casos, las bacterias autóctonas del colon pueden migrar al intestino delgado, produciendo lo que se conoce como sobrecrecimiento bacteriano intestinal; la producción excesiva de gases también puede ser secundaria a otras enfermedades como la celiaquía o las intolerancias alimentarias a carbohidratos (como lactosa, fructosa o sorbitol).
Hay personas que, sin tener un aumento evidente de gases intestinales,se "notan" hinchadas, y esto es por un problema de percepción que se llama hipersensibilidad visceral, es decir, son personas con una mayor sensibilidad a la producción normal de gases, así como un umbral de dolor más bajo; suele estar asociada al estrés y a fenómenos de hipervigilancia digestiva.
La hinchazón abdominal puede ser debida a un mecanismo menos conocido, que se denomina 'disinergia abdomino-frénica', que se asocia con un mecanismo alterado de la acomodación de la pared abdominal; es decir, que la persona distiende o relaja involuntariamente la pared abdominal sin tener exceso de gases.
En este contexto, la doctora Verónica Martín Domínguez resalta que los principales datos de alarma por los que debemos consultar al médico en este tipo de escenarios son por una pérdida de peso, sangre en las deposiciones, náuseas, vómitos, dolor abdominal excesivo, cambio en el ritmo intestinal, aparición reciente de diarrea, que no mejora con dieta astringente, y en caso de haber realizado una analítica en la que se observe anemia; "sobre todo, se debe prestar mayor atención a estos síntomas si se trata de una persona mayor de 60 años", apostilla.
QUÉ HACER PARA EVITAR LA HINCHAZÓN DESPUÉS DE COMER
Así, la doctora Martín mantiene que, antes de empezar a tomar cualquier medicación recomendada por el farmacéutico, o bien 'productos naturales' del herbolario, lo primero que debemos hacer para evitar la hinchazón después de comer es seguir las recomendaciones de una vida saludable: "A veces estamos comiendo alimentos que producen gases y no lo sabemos o, a veces, con un ligero cambio en nuestras costumbres de alimentación podemos conseguir muchos progresos en la hinchazón o incluso eliminarla por completo".
De esta forma, recuerda que las recomendaciones del National Institute for Health and Care Excellence (NICE) para una buena salud intestinal son las siguientes:
Comer sentado en un ambiente tranquilo y sin prisas.
Masticar muy bien los alimentos.
Evitar las comidas copiosas.
Fraccione su dieta en 5-6 pequeñas comidas al día (desayuno, media mañana, comida, merienda, cena).
Intentar mantener unos horarios de comida regulares, no se salte ninguna comida.
Procurar cenar al menos 2 horas antes de acostarse.
Elegir cocciones poco grasas como los hervidos, al horno, plancha, al papillote, al vapor, y evitar los fritos, rebozados y guisos grasos.
En la medida de lo posible, consumir la comida recién hecha y evitar recalentarla.
Hacer ejercicio físico habitual, 2-3 veces por semana, es fundamental para favorecer la digestión, el tránsito y la salud digestiva.
¿ALGUNA DIETA EN ESPECIAL?
En cuanto a las dietas, la especialista en Aparato Digestivo del Hospital Universitario La Princesa de Madrid reconoce que no existe una específica para la hinchazón o el meteorismo, y dice que puede ser "difícil o imposible" para los pacientes identificar con exactitud qué alimentos o componentes de los alimentos pueden ser los causantes de la hinchazón o el dolor.
"En líneas generales, la guía NICE recomienda elegir algunos alimentos (menos flatulentos) y evitar otros que suelen producir digestiones más lentas o pesadas, y además pueden ser menos saludables", ensalza esta experta, señalando a los siguientes:
Consumir cereales como la avena en copos o el arroz inflado (no en exceso); el pan y los alimentos como pastas o harinas integrales son beneficiosas para el estreñimiento, pero suelen producir hinchazón y gases, por lo que se deben consumir con moderación; evitar todo tipo de bollería, de pastelería, de pan congelado o precocinado, galletas de chocolate o mantequilla, snacks, patatas fritas; si quiere tomar galletas, es preferible que sean cracker o maría.
Se pueden consumir pastas (si no hay intolerancia al gluten) tipo macarrones, fideos, tallarines, sémola, sin problema; siempre y cuando las salsas acompañantes sean saludables, sin grasas, mantequilla, sofritos, etc.
El arroz blanco hervido se puede consumir (con moderación en caso de estreñimiento) siempre que sea recién hecho, para evitar consumir el almidón que sale al enfriarse.
Las legumbres consumirlas en moderada cantidad, sin piel, o en puré.
Los lácteos, los yogures, que sean desnatados; puede tomar kéfir; evitar el yogur griego, los quesos curados, los postres lácteos como las natillas o el flan.
Las verduras preferiblemente preparadas cocidas, al vapor o a la plancha; evitando las más flatulentas como la col, la coliflor, los espárragos, los guisantes, la col de bruselas, la cebolla, o el ajo, entre otros.
Tomar al menos una pieza de fruta al día y un máximo de tres piezas al día, sin piel.
Se puede consumir el pollo, conejo, pavo, jamón de York, jamón serrano sin grasa, huevo duro, claras de huevo; evitando la piel del pollo o pavo, embutidos como la sobrasada, las salchichas, el hígado, las hamburguesas, el salchichón, el paté, o el chorizo.
Consumir mermeladas en poca cantidad; de los edulcorantes artificiales, elegir la estevia, aspartame o sacarina, evitar el sorbitol (420), manitol (421) y otros acabados en '-ol', que se encuentran de forma frecuente en productos sin azúcar, 'light', o '0% azúcar'.
En cuanto a bebidas, el café y té descafeinados, los refrescos (preferiblemente no consumir) pero en caso de tomarlos que sean sin gas; zumo de fruta natural, máximo 1 vaso al día; tomar al menos 2 litros de agua al día; evitar el vino, la cerveza y todas las bebidas con alcohol.
Preferir aceites vegetales como el aceite de oliva o de girasol.
Evitar el chocolate, los bombones, o los chicles.
Evitar consumir comida rápida tipo pizza, kebab, salsas comerciales, picantes o comidas muy condimentadas.