MADRID, 25 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un paciente oncológico que no lleva una correcta alimentación y que no incorpora la nutrición como un aspecto fundamental en su día a día podría dificultar la recuperación de la enfermedad, según advierte el director de la Cátedra de Medicina Individualizada Molecular UAM-Merck, Jesús García-Foncillas.
Así se ha pronunciado el experto durante la presentación de la 'Guía de alimentación y hábitos de vida para el paciente oncológico', una iniciativa de la citada cátedra en colaboración con el Instituto Oncológico Oncohealth Institute.
En el abordaje del cáncer, "resulta fundamental considerar al paciente como un todo y tener en cuenta elementos como la alimentación, el ejercicio físico, el estado anímico o el entorno de quienes sufren la enfermedad", señala García-Foncillas. "Si nos centramos únicamente en el paciente y no tenemos en cuenta todos estos elementos que son parte de la persona, no estaremos poniendo en la ecuación de la recuperación todos los valores que se debe", alerta.
Por su parte, la oncóloga Carolina Ortega y la nutricionista Cristina Cruces son las autoras de esta guía, coordinada por el doctor García-Foncillas y la doctora Clotilde Vázquez, y es la primera publicación de sus características realizada a partir del contacto directo con las personas que conviven con el cáncer, con el fin de resolver las dudas que ellas mismas plantean en las consultas, pero, además, recoge cuestiones que en muchas ocasiones no se atreven a preguntar a sus doctores porque hacen referencia a bulos y 'fake news'.
LA ALIMENTACIÓN, PARTE ESENCIAL EN EL TRATAMIENTO CONTRA EL CÁNCER
A menudo, los pacientes oncológicos presentan dificultades para poder alimentarse bien, efectos secundarios que pueden derivarse tanto del propio tumor como de los efectos secundarios de los tratamientos, como el estreñimiento, la diarrea, el reflujo, la alteración, disminución o pérdida del gusto, las náuseas y los vómitos, la sequedad oral, la mucositis, la disfagia y la pérdida o aumento de peso, entre otros.
Esta guía recoge recomendaciones nutricionales y esquemas generales de menús, ya que mantener un adecuado estado nutricional es fundamental para tolerar mejor y completar los tratamientos prescritos, así como para tener una mayor calidad de vida.
Según el experto, un paciente oncológico con un buen estado nutricional va a tener mejor condición psicológica para sobrellevar el diagnóstico de cáncer y los tratamientos, mejor condición física para sobrellevar una cirugía mayor, una mayor tolerancia al tratamiento, un sistema inmune más activo, una menor incidencia de complicaciones infecciosas durante el tratamiento y una menor proporción de ingresos hospitalarios.
"Además, va a tener un estado funcional más fuerte, una mejor calidad de vida y un mejor pronóstico de su enfermedad oncológica", explica el doctor García-Foncillas, quien considera que una intervención nutricional precoz con un plan de tratamiento específico y personalizado constituye "un pilar fundamental" del tratamiento oncológico.
Así las cosas, un adecuado estado nutricional no solo es importante para la recuperación del paciente oncológico, sino que también puede ayudar a reducir significativamente la incidencia de esta enfermedad. De hecho, se estima que entre un 30 y un 50 por ciento de todos los cánceres serían prevenibles mediante estilos de vida saludables y evitando la exposición a carcinógenos ocupacionales, contaminación ambiental y ciertas infecciones a largo plazo.
EL EJERCICIO FÍSICO REDUCE EL RIESGO DE PADECER CÁNCER
Por otro lado, la 'Guía de alimentación y hábitos de vida para el paciente oncológico' también presta especial atención a la práctica de ejercicio físico y a la importancia del soporte psicológico en el paciente oncológico. "El ejercicio físico está recomendado durante y después de los tratamientos, siempre adaptado a cada paciente en cuanto a impacto, intensidad y duración para conseguir el máximo beneficio con el menor riesgo", señala el director de la Cátedra de Medicina Individualizada Molecular UAM-Merck.
Finalmente, y en lo que a la importancia del soporte psicológico en el paciente oncológico se refiere, los autores de la guía destacan que el proceso emocional que acompaña a cualquier persona que padece cáncer consta de varias fases (shock, negación, enfado, aceptación o resignación, fundamentalmente), durante las cuales se experimentan diferentes emociones, que son normales y necesarias para pasar el proceso.
"Si la gestión de las emociones no es la adecuada, puede convertirse en un problema para la persona y para su entorno". Por eso, el soporte psicológico pretende fomentar el autocuidado, aportando las habilidades y la información necesaria para que el paciente pueda afrontar las situaciones de manera adaptativa, gracias al control de las emociones negativas.