MADRID, 7 Dic. (EDIZIONES) -
Muchas veces por el estrés del día a día y las prisas no concedemos el tiempo debido a nuestra comida y, en gran parte de ocasiones, en cinco o diez minutos nos hemos ventilado nuestros platos. Comer rápido significa no masticar bien, un hecho que es más importante de lo que pensamos.
Entre otras muchas funciones, masticar bien es vital para realizar una adecuada digestión. Por ello, los especialistas recomiendan masticar el mayor número de veces un alimento, si no nuestro organismo trabajará con mayor dificultad, entre otros problemas.
"Masticar bien supone conseguir una adecuada fragmentación del alimento ingerido para que pueda deglutirse adecuadamente, y que se pueda mezclar con los jugos salivares para dar comienzo a la digestión. Se conoce desde hace tiempo que el masticar lentamente, y en un número elevado de veces, facilita completar esta fragmentación del alimento", subraya en una entrevista con Infosalus el doctor Francisco José García Fernández, portavoz de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD).
En este sentido, subraya que, un estudio presentado en 2012, en la 'Experimental Biology Conference', demostró que masticar más de 40 veces suponía "un claro beneficio", provocando mayor sensación de saciedad, menor apetito y una menor ingesta global. De igual modo, añade el experto, este trabajo demostró un incremento en la absorción de nutrientes, probablemente por la mayor fragmentación y eficacia en la acción de las enzimas digestivas.
POR QUÉ ES IMPORTANTE MASTICAR BIEN
"La masticación da inicio al proceso digestivo. Rompe los alimentos en pedazos más pequeños que pueden deglutirse con facilidad. Al llegar al estómago de manera más fragmentada, éste tiene gran parte del trabajo realizado, de modo que reduce la fase gástrica de la digestión facilitando el vaciado gástrico. Las personas que realizan una ingesta rápida y con inadecuada masticación se las relaciona con mayores molestias digestivas a modo de pesadez, distensión abdominal, sensación de gases y digestión pesada", advierte el portavoz de FEAD.
Además, sostiene que la masticación también estimula la secreción salival, fundamental para la digestión y para una adecuada salud bucodental y, sobre engordar, el doctor García sostiene que las personas que mastican poco y comen rápidamente tienen menor sensación de saciedad y comen mayor cantidad de comida.
"De igual modo, el masticar mal induce una serie de alteraciones en los niveles de glucosa e insulina en sangre, que pueden favorecer el tener más apetito, y secundariamente engordar por aumento de la ingesta. Un problema importante de la mala masticación, y que puede suponer un riesgo vital es la impactación alimentaria, que se produce al deglutir un bolo alimenticio voluminoso y compacto, y poco lubricado", avisa el especialista.
Según indica, este alimento mal masticado se atora en el esófago provocando un importante dolor torácico, además de otras posibles graves complicaciones como la ulceración, una hemorragia, la aspiración pulmonar de secreciones, e incluso una perforación esofágica. "Esta eventualidad se considera una urgencia endoscópica", apostilla.
A su vez, el portavoz de la FEAD aclara que, al no masticar bien no es que el cuerpo trabaje el doble, sino que el estómago tiene que "trabajar mas" por lo que puede producirnos molestias durante la digestión, lo que comúnmente llamamos 'dispepsia'.
Eso sí, destaca que la absorción de los nutrientes se realiza a nivel del intestino delgado, a este nivel se completa la fase de la digestión por las enzimas secretadas por el páncreas. Si la fase oral es insuficiente, los carbohidratos y las grasas no llegan al intestino delgado adecuadamente procesados, de manera que se tiene que intensificar el trabajo del páncreas para garantizar que se completa la digestión y los nutrientes puedan ser adecuadamente absorbidos.
PAUTAS PARA COMER BIEN
Con todo ello, el experto de la FEAD aconseja para una adecuada masticación:
1.- Tener una adecuada higiene bucal. "La falta de piezas dentarias, la presencia de heridas en la mucosa y/o caries dentales dificultan la masticación, de manera que la comida se fragmenta insuficientemente, y además eleva el riesgo de impactaciones alimentarias", indica.
2.- Comer despacio, sin prisa, dando el tiempo suficiente para la masticación e ingerir fragmentos de alimento pequeños para que puedan ser masticados con facilidad.
3.- Evitar comidas a temperatura inadecuada que suponga molestias tenerlas en la boca excesivo tiempo induciendo una deglución precoz.
4.- Evitar hablar mientras se come.