MADRID, 1 Abr. (EDIZIONES) -
El queso es un alimento muy denso nutricionalmente donde hay mucha concentración, mucha cantidad de grasa, de proteína. Es un alimento muy energético, y es más fácil que se relacione con el sobrepeso y con la obesidad que con otras cuestiones.
Ahora bien, según remarca el dietista-nutricionista Aitor Sánchez, "no se puede decir que el queso engorde de forma aislada", porque esto depende de muchas cuestiones, según precisa, si bien aclara que sí se puede afirmar que "su consumo se relaciona con dietas donde hay ganancia de peso".
Y es que, según destaca en '¿Qué pasa con la nutrición'? (Paidós), el queso dentro de los lácteos sobresale por ser uno de los productos más palatables que hay, y resalta igualmente por su consumo hedónico, es decir, que lo comemos por placer, porque nos gusta y nos apetece; lo que hace que muchas personas no puedan prescindir de él e incluso se le pueda considerar "como un producto aditivo".
En cuanto a propiedades nutricionales se refiere, este tecnólogo de los alimentos sostiene que el queso no es preferible a otros lácteos, simplemente tiene una mayor concentración de nutrientes y una mayor densidad nutricional que otros lácteos, un mayor contenido en sal, y conserva principalmente como fracción proteica la caseína de la leche, y no el suero, que es más interesante.
CUÁLES SON LOS MEJORES QUESOS PARA NUESTRA SALUD
Con ello, insiste en que lo más importante a la hora de valorar su lugar en nuestra dieta es tener en cuenta el tipo de queso, "hay muchas clasificaciones", ya que en muchas ocasiones se liga a platos poco saludables; reiterando en que su consumo dentro de nuestra dieta no es imprescindible.
Si nuestro objetivo es potenciar el consumo de calcio, o de proteínas, Aitor Sánchez defiende que hay grupos alimentarios que debemos fomentar antes como las legumbres o los frutos secos.
En cuanto a elaboración reseña que los pasteurizados siempre son mejores; de hecho, en muchas ocasiones dice que se está vendiendo como mérito el que estén sin pasteurizar, si bien esto considera que puede representar "un auténtico peligro para nuestra salud", ya que la leche cruda puede contener bacterias que pueden poner en riesgo nuestra salud, y pasteurizar la leche apenas le cambia calidad al queso.
Los quesos en cuanto a calidad nutricional serán más interesantes en su opinión, según prosigue, aquellos que no tengan un exceso de sal, porque por regla general es un alimento muy rico en sal.
En cuanto a nivel de curación señala este tecnólogo de los alimentos que todo depende de nuestros objetivos nutricionales, y por las concentraciones que tengan: "Si la gente quiere dietas más frugales, o menos energéticas tiene los quesos frescos o más tiernos, y si se buscan sabores más intensos o una mayor concentración de nutrientes, están los manchegos, parmesanos, y los muy curados".
NO A LOS DERIVADOS LÁCTEOS
Por eso, reitera en que todo dependerá de los objetivos nutricionales de cada uno, siendo lo importante no irse a los derivados lácteos que no son quesos, como los falsos quesos de supermercado, o a esos postres lácteos o quesos con sales de fundido "totalmente a evitar".
"Por supuesto que el queso, por sus características nutricionales, tampoco debería tener mucho protagonismo en la dieta porque puede aumentar mucho el aporte energético de grasa y de sal. Por eso siempre debemos tener mucho cuidado con las cantidades que ingerimos de este producto", subraya Aitor Sánchez.
En último lugar, este experto en nutrición hace referencia a aquellos quesos que van acompañados de trufa, o por ejemplo de ajo negro, al romero, al eneldo, con nueces, por poner algunos ejemplos: "Todo esto tiene una muy pequeña cantidad de estos ingredientes y no van a ser la clave de lo que nutricionalmente son. Simplemente, el que lleven por ejemplo algo de trufa es un toque culinario y que le aporta un sabor diferente, pero a nivel nutricional esto no marca la diferencia, lo importante es el queso y el cómo esté hecho".
