¿Podemos evitar que los niños sean malos comedores? 6 consejos para lograrlo

Archivo - Niño sin hambre, malcomedor, no quiere comer. Verduras
Archivo - Niño sin hambre, malcomedor, no quiere comer. Verduras - ISTOCK/JTSORRELL - Archivo
Publicado: miércoles, 29 junio 2022 8:14

    MADRID, 29 Jun. (EDIZIONES) -

   Para los niños pequeños, la comida es un juego y una forma de relacionarse con los padres, con los hermanos y con otros niños. Es habitual la queja de muchos padres de que sus hijos no quieren comer lo que deben. ¿Hasta qué punto está en manos de los padres el evitarlo y lograr que coman de todo?

   El pediatra y jefe de la Unidad de Nutrición y Metabolopatías del Hospital La Fe de Valencia, Isidro Vitoraia, explica en una entrevista con Infosalus que efectivamente el que un niño sano sea poco comedor es relativamente frecuente, y además supone un motivo de consulta de gran preocupación para los padres.

   Se trata de una situación empieza habitualmente entre los 9 y 12 meses de vida, siendo el tratamiento más difícil que la prevención, que debe empezar en el segundo semestre de vida, según aconseja. Para ello, dice que deben seguirse una serie de normas de conducta alimentaria:

   El ambiente de la comida de los niños debe ser relajado y sin prisas. Para ello, se debe disponer de tiempo.

   Además, para los niños pequeños, la comida es un juego y una forma de relacionarse con los padres, hermanos u otros niños. Por eso, hay que presentarle los platos de forma atractiva (por ejemplo, combinando) y ofrecerle por ejemplo distintas presentaciones de un mismo alimento.

   En los niños pequeños a veces hay que intentar dar un mismo alimento hasta 10 veces para lograr que lo acepte. En el caso de niños pequeños y niños mayores, aparte de este método es interesante combinar la presentación del alimento que el niño rechaza junto con aquellos alimentos que más le gustan. Es el caso de incluir en la misma comida el lenguado (alimento que no le gusta, por ejemplo) junto con puré de patata (suponiendo que es el alimento preferido).

   Siempre que se pueda, el niño deberá comer con el resto de la familia y hay que ir dejándole que pruebe los alimentos sanos que toman sus padres o hermanos.

   No se le debe premiar con dulces u otros trucos si se acaba la comida. No se le debe obligar a acabarse la comida.

   Y lo que es más importante, deben disfrutar el niño y sus padres.

   Este experto destaca que el niño no elige la alimentación, sino que los padres son quienes deciden qué es lo mejor para su crecimiento y desarrollo. En este sentido, incide en la importancia de que la alimentación actual del niño de 6 a 12 meses siga una serie de recomendaciones como son evitar que sea una alimentación 'light' copiada de los adultos, dar unas raciones adecuadas no excesivas de alimentos proteicos, evitar un exceso de azúcares, utilizar alimentos de proximidad como las legumbres, evitando la necesidad de usar los mal llamados 'superalimentos' o recordando que las bebidas vegetales no pueden sustituir a la leche materna o la fórmula infantil.

PRINCIPALES ERRORES QUE SE COMETEN

   Por otro lado, este pediatra menciona los que, en su opinión, son los principales errores que cometen los padres en la educación de la alimentación del niño pequeño:

   Distracción: consiste en distraer con la móvil o el video, un hermano que baila, un sonajero que se agita, o la imitación de sonidos de animales.

   Persuasión: persuadir al niño para que coma, porque los alimentos le reportarán beneficios (que el niño no entiende) o porque así se cumplirá algún deseo (vendrá el padre, los Reyes Magos se alegrarán, por ejemplo), que a veces es difícil de comprobar.

   Chantaje: si el niño come se le permitirán determinadas cosas (juguetes, dulces...) o tiempo libre (se le dejará despierto más tiempo...).

   Amenazas: muchos padres han amenazado a sus hijos con promesas que nunca han cumplido ('si no comes, te abandonaré', 'si no comes vendrá el coco'), por lo que suelen tener escasa repercusión.

   Comer a la fuerza: la fuerza física (cerrarle la nariz al niño, abrirle la boca...) de los padres suele acabar contrarrestada con un vómito del niño o una cuchara por el aire.

   Comer a la carta:algunos padres permiten que sus hijos 'malos comedores' elijan entre un menú de posibilidades, lo que a veces desemboca en comer siempre lo mismo.

   Comer entre comidas: ya que el niño es poco comedor se le permite 'picar' entre comidas (leche, bollos...) con lo que obviamente no querrá comer después; en la mayoría de estos casos parece que el comer deja de ser la satisfacción de un deseo y se convierte en un trabajo forzado.

¿Y SI YA NO QUIERE COMER COMO ANTES?

   Por otro lado, el doctor Vitoria reconoce que es habitual que cuando los niños son bebés coman de todo y conforme se vayan haciendo mayores se vuelvan más selectivos. A su juicio, una manera de prevenirlo es ofrecerle al niño los alimentos desde la época de bebé en forma de presentaciones más sólidas o tipo 'baby led weaning', un método que según enumera tiene estas ventajas:

    Fomenta el desarrollo psicomotor al poder el niño aplastar, manipular, y coordinar las manos y los dedos haciendo la pinza con el pulgar y con el dedo índice.

    Desde el inicio de la alimentación complementaria el bebé se autoalimenta, lo que le permite tener una respuesta más fisiológica al ciclo de saciedad-hambre, ya que tiene una mayor autonomía. Así pues fomenta una relación saludable con la comida, ya que el bebé aprende a autorregular la cantidad que toma, es decir, nunca come obligado ni sin hambre, lo que posiblemente sea un factor protector frente a la obesidad.

    Hay una mejor transición a la alimentación sólida, ya que está acostumbrado a texturas más complicadas y no solo a los triturados o a los grumos o al prensado.

   Precisamente, el doctor Isidro Vitoria Miñana,pediatra de la Unidad de Nutrición y Metabolopatías del Hospital Universitario La Fe de Valencia acaba de publicar 'La alimentación del niño pequeño. Consejos y recetas para una buena nutrición infantil' (Plataforma Actual), junto con la dietista-nutricionista del Hospital Sant Joan de Déu (Barcelona) Dámaris Martínez, y con la dietista-nutricionista Verónica Vélez en la Unidad de Nutrición y Metabolopatías del Hospital La Fe de Valencia, un libro este libro está especialmente pensado para los niños de entre 6 meses y 2 años y en el que aborda todas estas cuestiones.

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