MADRID, 3 Dic. (EDIZIONES) -
La Navidad es una época del año que se distingue por las reuniones familiares, por las comidas especiales y copiosas, las celebraciones en el trabajo, por ser en los meses fríos del año, y por el sedentarismo que implican este tipo de eventos sociales y en estas fechas. En consecuencia, cogemos unos kilos de más que a nadie le apetecen.
No obstante, si a pesar de toda esta agenda, aún queremos prevenir el aumento de peso, le pedimos consejo a la nutricionista y co-coordinadora del grupo de trabajo de dietoterapia en la obesidad de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) Cristina Porca.
Y es que esta experta lo tiene claro, cogemos esos kilos de más "por las fechas", cuando siempre tendemos a pensar sólo en la Navidad, pero no son sólo estas dos semanas del año y sus diferentes reuniones las que 'tienen la culpa': "Tendemos siempre a pensar en la Navidad, cuando son 5 comidas o cenas puntuales. Y no es cierto porque si nos paramos a pensar, casi todo el mundo empieza la Navidad desde el puente de la Constitución hasta una semana después de Reyes, porque siempre quedan tarteras o sobras y demás".
Entonces, según insiste, no son esas 4-5 comidas o cenas navideñas las de 'mayor peligro', sino un periodo más largo, donde perdemos todos nuestros hábitos o referencias. "No nos debería afectar tanto, pero solemos ganar de 3 a 5 kilos, y sobre todo por el tiempo, porque no son esas cinco comidas, sino que al final estamos como un mes cambiando todos nuestros hábitos de vida saludable", insiste esta especialista.
COMIDAS MÁS CALÓRICAS Y SEDENTARISMO
Eso sí, reconoce Porca que estas 5 comidas señaladas de la Navidad sí que es cierto que son más calóricas, y generalmente están acompañadas de un consumo de alcohol superior al que estamos acostumbrados, aparte de una gran ingesta de dulces, aparte de que las comidas constan de más de un plato. "Se trata de comidas más abundantes; pero en realidad el mayor problema es la pérdida de hábitos que hacemos a lo largo de este mes", destaca la miembro de la SEEDO.
Aquí recuerda que una persona engorda porque ingiere más de lo que necesita, y es durante este mes o este tipo de eventos donde aprovechamos para consumir alcohol, "un producto hipercalórico y que aporta calorías vacías"; pero es que también disfrutamos de los postres navideños, igualmente muy ricos en azúcares; así como otros alimentos de pobre calidad nutricional. "Vamos sumando estas calorías y, además son fiestas en las que estamos sentados en torno a una mesa, por lo que no sólo comemos más sino que, tradicionalmente en estas fechas, nos movemos menos", agrega.
SÍ PODEMOS PREVENIR ESOS KILOS DE MÁS
Con todo ello, la co-coordinadora del grupo de trabajo de dietoterapia en la obesidad de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad afirma con rotundidad que "por supuesto" está en nuestra mano evitar desde ya el aumento de peso: "Realmente tenemos que centrarnos en que son 4-5 comidas/cenas, y que el resto del tiempo tenemos que seguir con nuestras buenas rutinas y buenos hábitos instaurados el resto del año".
En su opinión, no se trata de hacer compensaciones extrañas, "ni cosas raras", por que vayamos a hacer comidas más grandes. "Hay personas que como en la cena de Nochebuena prevén que van a pasarse ya no comen, o no ayunan ese día. Con esto se consigue el efecto contrario, se llega con mucho apetito, se pierde la referencia del resto del día, y se devorará en esa cena. Se logra un efecto rebote", advierte.
POR UN DÍA NO PASA NADA SI EL RESTO ES VIDA SALUDABLE
Por tanto, para no coger kilos de más en estas fechas y prevenirlos desde ya la miembro de SEEDO apuesta por mantener las rutinas habituales, sin saltarse esas comidas, sin pasarse demasiado en esas comidas festivas, pero sabiendo que son 4-5 comidas, y que no pasa nada siempre y cuando el resto de días de las fiestas y la alimentación de estas fechas esté compensado.
Recomienda el resto de fechas seguir una dieta adecuada, equilibrada, "nuestra dieta que hacemos siempre", y en esas fechas concretas atender a las cantidades de los postres, "que están ricos pero que tampoco tienen demasiado interés desde el punto de vista nutricional". Considera que, obviamente, podemos probarlos, aunque remarca que no hay por qué acabarse el roscón en ese día o todo el turrón, sino que podemos optar por tomar una cantidad limitada y no perder de vista la alimentación saludable.
"No por ser Nochebuena se puede cambiar el que de cena haya un primer plato de verdura. Esto es una buena idea o costumbre que debería introducirse en esos platos de este tipo de celebraciones como un hábito normal, o por ejemplo decantarse por un postre como la piña, pero en pocas cantidades", agrega.
También ya que tenemos tiempo en familia, o de vacaciones, ve con buenos ojos aprovechar estas ocasiones para hacer juegos en movimiento, salir a la calle, pasear, aprovechar para ver las luces, salir con los niños y no olvidar la práctica regular de deporte.
NO AL EJERCICIO PARA COMPENSAR
Advierte en este punto sobre la práctica de ejercicio para compensar los excesos navideños: "Si nos centramos sólo en las calorías puede tener su lógica el intentar moverse más, pero dentro de la normalidad, porque cuando ya pensamos sólo en compensar la comida con el ejercicio entramos en un círculo vicioso del que luego es muy difícil salir. Sólo así conseguimos que no haya una relación saludable entre el ejercicio y la alimentación, que siempre nos interesa tenerla. Estar más activos está bien, pero no usar el deporte como una excusa para comer todo lo que tenemos delante de la mesa".
Reitera en este sentido Cristina Porca que, si todo el año nos estamos cuidando, porque un día hagamos una comida diferente "no pasa nada". Es más, defiende que "esto es sano", es una relación saludable con la comida, y ayuda a ver la alimentación en un contexto de alimentación/salud mental que es fundamental. "Lo importante del día siguiente no es hacer locuras por compensar, 'voy a ayunar y no como porque me he pasado comiendo', sino el volver a las rutinas. Si la base es buena no hay problema. El problema está cuando es la excusa perfecta para comer de aquella manera a lo largo del mes", subraya la nutricionista.
Aprovechar este tiempo que tenemos ahora en Navidad para utilizar la cocina y el tiempo para cocinar en familia, "que a veces se nos olvida", es otro de sus consejos en este sentido. "Vamos siempre deprisa y olvidamos que comer no sólo es un acto de engullir, sino que también tiene una relación social y familiar importante", resalta.
Por tanto, para estos días previos a las fechas navideñas, si no queremos subir de número en la báscula debemos mantener una alimentación saludable, con un buen aporte diario de frutas y de verduras, además de consumir legumbres, cereales integrales; "y si se come carnes, pescados y huevos que sean de la mejor calidad posible y no ricos en grasa", concluye la co-coordinadora del grupo de trabajo de dietoterapia en la obesidad de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) Cristina Porca.