Es posible que te duela la cabeza por no comer bien
MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
Las cefaleas o dolores de cabeza son recurrentes en nuestra sociedad. De hecho, de forma general, cuando se habla de dolor de cabeza se dice que más del 90% de las personas, sobre sin son todo mujeres, han tenido en algún momento de su vida un dolor de cabeza, como cefaleas primarias (tensional o migraña); o bien un dolor de cabeza asociado a un proceso infeccioso, o a un problema de salud que pueda acompañarse de dolor de cabeza.
Así nos lo explica en una entrevista con Infosalus el doctor Pablo Irimia, coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología (SEN), quien detalla que, dentro de los dolores de cabeza, lo más frecuente es que se trate de una cefalea primaria, es decir, que no haya una enfermedad detrás que pueda ocasionarla, como un tumor o una hemorragia, por ejemplo.
Los dolores de cabeza que más se ven en consulta son la migraña y la cefalea tensional, tal y como apunta este experto, este último el típico dolor de cabeza "que todo el mundo ha podido tener cuando se está más cansado o no se ha dormido bien, o un dolor asociado a veces a contracturas musculares, a última hora del día y que, en general, mejora con descanso".
"Las migrañas es un dolor más intenso e incapacitante, con un componente genético detrás, y que se produce porque se da una dilatación e inflamación de las arterias del cerebro, y eso provoca el dolor de cabeza. Afecta sobre todo a mujeres, y de forma general tiene migraña el 12% de la población. Es el dolor de cabeza que más se ve en consulta porque suelen ser crisis de varios días, un dolor caracterizado por ser en un lado de la cabeza, como un latido, acompañado en ocasiones de sensibilidad a la luz, al ruido, y a los olores y acompañado de náuseas, vómitos, y que empeora con actividad física", describe.
¿PUEDE DOLER LA CABEZA POR NO COMER BIEN?
Con ello, preguntamos a este experto neurólogo por si nos puede doler la cabeza por no comer adecuadamente a lo que responde afirmativamente: "Sí, puede doler la cabeza por una alimentación indebida, especialmente en el caso de la migraña, donde hay una mayor asociación con los alimentos".
Es más, el doctor Irimia precisa que en cuanto a la alimentación y a las migrañas hay dos puntos a tener en cuenta. Primero, habla de que las personas con migraña son muy sensibles a los cambios en sus hábitos de vida, de forma que si cambian los horarios de la comida, se hace ayuno prolongado, se celebra una comida copiosa, todo esto podría desencadenar una crisis de migraña: "Es por ello por lo que se les pide a los pacientes que lleven hábitos muy regulares, sobre todo de cosas que pueden controlar como mantener horarios de comidas, así como el sueño; porque son posibles desencadenantes".
En segundo lugar, señala que, dentro de las personas con migraña algunas pueden identificar alimentos desencadenantes de crisis de migraña, como pueden ser los quesos curados, los frutos secos, y en algunas ocasiones la comida china (determinados elementos de ésta, como el glutamato monosódico, sobre todo).
"En general, las personas con migraña tienen también la tendencia de que cuando comen muchos alimentos precocinados, o de repostería industrial, pueden desencadenar una crisis de migraña; de tal forma que deben llevar dieta regular, mediterránea, y evitar todo lo que son alimentos procesados, precocinados, y repostería industrial", agrega el coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología.
NO TODOS LOS DESENCADENANTES DE MIGRAÑA SON COMUNES
Eso sí, el doctor Irimia advierte de que los desencadenantes no son comunes a todas las personas y se deben identificar aquellos que pueden darles dolor. "Hay gran variedad de alimentos. En general, las personas con migraña identifican más como posibles desencadenantes a los alimentos precocinados, tipo los embutidos, salchichas, a veces incluso la leche que no es desnatada, la bollería industrial, los cítricos, los frutos secos, y luego cada uno debe encontrar sus alimentos", subraya.
Por otra parte, indica este neurólogo que hay personas que hacen dieta para reducir la migraña y no notan ningún efecto, o no saben identificar qué alimentos les pueden resultar desencadenantes de cefalea. De hecho, en este punto remarca este doctor que desde las consultas no se recomienda ninguna dieta concreta para las migrañas, sino evitar aquellos alimentos que se sepan que pueden desencadenar una migraña en un momento concreto.
TAMBIÉN EL NO ESTAR BIEN HIDRATADO
A su vez, recuerda el doctor Irimia que el no estar bien hidratado puede influir en el desarrollo de una migraña. "Algunos médicos recomiendan que durante una crisis de migraña, si la persona puede, que intenten hidratarse más de la cuenta por si pudiera ser la causa del dolor de cabeza. El deporte en algunas personas es desencadenante, y en parte puede ser debido a la deshidratación que pudiera inducir", apostilla este experto de la Clínica Universidad de Navarra.
Con todo ello, recomienda este especialista que, como norma general, para evitar el desarrollo de una migraña las personas mantengan un horario general de comidas, evitar el exceso de alcohol, así como el uso excesivo de cafeína, dado que, según precisa, tomar mucho café puede hacer que desarrolle dolor de cabeza continuo, o hacer que los fines de semana, y ante un menor consumo, se pueda tener dolor de cabeza por deprivación.
Fuera de eso, el doctor aconseja identificar qué alimentos pueden dar dolor de cabeza. Eso sí, reconoce que el problema de la migraña, como en otras muchas enfermedades, es que los desencadenantes no ocurren de forma aislada.
Por ejemplo, cita que, en el caso del alcohol, algunas personas cuentan que a veces les da dolor de cabeza y otras no. "Esto puede ocurrir porque ha cambiado el tiempo, un desencadenante de migraña; la persona tiene estrés, o es una mujer que está con la menstruación, un momento muy predispuesto a tener dolor de cabeza. Pero si otro día no tiene la regla, está relajada, y ha descansado bien, no se desencadena el dolor. De manera que los desencadenantes actúan de manera conjunta en personas con predisposición genética a tener la enfermedad, por eso a veces es tan difícil identificarlos", añade el miembro de la Sociedad Española de Neurología.