Este simple cambio en tu dieta podría reducir el riesgo de infarto hasta un 36%

Archivo - Alimentos que contienen proteínas. - ISTOCK - ARCHIVO

MADRID 8 Dic. (EUROPA PRESS) -

Los patrones dietéticos saludables que con frecuencia fomentan las pautas pueden contener una variedad de ingesta de proteínas animales y vegetales, sin embargo, se desconoce la proporción óptima en la dieta para la prevención de enfermedades cardiovasculares.

Para descubrir cuál es la proporción ideal, investigadores de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard en Massachusetts (EEUU), hicieron un segimiento a casi 203.000 hombres y mujeres durante 30 años. Los investigadores calcularon la ingesta total de proteínas de cada participante, medida en gramos por día, así como su ingesta específica de proteínas animales y vegetales a lo largo del estudio.

Si bien las pautas alimentarias mundiales recomiendan una mayor ingesta de proteínas vegetales, la proporción ideal entre proteínas vegetales y animales sigue siendo desconocida, y este era el objetivo de la investigación. El estudio es el primero en investigar esta proporción y cómo afecta a la salud.

Lamentablemente este objetivo no fue resuelto pero sí descubrieron otros datos interesante que inclina la balanza a favor de la proteína vegetal. Y, sobre todo, la cantidad óptima de proteína vegetal y animal atendienco a porciones/día.

Lo primero que confirmaron es que consumir una dieta con una proporción más alta de proteínas de origen vegetal que de origen animal reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares (ECV) y enfermedades coronarias; además es probable que estas reducciones de riesgo se deban a la sustitución de carnes rojas y procesadas por proteínas vegetales. Los investigadores también observaron que una combinación de consumir más proteínas vegetales y una mayor ingesta de proteínas en general proporcionaba los mayores beneficios para la salud cardíaca.

La investigación, que se ha publicado en 'American Journal of Clinical Nutrition', muestra que el estadounidense promedio consume una proporción de proteína vegetal a animal de 1:3. "Los hallazgos sugieren que una proporción de al menos 1:2 es mucho más eficaz para prevenir la enfermedad cardiovascular. Para la prevención de la enfermedad coronaria, una proporción de 1:1,3 o superior debería provenir de plantas", afirma la autora principal Andrea Glenn, científica en el Departamento de Nutrición y Estudios Alimentarios de la Universidad de Nueva York.

Los investigadores utilizaron 30 años de datos sobre dieta, estilo de vida y salud cardíaca de casi 203.000 hombres y mujeres inscritos en los Estudios de Salud de Enfermeras I y II y en el Estudio de Seguimiento de Profesionales de la Salud. Los participantes informaron su ingesta alimentaria cada cuatro años. Los investigadores calcularon la ingesta total de proteínas de cada participante, medida en gramos por día, así como su ingesta específica de proteínas animales y vegetales. A lo largo del período de estudio, se documentaron 16.118 casos de enfermedad cardiovascular, incluidos más de 10.000 casos de cardiopatía coronaria y más de 6.000 casos de accidente cerebrovascular.

Después de ajustar el historial de salud de los participantes y los factores sociodemográficos y de estilo de vida, el estudio encontró que comer una proporción más alta de proteína vegetal a animal se asoció con menores riesgos de enfermedad cardiovascular y cardiopatía coronaria.

En comparación con los participantes que consumieron la proporción más baja de proteína vegetal a animal (1:4.2), los participantes que consumieron la proporción más alta (1:1.3) tuvieron un 19% menos de riesgo de riesgo cardivoascular y un 27% menos de riesgo de cardiopatía coronaria. Estas reducciones de riesgo fueron aún mayores entre los participantes que comieron más proteína en general.

Aquellos que consumieron la mayor cantidad de proteína (21% de la energía proveniente de la proteína) y se adhirieron a una proporción más alta de proteína vegetal a animal vieron un 28% menos de riesgo de ECV y un 36% menos de riesgo de CHD, en comparación con aquellos que consumieron la menor cantidad de proteína (16% de la energía). No se encontraron asociaciones significativas para el riesgo de ictus y la proporción; sin embargo, reemplazar la carne roja y procesada en la dieta con varias fuentes vegetales, como nueces, mostró un menor riesgo de accidente cerebrovascular.

Los investigadores también examinaron si hay un punto en el que comer más proteína vegetal deja de tener beneficios adicionales o incluso podría tener implicaciones negativas. Descubrieron que la reducción del riesgo de cardiovascular comienza a estabilizarse alrededor de una proporción de 1:2, pero que el riesgo de enfermedades coronarias continúa disminuyendo con proporciones más altas de proteína vegetal respecto de proteína animal.

Según los investigadores, es probable que estas reducciones de riesgo se deban a la sustitución de la carne roja y procesada por varias fuentes de proteínas vegetales, en particular frutos secos y legumbres. Se ha descubierto que estas sustituciones mejoran los factores de riesgo cardiometabólico, incluidos los lípidos en sangre y la presión arterial, así como los biomarcadores inflamatorios. Esto se debe en parte a que las proteínas vegetales suelen ir acompañadas de grandes cantidades de fibra, vitaminas antioxidantes, minerales y grasas saludables.

"La mayoría de nosotros necesitamos empezar a cambiar nuestra dieta hacia proteínas de origen vegetal. Podemos hacerlo reduciendo el consumo de carne, especialmente la roja y procesada, y comiendo más legumbres y frutos secos. Este patrón alimentario es beneficioso no solo para la salud humana, sino también para la salud de nuestro planeta", ha afirmado el autor principal Frank Hu, profesor de Nutrición y Epidemiología Fredrick J. Stare en la Escuela Chan de Harvard.

En general la recomendación es que la proteína animal, particularmente la carne roja y procesada, se reemplazace óptimamente con legumbres y nueces. Siendo la mejor proporción la de más cantidad de proteína vegetal a la semana, o cómo mínimo la misma. Asimismo, reconoce que pueden ser necesarios alimentos fortificados y suplementos cuando la ingesta de proteína vegetal es superior al 80 por ciento.