MADRID, 21 May. (EDIZIONES) -
Que levante la mano quien no haya merendado alguna vez un buen bocadillo de chorizo de Pamplona. En España la cultura del bocadillo está súper arraigada. Y es que el bocadillo representa un 'must' en muchas meriendas de los españoles, especialmente durante la infancia, pero hay expertos que se resisten a ello y prefieren optar por otras alternativas más saludables.
Este es el caso de la doctora María Mimbrero, una cardióloga formada en el Hospital Clínic de Barcelona, y actualmente especialista de esta área en el Hospital Universitari de Bellvitge (Cataluña), donde colabora con un proyecto de rehabilitación cardíaca.
Como divulgadora y apasionada de la prevención a través del estilo de vida, acaba precisamente de publicar 'Cambia tus hábitos. Nutrición para prevenir enfermedades y vivir mejor' (Integral), un manual en el que pone en cuestión la idoneidad o no para nuestra salud de la ingesta de bocadillo, entre otros hábitos en nuestra nutrición.
"Tenemos que cambiar muchas cosas de nuestra alimentación, rediseñar nuestra dieta y saber que lo que se ha hecho siempre no está tan bien porque ahora somos más sedentarios que antes. Los bocadillos nos están matando y si forman parte de nuestra dieta diaria no vamos bien", afirma.
EL PROBLEMA DE LAS HARINAS REFINADAS Y DEL EMBUTIDO
Antes los necesitaban bocadillo, prosigue esta experta, pero ahora ya no se hace tanto deporte como antes, aparte por supuesto de que la calidad del pan ha disminuido muchísimo con harinas de mala calidad y fermentaciones cortas, que hace un pico de azúcar en sangre muy elevado y de forma rápida.
Además, insiste en que otro 'pero' que pueden tener los bocadillos es que hoy en día es que se acompañan de embutido, cuando es carne procesada, y relacionada por la OMS y otras instituciones sanitarias de relevancia con el cáncer de colon, así como un producto de mala calidad, "por lo que no deberíamos consumirlos de forma habitual".
"Los bocadillos suelen estar compuestos en un 70% de pan de harina refinada, y por un 30% de embutido. (...) Las harinas refinadas del pan son inflamatorias, y lo que metemos dentro de ellos es casi peor, y eso cuando no se le ponen salchichas ultraprocesadas o beicon con queso", añade.
A su juicio, esto representa el "combo perfecto" entre los carbohidratos de absorción rápida y las grasas saturadas, "un combinado con potencial aterosclerótico que las personas consumen a diario sin darse cuenta de su potencial para provocar enfermedades".
OTRAS OPCIONES MÁS SALUDABLES SON MÁS QUE POSIBLES
Así, insiste esta cardióloga en que deberíamos pensar en otras opciones de alimentación más nutritivas y saludables al bocadillo, especialmente en el caso de los niños, "pero tampoco se trata de desterrarlos para siempre de nuestra dieta".
Ojo, aquí sí que remarca que se les puede hacer un bocadillo de pan integral, pero cuya base sea vegetal, a partir de hummus, tomatitos cherry, con crudités, o por ejemplo otra opción podrían ser unos yogures naturales con fruta y frutos secos. "Podemos hacerlos más pequeños, de pan integral y con un relleno más saludable que los embutidos. Podemos comer, a media mañana, un bocadillo pequeño de pan integral con hummus, aguacate, y tomate, por ejemplo; o de queso fresco con tomate y con orégano", agrega.
Es más, sostiene que debemos insistir en la ingesta de fruta y focalizarnos en los vegetales. "Otra buena alternativa la protagonizan unas tortitas de pancakes, o unos gofres saludables", añade.
"Muchos pacientes son obreros o trabajadores y comen bocadillos a media mañana, así como a mediodía y ahí se convierte esto en un problema. A mí me duelen las arterias coronarias de pensar que este es su alimento, y que los vegetales brillan por su ausencia en su alimentación. Si quieres comer un bocadillo, cada dos días, de pan integral de calidad, y lo acompañas de hummus con tomatitos o con pepino, o bien con una tortilla o con queso de calidad, no estaría mal. Ahora bien, si el bocadillo se convierte en ese alimento recurrente en el que basamos nuestra dieta es cuando es un problema", reitera la cardióloga.
Realmente debemos dejar de pensar en ellos como base de meriendas o de comidas de media mañana y empezar a sustituirlos por fruta, remarca la doctora Mimbrero, y aporta un nuevo argumento: "Desplazan esa fruta con frutos secos que sí son alimentos saludables y con propiedades que nos pueden alargar la vida. El bocadillo se queda pobre a nivel de nutrientes y de fibra. Y el problema es que con su ingesta desplazamos alimentos saludables".
ALIMENTOS QUE DEBEMOS CONSUMIR PARA VIVIR MÁS Y MEJOR
Con todo ello, esta especialista del Hospital Universitario de Bellvitge insiste en que debemos modificar nuestra alimentación porque esta es clave para vivir "más y mejor", y aboga por un patrón alimentario en el que abunden las frutas y las hortalizas, la comida natural y fabricada en casa, y donde no entran bajo ningún concepto los alimentos ultraprocesados.
"Hay muchos estudios que reflejan que un bajo consumo de fibra y un alto de ultraprocesados nos lleva a tener diabetes, hipertensión arterial, que junto con el sedentarismo, representan un cóctel molotov que lleva en algunas ocasiones a fallecer de forma prematura por enfermedad cardiovascular", alerta esta doctora.
Igualmente, destaca que la mitad de los platos deben estar compuestos de verdura variada; sostiene que se deben incluir las legumbres porque son alimentos que alargan la vida y disminuyen la mortalidad cuando se consumen y hacerlo de tres cuatro veces por semana.
Además, apuesta por aumentar la ingesta de cereales integrales (pan, arroz, y pasta siempre integrales); y la parte de proteína legumbres, huevos, pescado y carne un cuarto del plato. Sobre la carne hace un apunte y señala que se debe disminuir su consumo y, en caso de que forme parte del menú, que preferentemente sea carne blanca, la roja de consumo ocasional; y para beber siempre agua, y de almuerzo, postre, o merienda, insistir con la fruta.