MADRID 22 Nov. (EUROPA PRESS) -
Comer más alimentos ultraprocesados puede estar asociado con un mayor riesgo de desarrollar cánceres del tracto aerodigestivo superior (incluyendo la boca, la garganta y el esófago), según un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Universidad de (Reino Unido) y la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC).
Además, los autores de este estudio internacional, en el que se analizaron datos sobre la dieta y el estilo de vida de 450.111 adultos a los que se hizo un seguimiento durante aproximadamente 14 años, afirman que la obesidad asociada al consumo de UPF podría no ser el único factor culpable, según publican en el 'European Journal of Nutrition'.
Varios estudios han identificado una asociación entre el consumo de ultraprocesados y el cáncer, incluido un estudio reciente que analizó la asociación entre estos alimentos y 34 tipos de cáncer diferentes en el mayor estudio de cohortes de Europa, la cohorte European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition (EPIC).
A medida que surgen más datos sobre la relación entre el consumo de ultraprocesados y los efectos adversos para la salud, los investigadores de la Facultad de Medicina de Bristol y el CIIC han querido profundizar en este tema. Dado que muchos de ellos tienen un perfil nutricional poco saludable, el equipo trató de establecer si la asociación entre su consumo y el cáncer de cabeza y cuello y el adenocarcinoma esofágico (un cáncer de esófago) en EPIC podía explicarse por un aumento de la grasa corporal.
Los resultados de los análisis del equipo mostraron que consumir un 10% más de ultraprocesados se asocia con un riesgo un 23% mayor de cáncer de cabeza y cuello y un 24% mayor de adenocarcinoma de esófago en EPIC. El aumento de la grasa corporal sólo explicaba una pequeña proporción de la asociación estadística entre el consumo de UPF y el riesgo de padecer estos cánceres del tracto aerodigestivo superior.
Fernanda Morales-Berstein, estudiante de doctorado del Wellcome Trust en la Universidad de Bristol y autora principal del estudio, explica que "los ultraprocesados se han asociado con el exceso de peso y el aumento de la grasa corporal en varios estudios observacionales. Esto tiene sentido, ya que suelen ser comidas sabrosas, cómodas y baratas, lo que favorece el consumo de grandes porciones y un número excesivo de calorías".
"Sin embargo, fue interesante que en nuestro estudio la relación entre el consumo de UPF y el cáncer del tracto aerodigestivo superior no pareciera explicarse en gran medida por el índice de masa corporal y la relación cintura-cadera", resalta.
Los autores sugieren que otros mecanismos podrían explicar la asociación. Por ejemplo, los aditivos, como los emulgentes y los edulcorantes artificiales, que se han asociado anteriormente con el riesgo de enfermedad, y los contaminantes procedentes del envasado de los alimentos y del proceso de fabricación, podrían explicar en parte la relación entre el consumo de estos alimentos y el cáncer del tracto aerodigestivo superior en este estudio.
Sin embargo, Fernanda Morales-Berstein y sus colegas añaden cautela respecto a sus hallazgos y sugieren que las asociaciones entre el consumo de ultraprocesados y los cánceres del tracto aerodigestivo superior halladas en el estudio podrían verse afectadas por ciertos tipos de sesgo. Esto explicaría por qué encontraron pruebas de una asociación entre un mayor consumo de estos alimentos y un mayor riesgo de muertes accidentales, que es muy poco probable que sea causal.
George Davey Smith, catedrático de Epidemiología Clínica y director de la Unidad de Epidemiología Integrativa del MRC de la Universidad de Bristol, y coautor del artículo, subraya que "los ultraprocesados se asocian claramente a muchos resultados adversos para la salud, pero aún no está claro si realmente los causan o si son factores subyacentes, como los comportamientos generales relacionados con la salud y la posición socioeconómica, los responsables de la relación, como llama la atención la asociación con las muertes accidentales".
Por su parte, Inge Huybrechts, jefa del equipo de Exposiciones e Intervenciones en el Estilo de Vida del CIIC, precisa que "se necesitan cohortes con evaluaciones de la ingesta dietética de seguimiento a largo plazo, que tengan en cuenta también los hábitos de consumo contemporáneos, para replicar los hallazgos de este estudio, ya que los datos dietéticos del EPIC se recogieron en la década de 1990, cuando el consumo de ultraprocesados era todavía relativamente bajo".
Por ello, añade que "las asociaciones pueden ser potencialmente más fuertes en cohortes que incluyan evaluaciones de seguimiento dietético recientes".
Así, defienden que es necesario seguir investigando para identificar otros mecanismos, como los aditivos alimentarios y los contaminantes, que puedan explicar los vínculos observados.
Sin embargo, basándose en el hallazgo de que la grasa corporal no explicaba en gran medida el vínculo entre el consumo de ultraprocesados y el riesgo de cáncer del tracto aerodigestivo superior en este estudio, Fernanda Morales-Berstein, sugiere que "centrarse únicamente en el tratamiento de pérdida de peso, como la semaglutida, es poco probable que contribuya en gran medida a la prevención de los cánceres del tracto aerodigestivo superior relacionados con el consumo de ultaprocesados".
Por su parte, la doctora Helen Croker, Directora Adjunta de Investigación y Política del Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer, añade que "este estudio se suma a un creciente conjunto de pruebas que sugieren una relación entre los ultraprocesados y el riesgo de cáncer".
Indica que "la asociación entre un mayor consumo de estos alimentos y un mayor riesgo de desarrollar cáncer del tracto aerodigestivo superior respalda las Recomendaciones para la Prevención del Cáncer de seguir una dieta sana, rica en cereales integrales, verduras, fruta y legumbres".