MADRID, 30 Oct. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del King's College de Londres en Reino Unido han descubierto que un tratamiento potencial para la alergia al cacahuete proporciona cierto grado de protección pero no cura a un paciente alérgico y esto podría explicar por qué todavía se observan reacciones alérgicas durante el tratamiento.
En el estudio, publicado en 'The Journal of Allergy and Clinical Immunology', los investigadores analizaron muestras de pacientes que sufren de alergia al cacahuete con inmunoterapia oral, POIT por sus siglas en inglés, y descubrieron que no evita que sean alérgicos sino que simplemente suprime la reacción.
POIT funciona reduciendo la sensibilidad del paciente para que pueda tolerar pequeñas cantidades y, por lo tanto, correr menos riesgo de reacciones accidentales a la contaminación de otros alimentos. Lo consigue haciendo que el sistema inmunitario produzca anticuerpos que reducen la respuesta alérgica.
Sin embargo, una revisión reciente ha encontrado que los pacientes que toman POIT tienen más reacciones alérgicas al cacahuete en comparación con los pacientes alérgicos que simplemente evitan comerlo.
En este estudio, los investigadores analizaron muestras de pacientes alérgicos que se sometieron a POIT y descubrieron que aunque suprime las reacciones alérgicas, cuando se eliminaron los anticuerpos protectores, las células alérgicas siguen siendo tan reactivas como antes del tratamiento. Estos hallazgos respaldan el concepto de que, si bien POIT puede proporcionar cierta protección, no 'cura' las alergias.
La autora principal, doctora Alexandra Santos, de King's College de Londres, y Evelina London, del Children's Hospital, comentan: "La inmunoterapia oral puede conferir cierta protección a la exposición accidental como resultado de los llamados 'anticuerpos bloqueantes' y se muestra por la reducción en la reacción de células alérgicas después del tratamiento, pero si eliminamos estos anticuerpos bloqueantes, podríamos ver que las células siguen siendo tan reactivas como antes, lo que confirma que los pacientes todavía son alérgicos y necesitan continuar con la inmunoterapia para mantener la protección".
Los autores utilizaron una prueba conocida como prueba de activación de mastocitos (MAT) para confirmar si los pacientes aún son alérgicos después de POIT y si necesitan continuar tomando maní según el régimen de POIT o si ya no son alérgicos y pueden comer maní libremente.
Los siguientes pasos en la investigación serán para validar estos hallazgos en otras cohortes de pacientes alérgicos al cacahuete tratados con POIT y confirmar que el MAT es útil para controlar la respuesta del paciente a este tratamiento.
La autora principal, doctora Alexandra Santos, del King's College de Londres, señala que "los tratamientos definitivos para el cacahuete y otras alergias alimentarias son muy necesarios. Actualmente, la inmunoterapia es la única opción de tratamiento que podemos ofrecer a los pacientes, principalmente a través de ensayos clínicos, ya que aún no está disponible en la sanidad pública".
"La inmunoterapia se puede administrar por ingestión (inmunoterapia oral), debajo de la lengua (sublingual) o aplicada a la piel como un parche (inmunoterapia epicutanea) --explica--. En mayor o menor medida, las diferentes formas de inmunoterapia pueden hacer que los pacientes alérgicos sean menos sensible, lo que puede protegerlos de la exposición accidental, pero los pacientes siguen siendo alérgicos".
La alergia al cacahuete es una afección potencialmente mortal, que se ha duplicado en las últimas dos décadas y afecta a aproximadamente 1 de cada 50 niños en el Reino Unido. Esta alergia rara vez se supera y es la causa más común de muerte por alergia a los alimentos.