Cáncer de mama
¿Qué es el cáncer de mama?
El cáncer de mama consiste en la proliferación acelerada e incontrolada de células del tejido mamario. Según su localización en la mama existen dos grandes tipos, el carcinoma ductal, que comienza en los conductos que llevan leche desde la mama hasta el pezón (y que supone la mayor parte de los casos) y el lobulillar, que se origina en una partes de las mamas llamadas lobulillos, responsables de la producción de leche.
Síntomas del cáncer de mama
Bultos o tumoraciones en las axilas que son duras al tacto, tienen bordes irregulares y generalmente no duelen.
Cuando el tumor empieza a crecer, pueden aparecer los siguientes síntomas:
En su primera fase el cáncer de mama no suele causar síntomas, lo que pone de relieve la importancia de los controles regulares de las mamas a partir de los 50 años de edad.
Cambios en el tamaño, forma o textura de las mamas o los pezones. En este caso pueden aparecer síntomas como apariencia de piel de naranja o enrojecimiento.
Secreción de líquido sanguinolento, parecido a pus, del pezón.
En el caso de los varones los síntomas son la tumoración, así como el dolor y una sensibilidad excesiva en las mamas.
Cuando el cáncer ya está avanzado pueden aparecer otros síntomas como dolor óseo y en las mamas, úlceras, hinchazón del brazo más próximo al tumor, pérdida de peso, etc.
Tratamiento para el cáncer de mama.
Cada caso requiere un tratamiento personalizado, si bien de forma general contamos con las siguientes opciones:
Quimioterapia. Se trata de un conjunto de fármacos citotóxicos que destruyen las células tumorales. Su principal inconveniente es también puede afectar a las células sanas.
Fármacos biológicos. Se trata de nuevos medicamentos ‘de diseño’ que se adaptan a la biología molecular de la célula tumoral para impedir su crecimiento o proliferación.
Fármacos que interfieren la genética tumoral. Se dirigen a las mutaciones de los genes relacionados con determinados tipos de cáncer de mama.
Hormonoterapia. Indicada en pacientes con tumores con receptores hormonales (estrógenos y progesterona) con el fin de bloquear dichas hormonas relacionadas con el crecimiento del tumor.
Radioterapia. Se basa en el empleo de radiaciones ionizantes como tratamiento del cáncer. Su mayor precisión hace que cada vez el tejido sano afectado sea menor.
Cirugía. El tratamiento clásico del cáncer. Actualmente disponemos de diferentes técnicas quirúrgicas, cada vez más localizadas, como la tumorectomía (extirpar el tumor sin afectar al resto de la mama), siendo la mastectomía (resección completa de la mama) una opción quirúrgica cada vez menos frecuente.
Diagnóstico del cáncer de mama
Existen numerosas pruebas diagnósticas para el tratamiento del cáncer de mama, siendo la mamografía una de las más utilizadas por su elevada seguridad y un bajo riesgo. Son las siguientes:
Mamografía. Sirve para detectar nódulos, tumoresciones en la mama e imágenes anormales que deben estudiarse con otra técnica.
Ecografía de las mamas, que nos sirve para conocer el contenido del tumor (sólido o líquido).
Resonancia magnética. Ayudar a identificar mejor un nódulo o tumoración mamaria o evaluar un cambio anormal en una mamografía.
Biopsia de mama, que nos permite confirmar el diagnóstico de cáncer de mama, así como identificar el subtipo de tumor.
Tomografía computarizada (TAC), Tomografía por emisión de positrones (PET y PET/TAC) que nos dan a conocer si el tumor se ha extendido.
Biopsia selectiva de ganglio linfático centinela. Nos permite conocer si las células tumorales han llegado a afectar a los primeros ganglios linfáticos de la axila.
Una vez confirmado el diagnóstico, el especialista someterá a la paciente a distintas pruebas para determinar la estadificación del tumor con el fin de establecer el tratamiento más adecuado. Los estadios o fases del cáncer de mama van de I a IV, correspondiendo el número más alto a una fase más avanzada de la enfermedad.
¿Cómo se puede prevenir el cáncer de mama?
La prevención del cáncer de mama pasa por minimizar los factores de riesgo identificados y sobre los que se puede actuar a través de conductas saludables.
Así, hay que evitar fumar, ya que el tabaquismo es el factor de riesgo que por sí solo provoca un mayor número de casos de cáncer. También hay que evitar reducir al máximo el consumo de bebidas alcohólicas y, en general, llevar una vida sana y activa, con una dieta rica en frutas y verduras.
Existen otros factores de riesgo a tener en cuenta, como la edad (la gran parte de los casos se dan en mayores de 60 años) y, sobre todo, los antecedentes personales y familiares (si la paciente o sus familiares cercanos han padecido previamente un cáncer de mama, ovario u otras enfermedades en la mama). Un primer embarazo tardío, el haber recibido terapia hormonal sustitutiva durante un periodo prolongado o la menopausia tardía también pueden influir.
Nombre:Dr. Laura Mezquita y Dr. Hernán Cortés-Funes
Centro:Clínica La Luz
Madrid
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