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MADRID, 9 Jun. (EUROPA PRESS) -
El déficit de vitamina D está asociado a un aumento de riesgo a desarrollar determinadas enfermedades como, por ejemplo, cáncer, diabetes, hipertensión, esclerosis múltiple, patología cardiovascular, según ha asegurado el catedrático de Nutrición de la Universidad Rovira y Virgili de Tarragona, Jordi Salas-Salvadó.
El experto se ha pronunciado así durante la conferencia 'Alimentación y Nutrición. Su importancia en Atención Primaria', celebrada en la Real Academia Nacional de Medicina (RANM) y coordinada por el presidente del Instituto Danone, Luis Alberto Moreno, y el académico de número y presidente de Honor del mismo instituto, Manuel Serrano Ríos.
La mayor parte de esta vitamina se obtiene a partir de los rayos solares. En este sentido, y a pesar del importante número de horas de sol al año que hay en España, los últimos estudios realizados han mostrado que hasta el 87 por ciento de los españoles mayores de 65 años tiene insuficiencia de vitamina D debido a la falta de exposición al sol, la poca ingesta de alimentos ricos en esta vitamina, la inadecuada absorción de ésta por parte del intestino, o la presencia de obesidad o sobrepeso.
"Para que el organismo aproveche la vitamina D es necesaria la energía solar, ya que mediante la acción de los rayos del sol el organismo será capaz de sintetizar esta vitamina. En este sentido, para prevenir su déficit es recomendable una prudente exposición solar diaria", ha recalcado Salas-Salvadó.
EN LA INFANCIA Y ADOLESCENCIA PUEDE PROVOCAR RAQUITISMO
Asimismo, el especialista ha advertido de que la ingesta inadecuada de vitamina D y calcio durante la infancia y adolescencia puede provocar raquitismo, lo que dará lugar a la deformación y ablandamiento de los huesos, mientras que en la edad adulta su déficit puede provocar osteomalacia (debilidad muscular) y osteoporosis.
Además de la moderada exposición al sol, prosigue, para prevenir su déficit no deben faltar ciertos alimentos en la dieta como, por ejemplo, el pescado azul, el aceite de hígado de pescado, la margarina, el huevo, la leche, derivados lácteos y alimentos fortificados.
Y es que, esta vitamina participa en la homeostasis mineral, en la regulación de la expresión genética y en la diferenciación celular; estimula la absorción de calcio y fósforo de los alimentos en el intestino delgado, especialmente en el yeyuno; e incrementa en el riñón la reabsorción de calcio y fósforo, siendo esencial para mantener la concentración de estos minerales en la sangre y para la mineralización ósea.
La cantidad diaria recomendada de vitamina D es de 10 microgramos al día, para asegurar la prevención del raquitismo y garantiza el adecuado desarrollo óseo en niños y adolescentes. "La mayoría de niños y adolescentes recibe suficiente radiación solar, lo que suele asegurar niveles adecuados de esta vitamina. No obstante, hay necesidades especiales en momentos puntuales, como es el caso del embarazo, la lactancia o menopausia, donde la ingesta de calcio puede incrementarse hasta los 600 microgramos al día", ha recalcado el experto.
Finalmente, Salas-Salvadó ha destacado el papel que juega el médico de Atención Primaria en esta materia, por lo que ha subrayado la importancia de que en la consulta ofrezca consejos dietéticos al paciente, apostando siempre por una dieta saludable rica en fruta, verduras, legumbres y vitamina D, a la vez que baja en grasas.