MADRID 6 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un estudio dirigido por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Boston (BUSPH) en Estados Unidos, la Universidad de São Paulo en Brasil y la Universidad de Ciudad del Cabo en Sudáfrica muestra que los niños que viven en entornos con una alta carga de tuberculosis tienen un riesgo anual constantemente alto de desarrollar una infección de tuberculosis durante toda la infancia.
El estudio, publicado en la revista 'The Lancet', señala que existe un alto riesgo de infección y enfermedad de tuberculosis en niños de hasta 10 años de edad que viven en áreas donde la propagación de la tuberculosis es común. Se trata del primer estudio de cohorte de nacimiento que evalúa la infección por tuberculosis y la enfermedad activa de tuberculosis durante la primera década de vida de los niños en entornos de alta carga de tuberculosis.
Los nuevos resultados encontraron que hubo una tasa constantemente alta de infección anual de tuberculosis entre los niños del grupo de estudio (entre el 4 y el 9 por ciento) y que más del 10 por ciento de los niños desarrollaron la enfermedad de tuberculosis cuando tenían 10 años de edad. El estudio se basa en un análisis previo realizado por algunos de los investigadores que también encontró altas tasas de infección y enfermedad de tuberculosis en niños de hasta cinco años de edad.
"Estos resultados son sorprendentes y muestran que los niños de estas comunidades de Sudáfrica corren un riesgo extraordinariamente alto", destaca el coautor principal del estudio, el doctor Leonardo Martínez, profesor adjunto de epidemiología en la BUSPH.
"Quizás entre 1.000 y 2.000 niños sudafricanos corren un riesgo mayor de contraer tuberculosis que sus homólogos más jóvenes en los Estados Unidos. Es claramente un problema de salud urgente con impactos a corto y largo plazo en estos niños y sus familias", añade.
Para el estudio, Martínez y su equipo observaron y siguieron una cohorte de nacimiento de 1.137 mujeres embarazadas y sus 1.143 hijos inscritos en el Estudio de Salud Infantil de Drakenstein y que vivían cerca de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, entre 2012 y 2023. Examinaron a los niños para detectar la infección y la enfermedad de tuberculosis a los 6 meses, a los 12 meses y luego anualmente a los que dieron resultados negativos en las pruebas, así como siempre que desarrollaron una infección del tracto respiratorio inferior.
El equipo estimó que, a los ocho años, el riesgo acumulado de los niños de contraer la infección de tuberculosis era de un considerable 36 por ciento. Los nuevos casos de tuberculosis eran más frecuentes durante el primer año de vida y, aunque este riesgo disminuía a medida que los niños crecían, el hecho de que 1 de cada 10 niños padeciera tuberculosis a los 10 años sigue siendo un dato alarmante, ya que presagia que es probable que esta población tenga sistemas inmunitarios debilitados que puedan hacerlos susceptibles a futuros problemas de salud y desafíos más adelante, tanto en la adultez temprana como en la vejez.
Con los medicamentos antituberculosos, la enfermedad es muy tratable y los investigadores descubrieron que los tratamientos preventivos eran ampliamente eficaces para los niños infectados que accedían a esta atención, pero solo una pequeña proporción de la cohorte lo hacía. La mayoría de los niños con infección de tuberculosis que cumplían los requisitos no recibían tratamiento preventivo, y la mayoría de los que contrajeron la enfermedad no habían recibido medicamentos preventivos.
"A pesar de una nutrición razonable y de que casi no había niños que vivieran con el VIH, se observó una tasa de infección y enfermedad de tuberculosis extraordinariamente alta y preocupante en esta cohorte", aporta la doctora Heather Zar , coautora principal e investigadora principal del Estudio de Salud Infantil de Drakenstein. "A muchos niños con tuberculosis se les diagnosticó cuando presentaban neumonía aguda, lo que sugiere que en áreas de alta prevalencia de tuberculosis, los niños con neumonía deberían ser investigados para detectar la tuberculosis".
Como parte de sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, la Organización Mundial de la Salud se ha comprometido a reducir para 2030 la incidencia de la tuberculosis en un 80 por ciento y las muertes por tuberculosis en un 90 por ciento, y a aliviar la carga financiera de las personas y las familias que se enfrentan a esta enfermedad. La reducción de la tuberculosis pediátrica es un componente fundamental de este objetivo y requiere un enfoque multidimensional, afirman los investigadores.
Martínez concluye que todavía queda mucho por hacer para abordar la epidemia de tuberculosis pediátrica en Sudáfrica y otros países con una alta incidencia. "Si queremos reducir la tuberculosis pediátrica a nivel mundial, se necesita un enfoque multisectorial que reúna a investigadores, responsables de políticas, trabajadores de la salud, financiadores y defensores para encontrar soluciones integrales", afirma