MADRID 4 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un 36 por ciento de las personas que ha superado un cáncer acaba sufriendo ansiedad cinco años después de haber iniciado el tratamiento, mientras que un 22 por ciento desarrolla depresión, tal y como ha señalado la presidenta de la Sociedad Española de Psicooncología y profesora del Departamento de Psicología de UIC Barcelona, Tània Estapé.
La psicóloga ha señalado que todos los pacientes coinciden en que "hay un antes y un después" tras sufrir un cáncer y, si bien "el tiempo va aminorando el miedo", estas personas se quedan con una "sensación de vulnerabilidad" tras haber sido "realmente conscientes de la fragilidad de la vida".
A esta situación se añade "el miedo a la recaída, denominado el síndrome de la espada de Damocles, que se ve exacerbado ante visitas de control, molestias corporales...", y también suelen ver su propia imagen deteriorada, especialmente "en casos en que ha habido cambios estéticos o funcionales", lo que conlleva a una "disminución de la autoestima".
Es por ello por lo que la psicóloga ve necesario que los pacientes busquen ayuda en salud mental y, si bien la mayoría de personas que acuden a consulta son mujeres, ha destacado que el porcentaje de hombres, que "antes no acudían a consulta por pensar que era de débiles", va subiendo.
"Diría que, si antes había muchas barreras a la hora de buscar o pedir ayuda, ahora hemos pasado casi al otro extremo", ha añadido Estapé, aunque ha lamentado que siguen faltando profesionales especializados, lo que dificulta prestar esta atención emocional.
Por su parte, la psicóloga y especialista en cuidados paliativos de la Clínica Cuides UIC Barcelona y coordinadora del EAPS Cuides de la Fundación "la Caixa", Ingrid Ramo, ha hablaso sobre la "infradotación" de profesionales de la Psicología en los dispositivos de salud, donde a veces "esta figura es incluso inexistente".
Esta situación ha provocado que sociedades como el Consejo General de Psicología de España (COP) están llevando a cabo acciones para poder implementar la especialidad de Psicooncología y Cuidados Paliativos pues, dada la "complejidad" de la enfermedad, los psicólogos de este ámbito "deben tener unas habilidades y una formación muy específicas".
"El reconocimiento de la especialidad, además de regularizar un itinerario formativo para los profesionales, también haría que se destinaran más recursos en los dispositivos sanitarios", ha agregado.
La especialista ha explicado que el grado de Psicología de UIC Barcelona incluye una asignatura para alumnos de cuarto curso sobre Psicooncología y Psicología de los Cuidados Paliativos, en la que participan otros profesionales especializados con una larga trayectoria profesional.
"Nuestra mirada formativa se enfoca en que los alumnos no sólo adquieran conocimientos específicos sobre la intervención en esta área sino también en las habilidades y actitudes que debe tener el profesional para establecer una relación de ayuda de calidad", ha concluido Ramo.