MADRID, 7 Sep. (EUROPA PRESS) -
El 50 por ciento de los pacientes con sarna no dispone de un documento escrito y claro con las recomendaciones a seguir para su tratamiento, y solo un 36 por ciento ha recibido y cumplimentado una pauta terapéutica adecuada y que incluyera el necesario tratamiento simultáneo de personas convivientes, según un estudio de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) y el Grupo de Trabajo de Epidemiología y Promoción de la Salud de la AEDV, realizado en 186 pacientes con sarna en España.
Los hallazgos, publicados en la revista 'Actas Dermo-Sifiliográficas', también destacan que un 65 por ciento de los pacientes diagnosticados en las consultas de dermatología ha recibido tratamiento escabicida, utilizado para tratar la sarna o escabiosis, previo para al episodio en curso.
En este grupo, se han observado irregularidades corregibles en la cumplimentación del tratamiento que pueden justificar, en parte, los fracasos terapéuticos, y ofrecer actuaciones que pueden implementarse para mejorar el control de la enfermedad, tanto a nivel individual como comunitario.
En un momento en que los casos diagnosticados de sarna o escabiosis en España parecen aumentar, estos hallazgos evidencian que uno de los principales problemas reside en los fracasos del tratamiento ya que los pacientes no tienen una adherencia adecuada.
En una alta proporción de los casos de sarna estudiados el paciente ya había recibido tratamiento. En esos casos, los investigadores han observado varias deficiencias remediables que podrían explicar por qué algunos de estos tratamientos habían fracasado.
Asimismo, múltiples factores podrían estar influyendo en esta tendencia al alza de la enfermedad, incluyendo algunos cambios en costumbres sociales, como el aumento del número de parejas sexuales; el aumento de población anciana, inmovilizada y/o inmunosuprimida; y la tolerancia progresiva del ácaro a los escabicidas disponibles.
Los resultados de los estudios apoyan la hipótesis de que la sarna está en aumento en España, a la vez que existe una preocupación por el posible desarrollo de resistencia al tratamiento y un aumento de presentaciones atípicas.
En este sentido, los objetivos de este estudio han sido describir el perfil demográfico y clínico de los pacientes con sarna atendidos por dermatólogos en España, identificar la posible aparición de formas atípicas de sarna y explorar la frecuencia de fracasos terapéuticos y los factores de riesgo asociados.
Los dermatólogos participantes de 31 hospitales de 15 comunidades autónomas de España registraron 186 casos de sarna activa (51% en mujeres) durante el período de estudio. Para el diagnóstico se requería un nivel de certeza diagnóstica de A, B o C según los criterios de consenso de la Alianza Internacional para el Control de la Sarna.
En general, el 92 por ciento de los pacientes tenía sarna típica y el 66 por ciento ya había sido tratado con un escabicida para el episodio actual. De los pacientes tratados, solo el 36 por ciento había recibido y completado el tratamiento adecuado (incluido el tratamiento simultáneo de todos los miembros del hogar) y el 50 por ciento no había recibido recomendaciones claras por escrito.
Por tanto, una elevada proporción de los casos de sarna atendidos actualmente en las consultas de dermatología en España ha recibido tratamiento previo, indicando que, con frecuencia en estos pacientes el tratamiento prescrito no ha sido eficaz, y en gran parte de estos casos, no se había cumplimentado de forma correcta.
La sarna, una enfermedad infecciosa prevalente a nivel global que afecta a la piel, plantea nuevos desafíos a los especialistas. Esta infección está protagonizando un aumento sostenido de número de casos en los últimos años, tendencia al alza que se vio incrementada coincidiendo con la pandemia COVID-19.
Pese a que no hay registros de incidencia de la enfermedad, tanto a nivel global como en España, se disponen de datos indirectos como el aumento de prescripciones de fármacos destinados a su tratamiento, descrito en el estudio realizado por la AEDV, que indican que su frecuencia está aumentando en los últimos años.
"Es posible que todavía estemos en una ola de intensificación de contagios de sarna, y, en este estudio, se observan aspectos en el manejo de los casos que se pueden mejorar, y que pueden justificar parte de los fracasos terapéuticos", ha reconocido la vicepresidenta de IACS (International Association for the Control of Scabies) y miembro de la Fundación Lucha Contra las Infecciones, la doctora Cristina Galván.
Asimismo, la doctora ha asegurado que "trabajar en la mejora de las deficiencias encontradas ayudará a un mejor control de la enfermedad y a evaluar la efectividad actual de los escabicidas disponibles".
Según ha señalado la experta, "la sarna puede afectar a cualquier persona, de cualquier edad, situación de salud y condición socioeconómica", frente a la creencia errónea de que "es una enfermedad de tiempos pretéritos, vergonzante y relacionada con la suciedad y la pobreza".
Siguiendo esta línea, los investigadores han concluido que, al tratarse de una patología transmisible cuya frecuencia está aumentando, y en la que se confirma la dificultad para eliminarla con los tratamientos disponibles, es importante la coordinación entre dermatólogos, médicos de atención primaria y salud pública para optimizar los tratamientos y el control comunitario de la enfermedad.
Por último, estos hallazgos ponen de manifiesto la necesidad de mejora, y de que los servicios de salud dediquen una mayor atención al control y tratamiento del afectado y de las personas de su entorno, asegurando el correcto entendimiento del proceso terapéutico y que éste se acompañe de material escrito claro y fácilmente comprensible.
También son necesarios estudios que evalúen la eficacia de nuevas pautas terapéuticas como los tratamientos combinados, un mayor tiempo de contacto con la permetrina, y de fármacos nuevos o no considerados como primera opción terapéutica.