MADRID 27 Sep. (EUROPA PRESS) -
El estudio 'BRIDGAP', realizado con la colaboración de Gilead, ha desvelado las barreras que existen para no indicar el tratamiento antirretroviral (TAR) a los pacientes con VIH y ha advertido de que en un 60 por ciento de los casos el médico considera que la indicación "no es absoluta" y prefiere diferir el momento de inicio del tratamiento.
Por tanto, el objetivo de la investigación ha sido estudiar las razones por las que los pacientes no inician el TAR incluso en aquellos casos en los que presentan al menos un criterio de inicio de tratamiento, teniendo en cuenta que en España el acceso al TAR está garantizado para todos los pacientes a través del Sistema Sanitario de Salud.
En este sentido, la investigación ha señalado que el profesional sanitario es más reacio a iniciar el TAR si el paciente presenta enfermedad renal (100%), enfermedad cardiovascular (71%), si la pareja sexual es VIH negativa (67%), el estado CDC es B ó o C (59%), su carga viral es mayor a 100.000 copias/ml (58%) o su edad es superior a 55 años (50%).
Sin embargo, estos casos se encuentran referenciados en las guías como situaciones en las que se debe recomendar comenzar la terapia antirretroviral. Se deduce pues que, no todas las situaciones clínicas en las que las guías de tratamiento indican el inicio de la terapia antirretroviral tendrían el mismo peso para el profesional sanitario.
"Los criterios de inicio de tratamiento están claramente recogidos en las Guías de nuestro país y contamos con una amplia evidencia científica sobre los beneficios que el inicio temprano del TAR aporta al paciente: reducción en la mortalidad, en enfermedades asociadas, en la preservación de la función inmunológica y en la posibilidad de transmitir la infección. Por lo tanto, en los casos que recogen las Guías, los casos de pacientes que no inician TAR deberían ser mínimos", ha comentado el doctor de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital de la Santa Creu y Sant Pau (Barcelona) y ex presidente de Gesida, Pere Domingo.
Asimismo, el estudio ha mostrado que cuando es el paciente quien prefiere no iniciar el TAR, su decisión está relacionada con el tratamiento para la hepatitis B (100 %), si el paciente tiene cirrosis (83 %) o si el recuento de CD4 es inferior a 350/mm (75,9%).