MADRID 26 Jul. (EUROPA PRESS) -
La disfagia orofaríngea (DO), un trastorno de la deglución, puede llegar a afectar al 85 por ciento de los supervivientes de cáncer de cabeza y cuello, quienes ven mermada su calidad de vida al aumentar su riesgo de malnutrición y atragantamiento, además de estar infradiagnosticados, según ha advertido la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) y el Consejo General de Colegios de Logopedas (CGCL) con motivo del Día Mundial del Cáncer de Cabeza y Cuello, que se conmemora este sábado.
"La disfagia se define como la alteración en el transporte del alimento desde los labios hasta el esófago. Puede ser por alteración de la eficacia -el bolo no se transporta de una manera eficaz y por lo tanto no nos nutrimos correctamente- o por alteración de la seguridad -el bolo puede ir a vía respiratoria y producir complicaciones graves como las neumonías aspirativas-", ha explicado la vocal de la comisión de Laringología, Voz, Foniatría y Deglución de la SEORL-CCC, Magdalena Pérez Ortín.
Un estudio realizado por investigadores del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada y la Universidad de Granada fue el que detectó que la gran mayoría de los pacientes de cáncer de cabeza y cuello evaluados presentaban disfagia. La investigación concluye que cerca de la mitad de la variabilidad en la disfagia podía explicarse por factores como la tos, la limitación de movilidad bucal y la mala calidad del sueño, siendo la movilidad bucal el factor más limitante. Por ello, los autores subrayan la importancia de una identificación temprana y adecuada de estos síntomas, así como de una estrategia de tratamiento integral para abordar las secuelas en los supervivientes de cáncer de cabeza y cuello.
La disfagia requiere un equipo interdisciplinar que debe coordinarse en los diversos niveles de atención. "Dentro de lo más habitual hay modificaciones en la dieta, en las texturas, rehabilitaciones logopédicas, abordajes nutricionales y en casos concretos, tratamientos quirúrgicos", ha indicado Pérez Ortín.
Desde el Consejo General de Colegios de Logopedas (CGCL) han subrayado la importancia del trabajo logopédico en las personas con cáncer de cabeza y cuello, incluso cuando se realiza antes de la intervención quirúrgica, pues ayuda a preparar físicamente las estructuras orofaríngeas y permite entrenar y automatizar las diferentes maniobras deglutorias, mejorando así el pronóstico de recuperación funcional tras la cirugía o la radioterapia.
Este año se diagnosticarán 7.603 cánceres de la cavidad oral y de orofaringe y 3.181 de laringe, según el informe 'Las cifras del cáncer en España 2024' de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). El presidente de la comisión de Oncología y Cirugía de Cabeza y Cuello de la SEORL-CCC, Álex Sistiaga, ha hecho hincapié en consultar con un especialista ante cualquier signo de sospecha. "Una herida en la boca (llaga, afta) que no se cura en 15 días, debe ser valorada por un médico", ha añadido.
El cáncer de cabeza y cuello se puede prevenir controlando factores de riesgo como el consumo de tabaco y alcohol y el contagio del VPH. "Más del 80 por ciento de los pacientes con tumores de cabeza y cuello son fumadores, y la mayoría ha mantenido este hábito desde la adolescencia. Es imprescindible educar a la población sobre las consecuencias del tabaquismo", ha apuntado Sistiaga.