MADRID 12 Jul. (EUROPA PRESS) -
Un estudio longitudinal de cohortes de personas con antecedentes de consumo de drogas inyectables ha descubierto que un mayor número de personas que se inyectan drogas están recibiendo tratamiento contra el virus de la hepatitis C (VHC), lo que se asocia con una reducción significativa de la enfermedad hepática y la mortalidad, según publican los autores en la revista 'publican en Annals of Internal Medicine'.
Según señalan, la continuación de las pruebas, el tratamiento y las intervenciones basadas en la comunidad podrían acercar a Estados Unidos a los objetivos de eliminación del VHC para 2030 establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) de Estados Unidos en la próxima década.
El VHC es curable en el 95% de los casos. El reto consiste en identificar a las personas infectadas por el VHC en la comunidad y ponerlas en contacto con la atención y el tratamiento. En regiones de altos ingresos como Estados Unidos, la mayoría de las personas infectadas crónicamente por el VHC son consumidores de drogas por vía parenteral que se enfrentan a barreras estructurales tanto para las pruebas como para el tratamiento del VHC.
También tienen una carga desproporcionada de comorbilidades, como el VIH y los trastornos por consumo de alcohol, que pueden alterar sustancialmente el efecto neto del tratamiento del VHC en la mortalidad.
Investigadores de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de Johns Hopkins estudiaron a 1.323 participantes inscritos en el estudio ALIVE (AIDS Linked to the IntraVenous Experience) entre 2006 y 2019 en Baltimore, Maryland, para evaluar si los las personas que se inyectan drogas accedían a tratamientos totalmente orales contra el VHC y si esos tratamientos reducían la carga de enfermedad hepática y la mortalidad.
Todos los participantes estudiados tenían una infección crónica por el VHC. Se les realizaron pruebas de ARN del VHC cada dos años desde 2006 hasta 2012 y anualmente desde 2014 hasta 2019. Los investigadores descubrieron que la proporción de participantes en los que se encontró ARN del VHC disminuyó significativamente del 100% de los participantes en 2006 al 48% en 2019, lo que representa un aumento sustancial del tratamiento.
Al mismo tiempo, observaron una fuerte asociación entre esta disminución del ARN del VHC y la enfermedad hepática. En este mismo periodo, la cirrosis disminuyó de estar presente en el 15% de los participantes en 2006 y en el 8% en 2019.
Según los autores, dado que el 48% de los participantes en la muestra siguen infectados crónicamente, sus hallazgos también subrayan la heterogeneidad de la aceptación del tratamiento entre estos pacientes y el imperativo de superar estas barreras residuales para eliminar la infección por el VHC en los Estados Unidos.
También añaden que, dado que el objetivo de reducir la mortalidad en un 65% para 2030 es relativo a 2015, el progreso hacia la consecución de este objetivo debe incluir los datos epidemiológicos del VHC recogidos antes de 2015.