MADRID, 3 Jun. (EUROPA PRESS) -
Los investigadores acaban de anunciar el hallazgo de evidencia de la actividad cerebral global de baja frecuencia dependiente del sueño en la eliminación de la acumulación de toxinas relacionadas con la enfermedad de Alzheimer, según publican en la revista de acceso abierto 'PLOS Biology'.
El estudio, realizado por el investigador de la Universidad Estatal de Pensilvania (Estados Unidos) Xiao Liu y sus colegas, revela que esta actividad neuronal de baja frecuencia (<0,1 Hz) estaba más fuertemente relacionada con el flujo de líquido cefalorraquídeo en controles sanos que en los grupos y pacientes de mayor riesgo, y los hallazgos podrían servir como un marcador de imagen potencial para los médicos en la evaluación de pacientes.
Se cree que el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer se debe a la acumulación de las proteínas tóxicas beta-amiloide y tau en el cerebro. El sistema glinfático del cerebro desempeña un papel crucial en la eliminación de estas toxinas, y trabajos anteriores han demostrado una posible relación entre la actividad cerebral global dependiente del sueño y el sistema glinfático al mostrar que esta actividad está acoplada por el flujo de líquido cefalorraquídeo, esencial para el sistema glinfático.
Utilizando 118 sujetos del proyecto de la Iniciativa de Neuroimagen de la Enfermedad de Alzheimer, los investigadores midieron esta actividad cerebral global y el flujo de líquido cefalorraquídeo, además de observar los datos conductuales. Los individuos se sometieron a sesiones de resonancia magnética en estado de reposo con dos años de diferencia, y el equipo comparó sus resultados con marcadores neurobiológicos y neuropsicológicos relacionados con la enfermedad de Alzheimer, como los niveles de la proteína tóxica beta-amiloide.
La fuerza de la conexión entre la actividad cerebral y el flujo de líquido cefalorraquídeo era más débil en los individuos con mayor riesgo o que ya habían desarrollado la enfermedad de Alzheimer. Además, esta conexión más débil se asoció con niveles más altos de beta-amiloide y medidas de comportamiento relacionadas con la enfermedad dos años después.
Esto sugiere un papel importante de la actividad cerebral global dependiente del sueño en la eliminación de los residuos cerebrales, y su conexión con el flujo de líquido cefalorraquídeo podría ser útil como marcador para la evaluación clínica en el futuro.
El doctor Liu añade que "el estudio vincula el acoplamiento entre la actividad cerebral global en estado de reposo y el flujo de líquido cefalorraquídeo con la patología de la enfermedad de Alzheimer. El hallazgo pone de relieve el posible papel de la dinámica neuronal y fisiológica en estado de reposo de baja frecuencia (<0,1 Hz) en las enfermedades neurodegenerativas, presumiblemente debido a su conducción dependiente del sueño del flujo de líquido cefalorraquídeo para lavar las toxinas cerebrales".
Según admite, estos hallazgos "justifican la realización de futuros estudios para comprender plenamente la actividad cerebral global y las modulaciones fisiológicas asociadas, así como su papel en el lavado glinfático y las enfermedades neurodegenerativas".