MADRID, 23 Ago. (EUROPA PRESS) -
La actividad física regular está vinculada a un menor riesgo de infección y gravedad de la COVID-19, incluyendo el ingreso hospitalario y la muerte, encuentra un análisis de datos agrupados de la evidencia disponible, publicado en línea en el 'British Journal of Sports Medicine'.
El análisis sugiere que una actividad física semanal de 150 minutos de intensidad moderada o 75 minutos de intensidad vigorosa parece ofrecer la mejor protección.
Investigaciones anteriores sugieren que la actividad física puede reducir tanto el riesgo de infección como la gravedad de las infecciones respiratorias debido, al menos en parte, a su capacidad para reforzar el sistema inmunitario.
La relación entre la actividad física regular y la gravedad de la COVID-19 no se conoce bien, pero probablemente intervienen factores metabólicos y ambientales, dicen los investigadores, que se propusieron intentar cuantificar el umbral de actividad física que podría ser necesario para disminuir los riesgos de infección y de ingreso hospitalario y muerte asociados.
Buscaron en 3 grandes bases de datos de investigación estudios relevantes publicados entre noviembre de 2019 y marzo de 2022, y de un ramillete inicial de 291, agruparon los resultados de 16.
Los estudios incluyeron un total de 1.853.610 adultos, de los cuales algo más de la mitad (54%) eran mujeres. La edad media de los participantes era de 53 años. La mayoría de los estudios eran observacionales y se realizaron en Corea del Sur, Inglaterra, Irán, Canadá, Reino Unido, España, Brasil, Palestina, Sudáfrica y Suecia.
El análisis de los datos agrupados mostró que, en general, los que incluían la actividad física regular en su rutina semanal tenían un 11% menos de riesgo de infección por el SARS-CoV-2, el virus responsable del COVID-19.
También tenían un 36% menos de riesgo de ingreso hospitalario, un 44% menos de riesgo de enfermedad grave por COVID-19 y un 43% menos de riesgo de muerte por COVID-19 que sus compañeros físicamente inactivos. El efecto protector máximo se produjo a partir de unos 500 minutos de equivalente metabólico de tarea (EMT) a la semana, tras los cuales no se produjeron más mejoras.
Los EMT expresan la cantidad de energía (calorías) gastada por minuto de actividad física, y 500 de ellos equivalen a 150 minutos de actividad física de intensidad moderada, o 75 minutos de intensidad vigorosa.
Los investigadores advierten que el análisis incluyó estudios de observación, diseños de estudio diferentes, evaluaciones subjetivas de los niveles de actividad física y que sólo se refería a las variantes Beta y Delta del SARS-CoV-2 en lugar de ómicron, todo lo cual puede debilitar los resultados.
Pero hay explicaciones biológicas plausibles para lo que encontraron, dicen. Sugieren que el ejercicio regular de intensidad moderada puede ayudar a potenciar las respuestas antiinflamatorias del organismo, así como la aptitud cardiorrespiratoria y muscular, todo lo cual puede explicar sus efectos beneficiosos sobre la gravedad del COVID-19.
"Nuestros hallazgos ponen de manifiesto los efectos protectores de realizar suficiente actividad física como estrategia de salud pública, con beneficios potenciales para reducir el riesgo de COVID-19 grave --concluyen--. Dada la heterogeneidad y el riesgo de sesgo de publicación, ahora se necesitan más estudios con una metodología y un informe de resultados estandarizados".