MADRID, 26 Abr. (EUROPA PRESS) -
Aunque aún no es una realidad diversos grupos investigadores llevan años trabajando en el desarrollo de una pastilla cuyos efectos imiten a ir al gimnasio, que sea capaz de generar en el organismo los beneficios del ejercicio físico sin necesidad de mover un sólo músculo, ayudando, además, a quemar grasas. Esta posibilidad es un sueño para los perezosos que rechazan el ejercicio, para los que acudir al gimnasio sea un auténtico suplicio.
Aún esa posibilidad está lejos de ser una realidad, se ha descubierto que la supresión de la producción de la proteína miostatina mejora la masa muscular y conduce a mejoras significativas en los marcadores de corazón y la salud renal. Este hallazgo, que se ha realizado en un estudio en ratones, es la base para empezar a trabajar en una futura pastilla que sustituya al ejercicio.
El investigador Joshua T. Butcher, del Centro de Biología Vascular de la Universidad de Augusta, en Canadá, ha presentado este trabajo en la reunión anual de la Sociedad Americana de Fisiología en el marco de la reunión de Biología Experimental 2017, que se celebra hasta este miércoles en Chicago, Estados Unidos.
Los investigadores se centraron en la miostatina porque es conocida como un poderoso inhibidor del crecimiento del músculo esquelético, lo que significa que las personas con más miostatina tienen menos masa muscular y las personas con menos miostatina poseen más masa muscular. Los estudios sugieren que las personas obesas producen más miostatina, lo que hace más duro el ejercicio y más difícil fabricar masa muscular.
"Dado que el ejercicio es una de las intervenciones más eficaces para la obesidad, esto crea un ciclo por el cual una persona queda atrapada en la obesidad", afirma Butcher. La obesidad está relacionada con una serie de factores que elevan el riesgo de enfermedades cardiacas y diabetes, incluyendo hipertensión, colesterol alto, resistencia a la insulina y daño renal.
SUPRIMIR UNA PROTEÍNA PERMITE UN MAYOR DESARROLLO MUSCULAR
Los investigadores criaron cuatro grupos de ratones: delgados y obesos con una producción desinhibida de miostatina y magros y obesos que eran incapaces de generar miostatina. Como era de esperar, los roedores que no eran capaces de producir miostatina desarrollaron notablemente mayor masa muscular, aunque los ratones obesos siguieron siendo obesos incluso con más músculo.
Los animales obesos que no fueron capaces de producir miostatina mostraron marcadores de salud cardiovascular y metabólica que estuvieron a la par con sus contrapartes delgados y dramáticamente mejor que los ratones obesos con la producción de miostatina sin inhibir.
"En nuestro musculoso ratón obeso, a pesar de presentar obesidad completa, parece que se previenen varias de estas patologías clave --señala Butcher--. Aunque se necesita mucha más investigación, en este punto la miostatina parece ser un camino muy prometedor para la protección contra la obesidad derivada de la disfunción cardiometabólica".
"En última instancia, el objetivo de nuestra investigación sería crear una píldora que imite el efecto del ejercicio y proteja contra la obesidad. Una píldora que inhibea la miostatina también podría tener aplicaciones para enfermedades musculares, como el cáncer, la distrofia muscular y el sida", añade Butcher.