MADRID, 28 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un ensayo cruzado aleatorio de la Universidad Johns Hopkins (Estados Unidos) ha encontrado una diferencia mínima entre las lecturas de presión arterial (PA) obtenidas en espacios públicos y las tomadas en consultorios privados.
Estos hallazgos sugieren que los espacios públicos pueden ser un entorno aceptable para las pruebas de presión arterial, a pesar de las recomendaciones de las guías clínicas anteriores que aconsejaban entornos tranquilos para la medición de la PA. Los resultados se publican en 'Annals of Internal Medicine'.
Los investigadores de la Universidad Johns Hopkins asignaron aleatoriamente a 108 adultos en Baltimore, Maryland, al orden en el que se les habían medido la presión arterial por triplicado en cada uno de 3 entornos: 1) oficina privada y tranquila (privado y tranquilo); 2) espacio público ruidoso (público ruidoso); y 3) espacio público ruidoso más tapones para los oídos (público y tranquilo) para evaluar el efecto del ruido y el entorno público en las lecturas de la presión arterial.
Los resultados primarios fueron las diferencias entre las presiones arteriales medias obtenidas en cada entorno público y las obtenidas en el entorno privado.
El nivel de ruido promedio en el entorno privado y tranquilo fue de 37 decibeles (dB) y el nivel de ruido promedio en el entorno público fue de 74 dB. En el entorno privado y tranquilo, la presión arterial sistólica (PAS) y la presión arterial diastólica (PAD) promedio fueron 128,9 y 74,2 mm Hg, respectivamente.
En el entorno público ruidoso, la presión arterial sistólica y diastólica medias fueron de 128,3 y 75,9 mmHg, y en el entorno público tranquilo, la presión arterial sistólica y diastólica medias fueron de 129,0 y 75,7 mmHg.
Los resultados indican que las diferencias en las lecturas de presión arterial en espacios públicos ruidosos frente al entorno clínicamente recomendado de una oficina privada son pequeñas y no clínicamente significativas.
Los investigadores afirman que estos resultados respaldan la implementación de programas de detección masiva de hipertensión en entornos como supermercados, lugares de culto y escuelas.