MADRID 17 Mar. (EUROPA PRESS) -
Los niños y adolescentes con baja densidad mineral ósea "tienen un riesgo elevado de sufrir fracturas por fragilidad en la edad adulta", ha explicado el doctor Jenaro Graña Gil, del Servicio de Reumatología del Complejo Hospitalario de A Coruña, quien advierte de que, por lo tanto, "el pico de masa ósea que se consigue al final de la adolescencia es determinante para el riesgo de sufrir osteoporosis a lo largo de la vida".
El experto, que ha participado en el IV curso de Osteoporosis organizado por la Sociedad Española de Reumatología (SER), que ha contado con la colaboración de Amgen y GSK. Además, afirma que los pilares básicos para el buen desarrollo del esqueleto de los niños son una alimentación correcta, la exposición moderada al sol y el ejercicio de carga.
Las fracturas traumáticas en los niños, sobre todo entre los 6 y los 16 años son relativamente frecuentes y pueden afectar hasta el 2% de esta población, siendo mucho más raras, las fracturas por fragilidad. En su opinión, en pacientes con osteoporosis juvenil las fracturas repetidas pueden provocar deformidades en las extremidades y las fracturas vertebrales se asocian a pérdida de altura del tronco y deformidades de la espalda.
En la mayoría de los casos se producen debido a enfermedades o tratamientos que afectan directamente a los huesos o, de manera indirecta, por la inmovilización generada por enfermedades neurológicas graves, endocrinas y relacionadas con el aparato digestivo, patologías reumáticas inflamatorias o tratamientos como los corticoides. Detectar esta enfermedad en edades tan tempranas no es sencillo, pero la presencia de más de una fractura, especialmente si no hay traumatismo o es vertebral, "obliga a estudiar el caso", advierte.
"En las enfermedades que provocan pérdida ósea y fracturas hay protocolos de recomendación de estudio mediante radiografías y densitometría ósea, y en la Artritis Idiopática Juvenil estaría recomendado en aquellos casos con actividad inflamatoria persistente, poliarticulares, con necesidad de corticoides y con baja actividad física", ha añadido.
En las formas primarias, más raras pero en muchos casos más graves, el uso de bisfosfonatos puede dar buenos resultados en la osteogénesis imperfecta, al igual que los casos graves de osteoporosis idiopática juvenil, mientras que los leves "se autorresuelven en dos o tres años", según Graña.
Por su parte, el coordinador del curso y jefe de Servicio del Hospital Universitario de Bellvitge de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona), el doctor Joan Miquel Nolla, ha destacado la importancia de este encuentro, que ya va por su cuarta edición y que los días 25 y 26 de abril también se llevará a cabo en Barcelona.
Como señala, "esta vez se ha dado un paso más, con la incorporación de una sección de práctica clínica en la que los asistentes se han dividido en grupos para analizar y debatir sobre casos extraídos de la realidad asistencial lo que ha favorecido una mayor interacción y dinamismo".