MADRID 1 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los adolescentes son más de tres veces más vulnerables a desarrollar una adicción al cannabis que los adultos, pero pueden no tener mayor riesgo de sufrir otros problemas de salud mental relacionados con la droga, según un nuevo estudio dirigido por investigadores de la University College de Londres (UCL) y del King's College de Londres, en Reino Unido.
El estudio, que se publica en el 'Journal of Psychopharmacology', ha revelado que los adolescentes que consumen cannabis no tienen más probabilidades de presentar niveles más altos de depresión o ansiedad subclínica que los adultos que consumen cannabis, ni son más vulnerables que los consumidores adultos a las asociaciones con síntomas de tipo psicótico.
Estos resultados se basan en otro estudio realizado por el mismo equipo, publicado recientemente en 'Psychopharmacology', que descubrió que los adolescentes no eran más vulnerables a las asociaciones entre el consumo crónico de cannabis y el deterioro cognitivo.
El autor principal, el doctor Will Lawn, de la Unidad de Psicofarmacología Clínica de la UCL e Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King's College de Londres, resalta que "hay mucha preocupación sobre cómo el cerebro adolescente en desarrollo podría ser más vulnerable a los efectos a largo plazo del cannabis, pero no encontramos pruebas que apoyen esta afirmación general".
"La adicción al cannabis es un problema real del que los adolescentes deberían ser conscientes, ya que parecen ser mucho más vulnerables a ella que los adultos --añade--. Por otro lado, el impacto que tiene el consumo de cannabis durante la adolescencia en el rendimiento cognitivo o en la depresión y la ansiedad puede ser más débil de lo que se ha hipotetizado.
"Pero también reproducimos trabajos anteriores en los que se afirmaba que si alguien se vuelve adicto al cannabis, eso puede aumentar la gravedad de los síntomas subclínicos de salud mental --prosigue el experto--. Dado que los adolescentes también corren un mayor riesgo de experimentar dificultades con la salud mental que los adultos, se les debería disuadir de forma proactiva del consumo regular de cannabis".
Las conclusiones de ambos artículos proceden del estudio CannTeen, financiado por el Consejo de Investigación Médica, en el que se comparan los efectos del consumo habitual de cannabis entre adolescentes y adultos, a la vez que se comparan con controles de la misma edad (no consumidores de cannabis), un diseño totalmente novedoso.
En el estudio participaron 274 personas, entre ellas 76 adolescentes (de 16 y 17 años) que consumían cannabis de uno a siete días a la semana, junto con un número similar de adultos (de 26 a 29 años) consumidores, y participantes de control (de comparación) adolescentes y adultos, que respondieron a preguntas sobre su consumo de cannabis en las últimas 12 semanas y a cuestionarios utilizados habitualmente para evaluar los síntomas de la mala salud mental.
Los consumidores de cannabis del estudio, por término medio, lo consumían cuatro veces por semana. Los adolescentes y los adultos consumidores también fueron cuidadosamente emparejados en cuanto a género, etnia, y tipo y potencia de cannabis.
Los investigadores descubrieron que los adolescentes consumidores de cannabis tenían tres veces y media más probabilidades de desarrollar un "trastorno por consumo de cannabis" grave (adicción) que los consumidores adultos, un hallazgo que coincide con pruebas anteriores que utilizan diferentes diseños de estudios.
El trastorno por consumo de cannabis se define por síntomas como, entre otros: antojos; el consumo de cannabis contribuye al fracaso escolar o laboral; mayor tolerancia; síndrome de abstinencia; problemas interpersonales causados o exacerbados por el consumo de cannabis; o la intención de reducirlo sin éxito.
Los investigadores descubrieron que el 50% de los adolescentes consumidores de cannabis estudiados presentan seis o más síntomas de trastorno por consumo de cannabis, lo que los califica como trastorno grave por consumo de cannabis.
Entre las personas de cualquier edad, estudios anteriores han descubierto que aproximadamente entre el 9 y el 22% de las personas que prueban la droga desarrollan un trastorno por consumo de cannabis, y ese riesgo es mayor para las personas que lo prueban a una edad más temprana. El mayor riesgo de adicción al cannabis durante la adolescencia se ha reproducido ahora de forma sólida.
Los investigadores afirman que los adolescentes podrían ser más vulnerables a la adicción al cannabis debido a factores como una mayor alteración de las relaciones con los padres y los profesores, un cerebro hiperplástico (maleable) y un sistema endocannabinoide en desarrollo (la parte del sistema nervioso sobre la que actúa el THC del cannabis), y un sentido de la identidad en evolución y una vida social cambiante.
Los adolescentes consumidores eran más propensos que los adultos consumidores o los adolescentes no consumidores a desarrollar síntomas de tipo psicótico, pero el análisis reveló que esto se debe a que todos los adolescentes, y todos los consumidores de cannabis, son más propensos a desarrollar síntomas de tipo psicótico por primera vez, en lugar de que el cannabis afecte a los adolescentes de forma diferente a los adultos.
En otras palabras, no había vulnerabilidad en los adolescentes, ya que el aumento del riesgo de síntomas psicóticos era un efecto aditivo (de los dos factores de riesgo ya conocidos para los síntomas psicóticos, el consumo de cannabis y la edad del adolescente), en lugar de una interacción entre la edad y el consumo de cannabis.
Los investigadores afirman que esto encaja con pruebas anteriores de que el consumo de cannabis puede aumentar la probabilidad de desarrollar un trastorno psicótico como la esquizofrenia, pero advierten que su estudio no investigó el riesgo de psicosis clínica o esquizofrenia.
Además, descubrieron que ni los adolescentes ni los adultos consumidores de cannabis eran más propensos a desarrollar síntomas depresivos o de ansiedad que los no consumidores. Sólo los adolescentes con un trastorno grave por consumo de cannabis presentaban peores síntomas de salud mental, pero los investigadores advierten que el pequeño tamaño de la muestra para este grupo limita su confianza en este hallazgo.
El estudio separado publicado en 'Psychopharmacology' descubrió que los consumidores de cannabis no eran más propensos a tener problemas de memoria de trabajo o de impulsividad. Los consumidores de cannabis eran más propensos a tener una memoria verbal deficiente (recordar las cosas que te dicen); este efecto era el mismo en adultos y adolescentes, por lo que, de nuevo, no existía una vulnerabilidad adolescente. Sin embargo, los investigadores advierten que el consumo de cannabis podría afectar al rendimiento escolar durante una etapa clave del desarrollo de la vida.
El autor principal, el profesor Val Curran, de la Unidad de Psicofarmacología Clínica de la UCL, Psicología y Ciencias del Lenguaje de la UCL, destaca que estos resultados "sugieren que las escuelas deberían enseñar a los alumnos más sobre el riesgo de adicción al cannabis, que se ha descuidado en la educación sobre las drogas. Hacerse adicto al cannabis es un problema grave en sí mismo, pero también puede aumentar la probabilidad de sufrir otros problemas de salud mental. Por lo tanto, se debería informar a los adolescentes de su mayor riesgo de adicción", recomienda.