MADRID, 24 Dic. (INFOSALUS) -
Aunque a lo largo del primer año tras la pérdida de un ser querido se suceden con mayor dificultad y tristeza toda una serie de fechas importantes como cumpleaños, aniversarios o vacaciones, las Navidades constituyen una época muy asociada a la nostalgia, pues todos echamos en falta a los seres queridos que ya no están.
Según explica a Infosalus Miriam González de Pablo, psicóloga y responsable del grupo de Emergencias del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, son las fechas de la celebración de la Nochebuena y el día de Navidad las que tienen un mayor componente familiar y por ello los días en los que realmente se echa más en falta a quienes ya no están.
"Es una época de gran actividad emocional, fechas como Nochebuena o Navidad son las que tienen un mayor componente familiar, el fin de año tiene un carácter más introspectivo y supone una evaluación personal de qué se ha hecho, qué se ha conseguido y hacia dónde queremos ir, por último el día de Reyes Magos es un día para la ilusión, para los más pequeños pero también para los más mayores, que también viven la fiesta con una emoción positiva", apunta González.
La psicóloga apunta que tras la festividad de Nochebuena y Navidad en la consulta deja de verbalizarse tanto los pesares derivados de las pérdidas y la nostalgia pasa a ocupar un lugar menos destacado.
"El recuerdo de los seres queridos en sí no es malo, sin embargo, la navidad es una época cargada de nostalgia por los que ya no están y por eso, aunque hay personas que consideran que las fiestas están demasiado ligadas a la publicidad y las compras, también existen personas que valoran la navidad desde la tristeza", aclara la también vocal de la junta de gobierno de la institución de los psicólogos madrileños.
"Un gran número de nuestros mayores tampoco disfrutan de estas fechas porque recuerdan su infancia, la época en la que sus hijos eran pequeños y a todas aquellas personas que ya no están", continúa González.
La psicóloga apunta varios aspectos para conseguir en estas fechas espacios de bienestar personal tan difíciles de encontrar cuando se ha perdido a un ser querido:
1. Sentir la pérdida y el dolor que nos genera es natural y necesario dentro del duelo pero no hay que dejar que estos sentimientos invadan todo el espacio. "No podemos dejar que toda la velada pase recordando la pérdida, hay que intentar poner de manifiesto la ganancia, lo que la persona que se ha ido nos ha dado, las tradiciones que nos ha enseñado y las anécdotas divertidas que hemos vivido juntos".
Al recordar algo divertido que se ha vivido con quien ya no está la emoción agradable que se activa consigue que a nivel bioquímico el cerebro active otros ejes y disminuya el malestar emocional.
2. Ser conscientes de que el dolor es compartido en familia, todos los integrantes de la familia han sufrido la pérdida aunque lo vivan de forma diferente. Por ello es importante no tratar de ocultar el dolor creyendo que es la mejor opción para que los otros no sufran, hay que expresar este dolor porque esto forma parte del duelo y de la asimilación de la pérdida.
3. Reproducir sus rituales con familia y amigos: hay que tratar de enfocar la pérdida desde la perspectiva de que el ser querido que se ha ido ha dejado una huella en nuestras vidas que perdura y perdurará, para ello ayuda reproducir los rituales familiares que fomentó como una forma también de rendir homenaje a su memoria.
4. No aislarse, aunque hay personas que prefieren no salir en estas fechas navideñas porque el ambiente les entristece, hay que tratar de ocupar el tiempo libre con amigos y familiares y salir acompañados y compartir experiencias que nos proporcionen algo de bienestar.
5. Ayudar a los demás puede ser una vía para encontrar también este bienestar, pero siempre hay que intentar ser solidario en actividades que sean lúdicas ya que el estado anímico de quienes están en duelo no es el adecuado para tratar con personas que estén en una situación personal dramática.
6. No huir del dolor, ya que forma parte de la pérdida de un ser querido y es necesario para poder seguir adelante. La pena o la tristeza son emociones desagradables necesarias que nos permiten adaptarnos a la situación aunque la sociedad actual de las prisas penalice este abatimiento personal, sin embargo el duelo al igual que la curación de una herida necesita de un tiempo para que se supere la pérdida.