MADRID, 13 Mar. (EDIZIONES) -
Alba Cardalda es psicóloga experta en psicoterapia cognitivo-conductual, en terapia breve, y estratégica en Neuropsicología. Acaba de publicar con Vergara 'Cómo dejar de ser tu peor enemigo', ante la importancia del dialogo interior que tenemos casi la práctica totalidad de la sociedad, ni de cómo nos hablamos, ni de la importancia que esto tiene en cómo nos sentimos, cómo repercute en quienes nos rodean, y en las decisiones que tomamos en el día a día.
"La gran mayoría de personas tenemos ese diálogo interior. Sí se ha visto que un pequeño porcentaje de personas dicen no escucharlo, ni sentirlo; incluso las personas que son sordomudas tienen un sistema de comunicación interno, aunque diferente al resto de personas, que es con palabras, pero quienes tienen dificultades de comunicación verbal tienen ese diálogo interno", remarca en una entrevista con Europa Press Infosalus.
Concreta, a su vez, que ese diálogo interno tiene diferentes funciones, y dice que todo depende del objetivo: "Alguno es más instruccional, y se encarga de darnos instrucciones a la hora de hacer algo; otro diálogo interno es más motivacional, como si fuera nuestro propio coach interno; pero también hay un diálogo interno social, que hace que imaginemos conversaciones con otras personas; hay uno disociativo, como si tuviéramos diferentes personas hablando sobre nuestro propio cerebro, y al final es uno mismo, y existe un debate entre dos argumentos diferentes".
ESE DIÁLOGO INTERIOR, A VECES NUESTRO PEOR ENEMIGO
Luego estaría el diálogo compulsivo, precisamente en el que centra el libro, y "el que se convierte en nuestro peor enemigo", porque se encuentra continuamente analizando y "sobrepensando", con los 'y si hubiera pasado esto o lo otro', y concretamente defiende esta neuropsicóloga que es el que debemos redirigir y aprender a silenciar de vez en cuando.
Preguntamos a esta experta por qué lo más frecuente es que ese diálogo interno no sea positivo, nos tratemos mal y nos 'autosaboteemos' como dice en el libro, señalando Alba Cardalda que esto es por dos motivos:
1. Nuestra crianza: Dice que aquí tiene importancia no solamente cómo nos han hablado a nosotros mismos nuestros adultos de referencia, "que tiene una importancia crucial", ya que hemos aprendido a hablarnos así en función de cómo nuestros adultos de referencia nos hablaban a nosotros; pero también el cómo los adultos se hablan entre ellos delante de los niños dice que es muy importante.
Cuenta que, en consulta recibe a niños con baja autoestima, y sus padres no saben por qué, o por ejemplo que no se gustan físicamente, cuando siempre desde casa se le ha intentado fomentar una autoestima positiva y se le ha hablado bien.
"Muchas veces, la baja autoestima de los niños viene porque entre los padres se hablan mal, se dicen cosas feas delante de los niños; o cuando, por ejemplo, una madre o un padre se minusvalora diciéndose cosas negativas a sí mismo, tipo 'esto me queda mal', o 'qué gorda o vieja estoy', el decir en voz alta delante de tu hijo este tipo de afirmaciones negativas hacia uno mismo hace que el niño aprenda a decir cosas negativas así mismo; hay que concienciar a los padres de que no sólo es importante cómo se hable a los hijos, sino también lo que se dicen entre ellos o así mismos delante de los niños", defiende Cardalda.
2. El segundo motivo que aduce esta experta sería la herencia evolutiva por la que tendemos a pensar qué escenarios negativos nos podríamos encontrar y podrían poner en peligro nuestra supervivencia.
"Tenemos esta herencia evolutiva de sobrepensar más en esos escenarios catastróficos que podrían pasar, más que estar centrados en el aquí y en el ahora. Antes este mecanismo era útil porque había muchas amenazas para nuestra supervivencia, pero nuestro sistema neurológico no ha sido modificado desde hace 50.000 años", mantiene esta psicóloga.
EL DIÁLOGO INTERNO DE CADA UNO Y LA SALUD MENTAL
Con todo ello, queremos saber de qué manera este diálogo interior, que a veces puede convertirse en nuestro peor enemigo, se relaciona con nuestra salud mental, a lo que esta especialista indica que tiene una "importancia brutal" porque es como tener un motivador, un coaching positivo dándonos estas palabras de ánimo todo el día; o bien todo lo contrario, el tener a alguien que nos analiza continuamente lo que hacemos, viendo siempre lo malo, y nunca reforzando lo bueno.
"Es imaginar qué efecto tendría alguien que tenemos al lado hablándonos y cómo ese diálogo bonito cala en nosotros, una persona que confía en nuestras capacidades, quita importancia a los errores y nos ayuda a tener confianza en nosotros mismos; o el tener a alguien que siempre nos está criticando o hacemos mal, que nunca nos valora, o no reconoce lo que hacemos bien, y que solemos llamar como 'maltrato psicológico'; nosotros podemos ser esa persona vitamina, o al contrario, esa persona tóxica que nos maltrata psicológicamente", subraya Alba Cardalda.
CÓMO PODEMOS CUIDAR NUESTROS DIÁLOGOS INTERNOS Y MEJORARLOS
Finalmente, le pedimos a esta psicóloga experta en psicoterapia cognitivo-conductual una serie de herramientas con las que cuidar ese diálogo interno de cada uno:
1. Ser conscientes de cómo nos hablamos y para eso recomienda siempre la escritura, "esencial para darnos cuenta de qué nos decimos para nosotros mismos, y si nos dejamos llevar por la negatividad, o por ese diálogo compulsivo".
2. La meditación, y todo lo que se está viendo desde la Neurociencia a día de hoy que fomenta y cambia nuestro cerebro, dado que al estar más relajados y un poco más positivos, con la serotonina que se libera con la motivación, por ejemplo; luego indica que hay toda una serie de herramientas para reducir la hiperexigencia, cuando nos comparamos con otras personas, la necesidad de aprobación externa que nos hace tomar decisiones que no queremos y nos hablamos peor por haberlas tomado.
3. Distanciarnos emocionalmente, así podemos ser más conscientes de cómo nos hablamos y de darle otro enfoque a lo que vivimos. "Cómo estamos dentro del bosque no podemos ver el bosque al completo. Si damos un paso atrás para ver todo el paisaje esto nos permite ver las cosas con más calma y serenidad", remarca.
4. Intentar ver lo que nos ocurre y explicárnoslo en tercera persona y pensar qué le diríamos a otra persona, ver como observador externo lo que nos ocurre, y nos permite tomar distancia. "Se ha demostrado que la forma de percibir lo que nos ocurre cambia cuando vemos las cosas desde fuera, todos ahí somos consejeros buenos desde fuera", resalta.
5. Huir de la hiperexigencia, uno de los "malos más comunes en nuestra época" porque estamos en la etapa de la inmediatez. "Nos comparamos continuamente con modelos irreales, como las redes sociales, el ver continuamente imágenes de cuerpos, de familias, de estilos de vida, siempre son superiores y mejores a los nuestros y al compararnos con esto nos vuelve más exigentes con nosotros mismos. Poder hablarnos de otra manera nos permite reducir esa hiperexigencia, aceptarnos más a nosotros mismos, y poder llegar a observar las cosas tal y como son sin pretender tener todo bajo control", sentencia.