Estas alergias están relacionadas con un menor riesgo de COVID-19

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Publicado: jueves, 2 diciembre 2021 8:04


MADRID, 2 Dic. (EUROPA PRESS) -

Las personas con afecciones alérgicas, como la fiebre del heno, la rinitis y el eczema atópico, pueden tener un riesgo un 38 por ciento menor de infección por COVID-19, especialmente si también tienen asma, en cuyo caso asciende al 58 por ciento, según revela un amplio estudio poblacional de adultos realizado en el Reino Unido, publicado en línea en la revista 'Thorax'.

Y, contrariamente a los resultados de estudios recientes, la investigación indica que la edad avanzada, el sexo masculino y otras afecciones subyacentes no están relacionados con un mayor riesgo de infección.

Sin embargo, la etnia asiática, la obesidad, el hacinamiento en el hogar, la socialización en el interior con otros hogares y el desempeño de un papel de cara a la gente que no sea el de la atención sanitaria y social se asocian de forma independiente con un mayor riesgo de desarrollar COVID-19, añaden los resultados.

Según los investigadores, cada vez hay más datos que sugieren que al menos algunos factores de riesgo de desarrollar COVID-19 pueden ser distintos de los que predisponen a padecer una enfermedad grave y a necesitar cuidados intensivos.

Para profundizar en esta cuestión y averiguar la contribución de los factores demográficos, socioeconómicos, el estilo de vida, la dieta, el tratamiento médico y las enfermedades subyacentes al riesgo de desarrollar COVID-19, los investigadores recopilaron información detallada sobre los posibles factores de riesgo de la infección entre los adultos del Reino Unido entre mayo de 2020 y febrero de 2021.

A todos los participantes se les pidió que proporcionaran información sobre su edad, las circunstancias del hogar, el trabajo, el estilo de vida, el peso, la altura, las condiciones médicas de larga data, el uso de medicamentos, el estado de vacunación, la dieta y la ingesta de suplementos cuando se unieron al estudio y luego nuevamente en los meses posteriores.

De las 16.081 personas elegibles, 15.227 completaron al menos un cuestionario de seguimiento mensual posterior 30 días o más después de entrar en el estudio; y 14.348 completaron el cuestionario final el 5 de febrero de 2021 o antes. La edad media de los participantes era de 59 años; el 70% eran mujeres y el 95% identificó su origen étnico como blanco.

En total, 446 participantes (casi el 3%) tuvieron al menos un episodio de infección confirmada por COVID-19, determinado por una prueba de hisopo (PCR o flujo lateral) durante el periodo de estudio, y 32 fueron ingresados en el hospital.

Los investigadores tuvieron en cuenta una serie de factores potencialmente influyentes: edad: sexo: duración de la participación en el estudio: etnia: frecuencia de las pruebas: etnia; educación; privación; ingresos del hogar; tipo de vivienda; número de personas por dormitorio; niños en edad escolar en el hogar; posesión de un perro de compañía; apantallamiento; socialización con otros hogares; visitas a tiendas y otros lugares públicos cerrados; viajes al trabajo o a los estudios; condición de trabajador de primera línea; actividad física; consumo de alcohol; peso (IMC); asma; alergias; uso de medicamentos inmunosupresores, corticosteroides inhalados y broncodilatadores; estado de vacunación contra la BCG; ingesta de frutas, verduras y ensaladas; y uso de suplementos nutricionales.

En consecuencia, surgieron ciertos factores que se asociaron de forma independiente con una mayor probabilidad de desarrollar COVID-19. Así, las personas de etnia asiática/británica tenían más del doble de probabilidades de infectarse que sus homólogos blancos.

Del mismo modo, el hacinamiento en el hogar; la socialización con otros hogares en la semana anterior; el número de visitas a lugares públicos cerrados; un papel de cara a la gente que no sea en la atención sanitaria y social y el sobrepeso/obesidad se asociaron con un mayor riesgo.

Y cuanto mayor era el número de personas que compartían el hogar y el número de visitas a lugares públicos cerrados, mayores eran las probabilidades de infectarse, según los resultados.

Pero la enfermedad atópica (provocada por alérgenos), que incluye el eczema/dermatitis y la fiebre del heno/rinitis alérgica, se asoció de forma independiente con un 23% menos de probabilidades de desarrollar la infección que en aquellos que no tenían enfermedad atópica o asma. Y entre los que tenían enfermedad atópica y asma, el riesgo era aún menor: un 38%. Esta asociación se mantuvo incluso después de tener en cuenta el uso de inhaladores de esteroides.

La toma de fármacos para amortiguar la respuesta del sistema inmunitario (inmunosupresores) también se asoció con un 53% menos de probabilidades de infección por COVID-19, aunque esto puede reflejar un mayor blindaje de la infección por parte de estos pacientes, dicen los investigadores.

Pero la edad, el sexo, otras condiciones médicas, la dieta y el uso de suplementos no se asociaron con el riesgo de infección.

Se trata de un estudio de observación y, como tal, no puede establecer la causa pese a ello los investigadores concluyen que "este amplio estudio prospectivo basado en la población muestra que existe una superposición limitada entre los factores de riesgo de desarrollar COVID-19 y los de ingreso en la unidad de cuidados intensivos y muerte, tal y como se informa en las cohortes hospitalizadas".