¿Por qué algunas personas lo evitan todo? La dopamina tiene la respuesta

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    MADRID, 23 Abr. (EUROPA PRESS) -

Algunas personas tienden a evitar situaciones potencialmente estresantes o incómodas, y a veces, esta evitación se convierte en un patrón excesivo que interfiere con su vida diaria. Pero, ¿por qué ocurre esto? Un nuevo estudio de la Universidad Northwestern ha revelado que el comportamiento de evitación podría estar vinculado a cómo el cerebro responde a las experiencias negativas, específicamente a través de señales de dopamina.

CÓMO LA DOPAMINA INFLUYE EN LA EVITACIÓN DE EXPERIENCIAS NEGATIVAS

   Un nuevo estudio de la Universidad Northwestern (Estados Unidos) muestra que las señales de dopamina en dos áreas clave del cerebro involucradas en la motivación y el aprendizaje responden de manera diferente a las experiencias negativas, lo que ayuda al cerebro a adaptarse en función de si una situación es predecible o controlable.

   Entre otras cuestiones, este análisis explica cómo la señalización de la dopamina contribuye a la evitación excesiva en trastornos como la ansiedad y el TOC. El estudio se publica en la revista 'Current Biology'.

   Si bien investigaciones anteriores han demostrado que la dopamina puede responder a experiencias negativas, este es el primer estudio que rastrea cómo esas señales evolucionan con el tiempo a medida que los animales pasan de novatos a expertos en evitarlas.

RESULTADOS DEL ESTUDIO EN RATONES: CÓMO LA DOPAMINA CAMBIA CON EL TIEMPO

    Los autores del estudio reseñan que los hallazgos ayudan a explicar cómo aprendemos de las malas experiencias y por qué algunas personas aprenden a evitar el peligro mejor que otras. También arrojan luz sobre cómo la evitación excesiva -un síntoma característico de múltiples trastornos psiquiátricos como la ansiedad, el trastorno obsesivo-compulsivo y la depresión- puede manifestarse mediante alteraciones en la función dopaminérgica.

    Esto puede llevar a una sobreestimación del peligro en el entorno y a una menor calidad de vida, ya que el cerebro prioriza evitar ciertas experiencias. Finalmente, el estudio ayuda a explicar por qué el concepto que subyace a la reciente tendencia de bienestar de la 'desintoxicación de dopamina' es demasiado simplista.

   "La dopamina no es del todo buena ni del todo mala. Nos recompensa por las cosas buenas, pero también nos ayuda a identificar señales que indican problemas, a aprender de las consecuencias y a adaptar continuamente nuestras estrategias de aprendizaje en entornos inestables", argumenta la primera autora Gabriela López, candidata a doctorado en el Programa Interdepartamental de Neurociencia de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern.

    En el estudio, los científicos entrenaron a ratones para que respondieran a una señal de advertencia de cinco segundos que predecía un resultado desagradable. Si los ratones se movían al otro lado de una caja de dos cámaras durante la señal de advertencia, podían evitar el resultado por completo. A medida que los ratones aprendían la tarea, los investigadores registraron la actividad dopaminérgica en dos áreas del núcleo accumbens, una región cerebral involucrada en la motivación y el aprendizaje.

IMPLICACIONES PARA EL TRATAMIENTO DE TRASTORNOS DE EVITACIÓN Y ANSIEDAD

   Investigaciones previas habían sugerido que la dopamina en la capa ventromedial del núcleo accumbens aumenta durante las malas experiencias, mientras que la dopamina en el núcleo del núcleo accumbens disminuye. Por lo tanto, los científicos querían comprender cómo estas diferentes respuestas dopaminérgicas interactúan cuando los ratones aprenden a evitar las malas experiencias.

    De esta forma, descubrieron que las dos áreas del núcleo accumbens respondían de manera diferente. En la corteza ventromedial, los niveles de dopamina aumentaron inicialmente en respuesta al evento desagradable. A medida que los ratones aprendían activamente el significado de la señal de advertencia, la respuesta dopaminérgica se desplazaba hacia la propia señal. Sin embargo, con el tiempo, la respuesta dopaminérgica disminuyó a medida que los ratones adquirían habilidad para evitar el resultado.

   En el núcleo, la dopamina disminuyó tanto para el evento desagradable como para la señal de advertencia. La reducción de dopamina en respuesta a la señal de advertencia aumentó de forma constante a lo largo del entrenamiento, especialmente a medida que los ratones lograban evitar el evento con mayor éxito.

   "Estas respuestas no solo difieren en su signo (en un área la dopamina aumenta ante algo malo y en la otra disminuye ante algo malo), sino que también vimos que una es importante para el aprendizaje temprano, mientras que la otra es importante para el aprendizaje en etapas posteriores", aporta la autora correspondiente Talia Lerner , profesora asociada de neurociencia, psiquiatría y ciencias del comportamiento en Feinberg.

   Posteriormente, los investigadores analizaron qué sucedía cuando el resultado era inevitable, independientemente de las acciones de los ratones. En esas condiciones, los patrones de dopamina volvieron a su estado anterior durante el entrenamiento, lo que sugiere que estas señales cerebrales son sensibles al contexto y podrían ayudar a los animales a adaptar su comportamiento cuando el entorno cambia.

LA DOPAMINA ES UNA MOLÉCULA IMPORTANTE PARA EL COMPORTAMIENTO NORMAL

   "Esto demuestra que las señales de dopamina son flexibles, sensibles a las reglas de la tarea y pueden ayudarnos a adaptarnos a los cambios en el entorno", incide López. "Consideramos la dopamina como una molécula de aprendizaje importante para el comportamiento normal en la vida cotidiana. Por lo tanto, eliminarla por completo puede ser más perjudicial que beneficioso", continúa López.

   "Las señales de dopamina que estudiamos son importantes para representar señales aversivas implicadas en problemas como el dolor crónico, la depresión y la abstinencia de sustancias adictivas", añade López.

   "El aprendizaje de evitación hiperactiva también podría ser una vía que contribuye al trastorno obsesivo-compulsivo y otros trastornos de ansiedad clínica. Esperamos dar seguimiento a estos hallazgos de investigación básica para abordar los problemas clínicos que afectan a los pacientes", adelanta.