Por qué algunos bebedores empedernidos desarrollan enfermedad hepática avanzada y otros no

Archivo - Enfermedad hepática.
Archivo - Enfermedad hepática. - THARAKORN/ ISTOCK - Archivo
Publicado: viernes, 7 febrero 2025 14:08

MADRID 7 Feb. (EUROPA PRESS) -

Investigadores de la Universidad del Sur de California (Estados Unidos) han revelado que los bebedores empedernidos con diabetes, presión arterial alta u obesidad tienen hasta 2,4 veces más probabilidades de desarrollar una enfermedad hepática avanzada.

El estudio, publicado en 'Clinical Gastroenterology and Hepatology', se ha centrado en investigar qué factores de riesgo cardiometabólico, esto es, la diabetes, la presión arterial alta, la obesidad, el nivel de triglicéridos y el de colesterol, predisponían al hígado a sufrir daños por el alcohol.

Para ello, ha analizado datos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición, que incluye información de más de 40.000 participantes en Estados Unidos y analiza la relación entre el consumo excesivo de alcohol, los factores de riesgo cardiometabólicos individuales y la incidencia de fibrosis hepática significativa.

Este estudio ha considerado el consumo excesivo de alcohol como la ingesta de 1,5 bebidas al día en el caso de las mujeres (20 gramos) y dos bebidas al día para los hombres (30 gramos).

Así, ha revelado que los bebedores empedernidos que tenían diabetes o una circunferencia de cintura alta tenían 2,4 veces más probabilidades de desarrollar una enfermedad hepática avanzada y aquellos con presión arterial alta, 1,8 veces más probabilidades.

También ha descubierto que los otros dos factores de riesgo cardiometabólico analizados, los niveles elevados de triglicéridos y los niveles bajos de colesterol HDL, tenían correlaciones menos significativas con la enfermedad hepática.

El trabajo no ha profundizado en la razón por la que estos tres factores de riesgo cardiometabólico son más peligrosos para el hígado, pero el investigador principal, Brian P. Lee, ha sugerido que se debe a que las tres comparten una vía común hacia la acumulación de grasa en el hígado que, cuando se combina con depósitos de grasa adicionales en el hígado debido al exceso de alcohol, puede causar un daño significativo.

Lee también ha matizado que las conclusiones del estudio no implican que el consumo de grandes cantidades de alcohol sea seguro para quienes no presentan estos tres riesgos cardiometabólicos. "Sabemos que el alcohol es tóxico para el hígado y todos los bebedores empedernidos corren el riesgo de sufrir una enfermedad hepática avanzada", ha aseverado.

En este sentido, el investigador confía en que los hallazgos animen a las personas a tener en cuenta su salud y su perfil de riesgo a la hora de tomar decisiones sobre el consumo de alcohol. También ha señalado que los profesionales deberían ofrecer exámenes de salud e intervenciones más personalizadas a quienes beben y presentan factores de riesgo cardiometabólico, con el objetivo de detectar a tiempo el daño hepático.

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