MADRID, 31 Ago. (EDIZIONES) -
El uso de la almohada puede influir en la salud de nuestra columna vertebral y, además, "significativamente", al proporcionar un soporte adecuado, mantener la alineación correcta de la columna cervical, reducir el dolor de cuello, y mejorar la calidad del sueño.
Así nos lo asegura en una entrevista con Europa Press Infosalus el doctor y traumatólogo de la Clínica Universidad de Navarra Rafael Llombart, miembro del comité de comunicación de la Sociedad Española de Columna Vertebral (GEER), quien además destaca que "dormir con una almohada adecuada es generalmente mejor para la salud de la columna vertebral, que dormir sin ella".
Tal y como explica este experto, las almohadas pueden proporcionar un soporte esencial, y ayudar a mantener la alineación cervical, reduciendo el dolor de cuello, y mejorando la calidad del sueño.
No obstante, sí precisa que es importante elegir una almohada que se adapte a las necesidades individuales y a la posición de sueño, para evitar posibles efectos contraproducentes. "El hábito de usar una almohada tiene fundamentos ergonómicos más allá de ser una simple costumbre. Aunque la preferencia por ciertos tipos de almohadas y posiciones de sueño también puede estar influenciada por hábitos y costumbres personales", reconoce el doctor Llombart.
CÓMO DEBE SER ESA ALMOHADA
Así, le preguntamos a este especialista en Traumatología de la Clínica Universidad de Navarra cómo deben ser las almohadas para no dañar a nuestra columna vertebral, indicando este experto que, en el caso de las almohadas de látex o de espuma, éstas han demostrado ser efectivas para reducir el dolor de cuello, el dolor al despertar, y la discapacidad de la columna cervical.
"Este efecto se debe a que el material ofrece un soporte adecuado que alivia la presión y el estrés en la región cervical. Éstas son superiores a las de plumas, en cuanto a mantener la alineación correcta de la columna cérvico-torácica mientras se duerme de lado", apunta el también miembro de la Sociedad Española de Columna Vertebral.
Además, señala el doctor Llombart que la altura de la almohada es "crucial" para mantener la alineación de la columna cervical y reducir el estrés mecánico en el cuello: "Una altura adecuada de la almohada puede relajar los músculos del cuello y mejorar la calidad del sueño; aunque aún no hay un consenso claro sobre las alturas óptimas para diferentes posiciones de sueño".
Tal y como defiende este especialista, elegir la almohada adecuada requiere considerar la posición de sueño, el material, la altura, la firmeza, la transpirabilidad y la durabilidad. "Probar diferentes opciones, y ajustar según las necesidades personales y las recomendaciones de salud, puede ayudar a encontrar la almohada perfecta para mantener una buena salud cervical y mejorar la calidad del sueño", resalta este experto del GEER.
¿DESDE QUÉ EDAD SE PUEDE EMPLEAR LA ALMOHADA?
La introducción de almohadas debe ser gradual y considerar el desarrollo fisiológico del niño, asegura este miembro del comité de comunicación de la Sociedad Española de Columna Vertebral, y aportando las siguientes recomendaciones para que la columna vertebral del niño se desarrolle adecuadamente sin interferencias y con el soporte necesario en las etapas apropiadas:
0-12 meses: No usar almohada.
1-2 años: Generalmente no se necesita almohada.
3-5 años: Introducir una almohada delgada y firme.
6 años en adelante: Usar una almohada adecuada según la posición de sueño y las necesidades individuales del niño.
¿CÓMO DORMIR PARA NO DAÑAR A LAS CERVICALES?
Por último, cuestionamos a este experto traumatólogo por cómo debe ser esa almohada perfecta, remarcando el doctor Llombart que ésta puede variar según la posición de sueño de cada persona, y remarcando que siempre debe evitarse que el cuello quede en una posición demasiado elevada o baja.
De hecho, según la posición para dormir aconseja:
Si se duerme habitualmente de lado: Utilizar una almohada que mantenga la cabeza alineada con la columna vertebral. Asegurarse de que la almohada llene el espacio entre el cuello y el hombro, proporcionando soporte adecuado.
Boca arriba: Una almohada más delgada es generalmente adecuada para mantener la curvatura natural del cuello. Considerar una almohada cervical que soporte la curva del cuello sin elevar demasiado la cabeza.
Boca abajo: Esta posición no es recomendable ya que suele forzar la rotación del cuello; si es inevitable, usar una almohada muy delgada o ninguna almohada.