MADRID, 20 Ene. (EUROPA PRESS) -
El cannabis es la tercera sustancia psicoactiva más consumida en el mundo (después del alcohol y la nicotina) y los adolescentes, así como los adultos jóvenes, tienen las tasas más altas de consumo de cannabis. Los recientes cambios mundiales en la legalización del cannabis sugieren que la percepción pública de su seguridad y aceptabilidad está en aumento.
Por lo tanto, es importante comprender los riesgos cognitivos que conlleva el consumo de cannabis, especialmente para los jóvenes, cuyos cerebros están experimentando importantes cambios en su desarrollo.
Una revisión sistemática publicada en la revista científica 'Addiction' ha descubierto que el consumo de cannabis provoca alteraciones cognitivas agudas que pueden continuar más allá del periodo de intoxicación. Esta metarrevisión, dirigida por investigadores canadienses, fusionó los resultados de 10 metanálisis que representaban a más de 43.000 participantes.
El estudio descubrió que la intoxicación por cannabis provoca alteraciones cognitivas de pequeñas a moderadas en áreas como la toma de decisiones, la supresión de respuestas inapropiadas, el aprendizaje a través de la lectura y la escucha, la capacidad de recordar lo que se lee o escucha y el tiempo necesario para completar una tarea mental.
Estas y otras alteraciones agudas reflejan los efectos residuales documentados para el consumo de cannabis, lo que sugiere que los efectos perjudiciales del cannabis comienzan mientras se consume y persisten más allá de ese periodo.
"Nuestro estudio nos ha permitido poner de manifiesto varias áreas de la cognición que se ven afectadas por el consumo de cannabis, como los problemas de concentración y las dificultades para recordar y aprender, que pueden tener un impacto considerable en la vida cotidiana de los consumidores", afirma el doctor Alexandre Dumais, coautor del estudio y profesor clínico asociado de psiquiatría en la Universidad de Montreal.
"El consumo de cannabis en los jóvenes puede conducir, por tanto, a una reducción de los logros educativos y, en los adultos, a un bajo rendimiento laboral y a una conducción peligrosa --prosigue--. Estas consecuencias pueden ser peores en los consumidores habituales y habituales".