MADRID, 18 Mar. (EUROPA PRESS) -
Cultivar amistades en línea lleva tiempo y puede requerir una disponibilidad casi constante, lo que puede causar estrés digital cuando no se cumplen las expectativas en las redes sociales. Esto, a su vez, puede generar conflictos entre amigos, según una nueva investigación de la Universidad de Padua (Italia).
En concreto, una nueva investigación publicada en 'Frontiers in Digital Health' destaca cómo las expectativas de las redes sociales dentro de los grupos de amigos y el estrés digital moldean las amistades y los conflictos de los adolescentes a lo largo del tiempo.
"Demostramos que la percepción que tienen los adolescentes de las normas y características únicas de las redes sociales contribuye al estrés digital, lo que a su vez aumenta los conflictos de amistad", comenta Federica Angelini, investigadora de la Universidad de Padua y primera autora del estudio.
"La decepción por expectativas incumplidas en las redes sociales -como cuando los amigos no responden o interactúan como se esperaba- es un predictor más sólido de conflictos de amistad que la presión de estar siempre disponible", añade.
RECOPILÓ DATOS SOBRE AMISTAD Y USO DE REDES
Más de 1.100 jóvenes de entre 13 y 18 años participaron en el estudio, que recopiló datos sobre amistad y uso de redes sociales en dos momentos con seis meses de diferencia. En particular, los investigadores se centraron en cómo la necesidad percibida de los adolescentes de estar constantemente disponibles (atrapamiento) y los sentimientos de tristeza, enojo o frustración que pueden surgir cuando los adolescentes descubren que sus amigos no están disponibles en las redes sociales (decepción) pueden provocar estrés digital y conflictos de amistad.
La decepción se identificó como el comportamiento con mayor probabilidad de generar disputas seis meses después de la recopilación inicial de datos.
"Las personas se sienten decepcionadas por la disponibilidad o la capacidad de respuesta de sus amigos en línea. Esta decepción surge de expectativas incumplidas y genera emociones negativas que pueden derivar en conflictos de amistad", apunta Angelini. La trampa, por otro lado, tuvo un menor impacto en la frecuencia de los conflictos, lo que podría deberse a que la disponibilidad constante es un aspecto normalizado de las relaciones entre iguales.
PUEDE CONTRIBUIR A LA TENSIÓN EN LAS AMISTADES
Las imágenes y los videos publicados en plataformas sociales pueden desempeñar un papel particularmente importante en cómo el uso de las redes sociales puede causar conflictos de amistad, según los investigadores. "El contenido visual facilita que los adolescentes vean lo que hacen sus amigos en cualquier momento. Si los adolescentes notan que sus amigos están activos en línea o pasan tiempo con otros mientras ignoran sus mensajes, pueden sentirse excluidos, celosos o rechazados", desarrolla Angelini. "Esta mayor conciencia puede intensificar las emociones negativas y contribuir a la tensión en las amistades".
La investigación destaca cómo las expectativas de las redes sociales y el estrés digital moldean las amistades adolescentes. "Identificar los factores estresantes clave, como el contenido visual y las expectativas de disponibilidad, y comprender la dinámica de las interacciones en línea entre amigos, puede ayudar a educadores, padres y adolescentes a desarrollar hábitos en línea más saludables", agrega Angelini.
Un hábito para los adolescentes podría ser establecer límites, por ejemplo, programar horarios desconectados o gestionar las notificaciones. Al conversar con amigos, esto también puede ayudar a reducir los malentendidos. "Aprender a aceptar que no todos los mensajes requieren una respuesta inmediata puede aliviar el estrés digital y, al mismo tiempo, mantener amistades saludables".
El estudio proporciona información valiosa sobre el funcionamiento interno de las amistades adolescentes, pero presenta algunas limitaciones, señalaron los investigadores. Por ejemplo, se basa en autoevaluaciones sobre el uso de las redes sociales por parte de los adolescentes, lo cual podría no reflejar plenamente la realidad de sus comportamientos en ellas. Además, el período de seis meses no permite examinar efectos a más largo plazo.
"Las investigaciones futuras podrían utilizar medidas objetivas de la actividad en redes sociales y ampliar el período para comprender mejor cómo evolucionan el estrés digital y los conflictos de amistad con el tiempo", recomienda Angelini.
