Analizan 182 estudios y revelan 7 técnicas de relajación que reducen la hipertensión

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Actualizado: miércoles, 9 abril 2025 15:39

   MADRID, 9 Abr. (EUROPA PRESS) -

   La presión arterial alta o hipertensión afecta a alrededor de un tercio de las personas entre 30 y 79 años y es una de las principales causas atribuibles de muerte tanto en hombres como en mujeres, señalan los investigadores. Si bien existen medicamentos disponibles para tratar la afección, la adherencia al tratamiento es escasa, lo que genera interés en enfoques alternativos, como técnicas de relajación, para reducir uno de los principales factores de riesgo de la presión arterial alta: los altos niveles de estrés.

   Las técnicas de relajación pueden ayudar a reducir la presión arterial alta, al menos a corto plazo, pero los efectos a largo plazo no están claros, según revela un análisis de datos realizada por la Universidad de Bristol (Reino Unido) y publicada en la revista de acceso abierto 'BMJ Medicine'.

   No obstante, los investigadores señalan que el riesgo de sesgo en el conjunto de trabajos existentes supone que se necesitan estudios más rigurosamente diseñados y más prolongados para confirmar si estas técnicas tienen un papel constructivo en el tratamiento de la presión arterial alta, concluyen los investigadores.

   Pero no está claro cuál de estos métodos, que pueden incluir el control de la respiración, la atención plena, el yoga, el tai chi y la biorretroalimentación, entre otros, podría ser más eficaz.

   Para aprovechar la base de evidencia, los investigadores buscaron en bases de datos de investigaciones estudios publicados en inglés hasta febrero de 2024 que analizaran el impacto potencial de las técnicas de relajación sobre la presión arterial alta (140/90 mm Hg y superior) y la presión arterial elevada (120/80 mm Hg y superior). De esta forma, incluyeron 182 estudios, 166 de los cuales analizaron la presión arterial alta y 16 de los cuales analizaron la presión arterial elevada (prehipertensión).

YOGA, LA MEDITACIÓN O LA RESPIRACIÓN

   Cuando fue posible, los investigadores emplearon un metanálisis en red, una técnica estadística utilizada para comparar simultáneamente los efectos de varios "tratamientos" diferentes. Los resultados combinados de 54 estudios mostraron que la mayoría de las técnicas de relajación parecían reducir la presión arterial sistólica y diastólica en personas con hipertensión arterial después de 3 meses o menos. Las intervenciones más comunes fueron el control de la respiración (13 estudios), el yoga/tai chi (11), la biorretroalimentación (8), la relajación muscular progresiva (7) y la música (7).

   En comparación con ninguna intervención, el control de la respiración logró una reducción de 6,65 mm Hg en la presión arterial sistólica (el primer y más alto número en una lectura de presión arterial), la meditación una caída de 7,71 mm Hg, el movimiento meditativo, como el tai chi y el yoga, una caída de 9,58 mm Hg, y la atención plena una caída de 9,90 mm Hg.

   La música también se asoció con una disminución de 6,61 mmHg, la relajación muscular progresiva con una disminución de 7,46 mmHg y la psicoterapia con una reducción de 9,83 mmHg. Las técnicas combinadas se asociaron con una disminución de 6,78 mmHg en la presión arterial.

    No se encontró evidencia estadística de la eficacia de ninguna técnica después de 3 a 12 meses, y la certeza de la evidencia fue muy baja. Las técnicas más comúnmente incluidas en este momento fueron la biorretroalimentación (7 estudios), el yoga/tai chi (4) y la relajación muscular progresiva (4).

   Muy pocos estudios incluyeron un seguimiento a largo plazo de 12 meses o más, y de los 3 incluidos en el análisis de red, los resultados mostraron que, en comparación con ningún tratamiento, el entrenamiento autógeno (autodirigido) podría reducir la presión arterial sistólica y diastólica, pero la certeza de la evidencia fue baja.

TABLA DEL TÉCNICAS ANALIZADAS

   1.- Control de la respiración

   Reducción de 6,65 mmHg en la presión arterial sistólica.

   2.- Meditación

   Reducción de 7,71 mmHg.

   3.- Movimiento meditativo (como tai chi y yoga)

   Reducción de 9,58 mmHg.

   4.- Mindfulness (atención plena)

   Reducción de 9,90 mmHg.

   5.- Música relajante

   Reducción de 6,61 mmHg.

   6.- Relajación muscular progresiva

   Reducción de 7,46 mmHg.

   7.- Psicoterapia

   Reducción de 9,83 mmHg.

   8.- Técnicas combinadas (mezcla de varias de las anteriores)

   Reducción de 6,78 mmHg.

   9.- Biorretroalimentación

   Menor eficacia a largo plazo, sin efecto estadísticamente significativo después de 3 meses.

   10.- Entrenamiento autógeno

   Mostró efecto en seguimiento en 12 meses, pero con baja certeza de evidencia.

NO HUBO EVIDENCIA CON TRES TÉCNICAS

   No hubo evidencia estadística de la efectividad de otros tratamientos evaluados en este momento, incluidos la biorretroalimentación, la relajación muscular progresiva y las técnicas que implican un enfoque combinado. Además, se disponía de datos limitados sobre la presión arterial elevada: sólo dos estudios compararon técnicas de relajación con ningún tratamiento/atención habitual y los efectos sobre la presión arterial sistólica fueron pequeños.

   Con todo ello, los investigadores señalan que las descripciones de las intervenciones de relajación a veces eran incompletas o escasas, había pocos datos sobre costos y relación costo-efectividad, y la mayoría de los estudios incluidos no informaban sobre el riesgo de enfermedades/eventos/muertes cardiovasculares.

   No obstante, sugieren que "los resultados de nuestra revisión sistemática y metanálisis en red indican que las técnicas de relajación o manejo del estrés podrían resultar en reducciones significativas en la presión arterial hasta tres meses después del seguimiento".

    Sin embargo, añade, "existe incertidumbre sobre este efecto debido al riesgo de sesgo en los estudios primarios, el potencial sesgo de publicación en esta área y la imprecisión en las estimaciones del efecto, lo que significa que los cambios observados en la presión arterial podrían ser demasiado pequeños para afectar los resultados cardiovasculares o cerebrovasculares".

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