MADRID, 17 Jun. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del CIBER en sus áreas de Cáncer (CIBERONC), enfermedades respiratorias (CIBERES) y enfermedades cardiovasculares (CIBERCV) han colaborado en la caracterización de las lesiones pulmonares, cardíacas, hematopoyéticas y del sistema nervioso central en pacientes fallecidos por COVID-19.
Los estudios han sido coordinados por el grupo del CIBERONC dirigido por José Palacios, jefe del Servicio de Anatomía Patológica del Hospital Universitario Ramón y Cajal e investigador del IRYCIS.
La pandemia, a la vez que ha impactado de forma negativa en el desarrollo de los proyectos de investigación relacionados con cáncer, ha promovido un enfoque temporal del grupo en la patología del COVID-19 para tratar de entender mejor esta nueva enfermedad.
El grupo fue el primero en realizar autopsias clínicas en España durante la pandemia para cubrir la demanda asistencial del hospital. El perfil de pacientes estudiados mayoritariamente correspondía a enfermos con patología pulmonar severa y larga estancia en la UCI, por desarrollo de daño alveolar difuso pulmonar.
El estudio detallado de las autopsias ha demostrado que un número significativo de pacientes desarrollan proliferaciones vasculares pulmonares anormales, que pueden participar en el desarrollo del nivel de oxigeno inferior de lo normal o hipoxemia severa. Asímismo, se ha demostrado la presencia de virus en tejido pulmonar con capacidad replicativa en pacientes con inmunodeficiencia severa hasta después de 100 días de evolución de la enfermedad.
Casi todos los pacientes desarrollaron linfohistiocitosis hemofagocítica secundaria, síndrome caracterizado por la desregulación de la respuesta inmune y cierto grado de neuroinflamación cerebral, probablemente secundarias a las respuesta inmune frente al virus. Igualmente, las lesiones directas del virus sobre el corazón fueron infrecuentes, observándose lesiones de miocarditis en menos del 5% de los casos.
Estos estudios autópsicos ayudan a entender mejor la evolución clínica de los pacientes con COVID-19 letal, así como las posibles secuelas en pacientes que se recuperan tras una enfermedad grave.