MADRID 9 Jul. (EUROPA PRESS) -
En un nuevo estudio sobre las personalidades de los políticos, el humor, el encanto y el coraje se enumeran entre los rasgos de carácter más importantes para los líderes exitosos. Bill Jones, profesor honorario de Estudios Políticos en la Liverpool Hope University (Reino Unido), ha revisado biografías y entrevistado a figuras políticas clave para comprender el tipo de personas que ingresan a la política y las fortalezas y debilidades de quienes ocupan posiciones de poder En 'Just Like Us'?: The Politics of Ministerial Promotion in UK Government, Jones sostiene que elegir una carrera en política es diferente a elegir otra profesión.
El autor explica: "La actividad política consiste esencialmente en ganar y conservar el poder para cambiar la forma en que otras personas viven sus vidas. Algunos dirían –y esto es lo peligroso, dadas las caprichosas características de la naturaleza humana– que también consiste en adquirir poder por el mero hecho de adquirirlo".
Jones describe a los políticos como "gente extraña y especial", entre la que muchos de ellos "parecen tener un interés casi narcisista en sí mismos". Pero también explica que la mayoría de los políticos que ha estudiado no entran en la política "porque sean venales, egoístas o despiadadamente egoístas", sino porque "creen genuinamente que pueden 'hacer una diferencia' y cumplir con un sentido idealista de servicio a la comunidad local o nacional". "Por lo tanto, el éxito en política parece ser una mezcla de ambición, narcisismo, idealismo genuino y, tal vez, una pizca de audacia y crueldad necesaria", señala.
Jones estudió biografías de ex primeros ministros, diputados y presidentes de la Cámara de Representantes, incluidos Harold Wilson, Norman Tebbit, Margaret Thatcher y Tony Blair, para analizar rasgos consistentes. A pesar de sus diferentes motivaciones, hay algunas "habilidades inherentes" que, según Jones, son importantes para el éxito político. Entre ellas enumera el encanto, el optimismo, la capacidad académica, la capacidad de memoria y la buena capacidad para tomar decisiones.
También destaca la importancia del humor, explicando: "Perdonamos a la gente que nos hace reír mucho y se podría argumentar que Boris Johnson basó su estilo político en gran medida en su capacidad para divertir a los votantes: al divertirlos evitó que la política fuera tan mortalmente aburrida como la mayoría parece pensar que es".
Sugiere que una constitución fuerte es una "cualidad clave a menudo olvidada" para quienes buscan posiciones de liderazgo en el gobierno, ya que se necesita "una constitución extremadamente robusta y la voluntad de trabajar largas jornadas que se extienden hasta la noche".
"Dejo para el final la cualidad más importante de todas –el dominio de la palabra hablada– porque sin un alto nivel de habilidades verbales, la política en el Reino Unido nunca puede ofrecer ningún tipo de carrera a sus ambiciosos participantes", explica. "Desde 1945, todos nuestros primeros ministros han poseído una selección de las habilidades clave requeridas, pero la más importante sigue siendo la habilidad de hablar. Algunos ministros han demostrado ser mediocres verbalmente y sus períodos en el poder han sido breves".
Jones también reconoce el valor de las mujeres y de los diputados de clase trabajadora: "También hay que decir que las diputadas tienen que sobrevivir e intentar prosperar en una cultura de la Cámara de los Comunes que está más basada en los hombres que en las mujeres. Por último, los diputados reclutados de clase trabajadora también encuentran la Cámara de los Comunes intimidante, dado el gran porcentaje de diputados con educación privada del lado conservador, además del predominio de los formados en Oxbridge y otras universidades".
Finalmente, Jones señala que si bien los políticos "pueden parecerse a ‘nosotros’ en muchos aspectos (…) en ciertos aspectos importantes son muy diferentes. A menudo parecen adictos o infectados por un ‘virus político’ que los impulsa a competir con otros adictos por los limitados puestos disponibles en lo más alto de la élite política del país", finaliza.
Al final del libro, Jones ofrece algunas medidas para mejorar la calidad ministerial, entre ellas la eliminación del requisito de calificación de miembro parlamentario para el cargo ministerial y el fin de las elecciones de liderazgo por parte de los miembros del partido, así como períodos de mandato más largos.