¿Es ansiedad o estrés? 5 puntos que tienes que tener claros sobre la ansiedad y 6 pautas para gestionarla

Archivo - Mujer haciendo ejercicios de relajación contra la ansiedad y el estrés. - BRIZMAKER/ISTOCK - ARCHIVO

   MADRID, 2 Feb. (EDIZIONES) -

   Todos en algún momento de nuestra vida hemos reconocido que hemos tenido ansiedad. Pero, ¿realmente sabemos identificarla? ¿Y manejarla adecuadamente? ¿Siempre es mala la ansiedad?

   Estos y otros puntos clave vamos a intentar aclararlos en este reportaje de Europa Press Infosalus Silvia Vidal, psicóloga forense y sanitaria, especializada en el tratamiento de la ansiedad y del estrés, más conocida como @queridaneurona, con motivo de la publicación de su libro 'Abraza tus miedos' (MR).

QUÉ ES REALMENTE LA ANSIEDAD

   A grandes rasgos dice que la ansiedad es una reacción fisiológica que tiene nuestro cuerpo cuando ve una posible amenaza. "Entonces, no tiene mucha lógica que queramos eliminarla si no sabemos qué tipo de peligro detectamos. Es una reacción fisiológica del cuerpo, y buena porque nos avisa de una amenaza", advierte.

   Con ello esta experta distingue lo que sería la 'ansiedad adaptativa', "algo que nos protege ante el peligro y nos prepara para poderle hacer frente", de la 'ansiedad desadaptativa' que nos ahoga y limita.

   "Ante un examen, una cita, o una entrevista, o a la hora de cruzar por un paso de cebra, que corremos si vemos un coche rápido, la ansiedad adaptativa nos protege; en el caso de la ansiedad desadaptativa, aquella que nos ahoga y limita, ésta aparece cuando no debería, por ejemplo, cuando estoy en el sofá de casa y de repente siento que estoy en absoluto peligro", remarca Silvia Vidal.

   Así apunta esta ansiedad se convierte en un trastorno cuando la ansiedad, como reacción fisiológica natural, no te protege ni alerta de peligros, sino que constantemente te machaca y se convierte en desadaptativa.

SÍNTOMAS COMUNES DE ANSIEDAD:

   Por otro lado, apunta que hay varios tipos de síntomas de ansiedad:

   ·Cognitivos, relacionados con el pensamiento, dado que hay personas con mucha ansiedad que no tienen taquicardias pero que están todo el día sin parar de pensar, relacionados con el aprendizaje, con la atención y con el lenguaje; y en estos son frecuentes los pensamientos intrusivos, el sentirse confuso y que no deja pensar; la preocupación excesiva todo el rato por todo lo que pueda venir; el miedo a la evaluación negativa de los demás; reducción de la capacidad para centrarse, tienes tantos pensamientos que tu mente va tan rápido que no puede retener; falta de memoria; dificultad para decidir; anticipación de todo lo malo que pueda ocurrir siempre en la mente ansiosa.

   ·Fisiológicos: aquellos que sentimos en el cuerpo cuando hay un incremento de la actividad del sistema nervioso, cuando se te activa el cuerpo y sentimos taquicardias, respiración entrecortada, tics nerviosos (me tiembla el ojo), sensación de agotamiento, boca seca, bruxismo, tensión muscular, dolor de cuerpo, temblores, hormigueo; y problemas gastrointestinales, como el dolor tripa, las náuseas, los mareos, el comer mucho, o el dolor en el pecho.

   ·Emocionales, consecuencia de cómo nos podemos sentir emocionalmente, el sentirnos irritados, saltar a la mínima, asustados a la mínima, nerviosos, alterados, con impaciencia, y luego con apatía, "porque estás cansada de tener tantos síntomas que al final el cuerpo dice que aquí se queda".

   ·Conductuales o comportamentales, relacionados con la acción o la conducta, y estar caminando de lado a lado, morderse las uñas, la sensación de inquietud y de mover las piernas, el tocarse las manos, arrancarse los pellejos de los dedos, morderse el labio, ir muchas veces al frigo en casa a picar algo, y luego dar vueltas en la cama.

CUÁLES SON LOS PRINCIPALES DESENCADENTANTES DE LA ANSIEDAD

   A su vez, destaca Silvia Vidal sobre los desencadenantes de la ansiedad que estos dependen de la persona y de la historia de cada uno, señalando que el primero está relacionado con tener miedos.

   Después, señala a las experiencias estresantes, o traumáticas, "porque el cuerpo detecta que hay peligros"; así como al miedo, por ejemplo, a la enfermedad; el haber tenido figuras de referencia también con miedos; "el estrés es un gran desencadenante de ansiedad"; situaciones dolorosas como un duelo, discusiones en la familia, o cualquier conflicto; ausencia de amistades y de una red de apoyo; la falta de autocuidado; y la autoexigencia y el perfeccionismo.

ESTÁ EN LA MANO DE CADA UNO EL CONTROLARLA

   "Sí podemos aprender a gestionar la ansiedad, y a vivir sin esa ansiedad que nos limita, pero esta ansiedad adaptativa que se activa ante un peligro es innata. Gracias a ella hemos sobrevivido como especie, entonces ésta que se activa en situaciones importante es inevitable; si bien si se vuelve desadaptativa se puede aprender a gestionar, y gracias a la terapia, por ejemplo, a reducir sus síntomas e incluso a desactivarla", mantiene esta psicóloga forense y sanitaria.

QUÉ RELACIÓN GUARDA LA ANSIEDAD CON EL ESTRÉS

   Ambas son reacciones fisiológicas de nuestro cuerpo para adaptarnos o ayudarnos a enfrentar una amenaza, tal y como asevera esta especialista en ansiedad y en manejo del estrés.

   Subraya que en las dos el cuerpo se activa: "Y muchas veces nos confundimos y pensamos que tenemos ansiedad y lo que realmente tenemos es estrés, pero son completamente diferentes, tienen esa parte que se parece, pero tienen muchas diferencias y a la hora de gestionarlo es diferente, el estrés está más relacionado con el agobio y con la sensación de no llegar; mientras que la ansiedad más relacionada con el miedo".

PAUTAS PARA GESTIONARLOS

   Finalmente, pedimos a Silvia Vidal que nos aporte una serie de pautas para gestionar tanto la ansiedad como el estrés e indica las siguientes:

   1. Detectar qué te sucede, si tienes ansiedad o estrés; para 10 minutos al día y mírate hacia adentro y adivina qué es lo que te preocupa.

   2. Revisar las tareas de autocuidado emocional, cómo te cuidas emocionalmente, y si sientes las emociones, si no las reprimes y escuchas a tu cuerpo.

   3. Aprende a relacionarte con tus pensamientos porque no es lo que pensamos el problema, sino cómo nos relacionamos con ellos; y para esto puede ser útil escribir en un papel todo lo que piensas antes de dormir.

   4. En el caso concreto de la ansiedad más alta entrenar el foco de atención, y emplear la técnica de la hoja y el río: "Pon tus pensamientos en una hoja e imagina que lo dejas encima de un río, suelta la hoja y visualiza como se aleja la hoja con los pensamientos encima, visualÍzalos y no te critiques, ni juzgues".

   5. Revisar tu lenguaje interior y tu exigencia, trabajar la autocompasión y ver qué tipo de lenguaje interno estás teniendo, si te críticas por errores o si intentas tratarte con compasión y aprender de ellos.