MADRID 30 Dic. (EUROPA PRESS) -
Los niños y adolescentes que muestran niveles elevados y persistentes de ansiedad son más propensos a padecer psicosis a los 20 años, según un nuevo estudio de la Universidad de Birmingham (Reino Unido).
Sin embargo, el tratamiento de la ansiedad temprana mediante el control de las hormonas del estrés y la inflamación no resolutiva durante la infancia y la adolescencia podría ayudar a reducir dicho riesgo.
Para el estudio, expertos de dicha universidad examinaron la relación entre la ansiedad persistente en la infancia y la adolescencia con los individuos con experiencias psicóticas o trastorno psicótico a la edad de 24 años.
Así, examinaron los datos del Estudio Longitudinal de Padres e Hijos de Avon (ALSPAC) para crear una imagen de la salud mental de 3.889 niños a los ocho, 10, 13 y 24 años de edad.
Al publicar sus hallazgos en 'Biological Psychiatry', los investigadores revelan que los individuos con altos niveles persistentes de ansiedad eran más propensos a desarrollar experiencias psicóticas o trastorno psicótico a la edad de 24 años.
Al respecto, la autora principal, Isabel Morales-Muñoz, del Instituto de Salud Mental de dicha universidad, ha comentado que sería posible "prevenir la psicosis dirigiendo y tratando la ansiedad temprana".
"El diagnóstico y el tratamiento tempranos de la ansiedad en la adolescencia y, posiblemente, los tratamientos novedosos dirigidos a la inflamación podrían ser acciones clave para desbloquear estrategias de tratamiento que reduzcan el riesgo de que los niños y adolescentes desarrollen psicosis", abunda la experta.
Tal y como recuerda, los trastornos psicóticos se encuentran entre las principales causas de discapacidad y afectan al 31 por ciento de las personas en Reino Unido. Los datos sugieren que tanto los factores de riesgo genéticos como los ambientales, entre ellos la privación, los traumas infantiles y la condición de minoría, contribuyen a su desarrollo.
Además, los individuos que desarrollan psicosis son más propensos a mostrar problemas socioemocionales y de comportamiento en la infancia, pero aún no se ha investigado si la ansiedad infantil está asociada a la psicosis posterior.
La autora principal del estudio, Rachel Upthegrove, ha comentado que la infancia y la adolescencia son "la fase central de riesgo" para desarrollar trastornos de ansiedad que se convierten en factores de riesgo para los trastornos mentales generales en la edad adulta.
"Identificamos un grupo de niños y adolescentes que experimentan niveles de ansiedad persistentes y elevados, y estos podrían ser los individuos con mayor riesgo de padecer trastornos mentales posteriores, incluida la psicosis", explica Upthegrove.
Concretamente, los investigadores encontraron asociaciones más sólidas de niveles altos y persistentes de ansiedad con los trastornos psicóticos que con las experiencias psicóticas.
Esto sugiere que la ansiedad persistente en la infancia y la adolescencia puede constituir un mejor indicador del desarrollo de un futuro trastorno psicótico formal, mientras que las experiencias psicóticas, que son mucho más comunes en la población, constituyen un grupo más diverso.
En este sentido, los expertos creen que estas experiencias psicóticas pueden asociarse a una gama más amplia de posibles factores de riesgo en la edad adulta joven, como el sexo y el consumo de cannabis.
Sus hallazgos indican que las asociaciones de los niveles altos y persistentes de ansiedad con la psicosis a los 24 años podrían ser específicas de este trastorno mental, ya que no se encontraron asociaciones con otros trastornos relevantes, como la hipomanía, las fobias o el abuso de sustancias.
