MADRID 29 Mar. (EUROPA PRESS) -
La mayoría de los pacientes hospitalizados por infecciones respiratorias víricas agudas reciben antibióticos. Ahora, un nuevo estudio que se presentará en el Congreso Europeo de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas (ECCMID), en Copenhague (Dinamarca), sugiere que es poco probable que la prescripción de antibióticos a adultos hospitalizados por infecciones respiratorias víricas comunes, como la gripe, salve vidas.
"Las enseñanzas extraídas de la pandemia de Covid-19 sugieren que los antibióticos pueden no administrarse con seguridad a la mayoría de los pacientes con infecciones respiratorias víricas, y que el temor a las coinfecciones bacterianas puede ser exagerado", afirma la autora principal, la doctora Magrit Jarlsdatter Hovind, del Hospital Universitario Akershus y la Universidad de Oslo (Noruega).
"Nuestro nuevo estudio se suma a esta evidencia, sugiriendo que es poco probable que la administración de antibióticos a personas hospitalizadas con infecciones respiratorias comunes reduzca el riesgo de muerte en un plazo de 30 días --subraya--. Un grado tan elevado de prescripción potencialmente innecesaria tiene importantes implicaciones dada la creciente amenaza de la resistencia a los antimicrobianos".
Las infecciones respiratorias representan en torno al 10% de la carga mundial de morbilidad y son el motivo más frecuente de prescripción de antibióticos. Muchas infecciones son víricas y no requieren antibióticos ni responden a ellos, pero la preocupación por la coinfección bacteriana suele llevar a prescribir antibióticos por precaución.
Las preocupaciones en torno a la coinfección bacteriana en COVID-19 condujeron a un uso generalizado de antibióticos en hospitales y en la comunidad. Según algunos estudios, en algunos países se prescribieron antibióticos a cerca del 70% de los pacientes con COVID-19, a pesar de que su uso sólo estaba justificado en aproximadamente 1 de cada 10 de ellos.
En este análisis, investigadores noruegos evaluaron retrospectivamente el impacto de la terapia antibiótica en la mortalidad de 2.111 adultos ingresados en el Hospital Universitario de Akershus con un frotis nasofaríngeo o faríngeo al ingreso hospitalario positivo para el virus de la gripe (H3N2, H1N1, gripe B; 44%, 935/2.111), virus respiratorio sincitial (VRS; 20%, 429/2.111) o síndrome respiratorio agudo grave coronavirus 2 (SARS-CoV-2; 35%, 747/2.111) entre 2017 y 2021.
Se registraron las pruebas que formaban parte de la rutina clínica durante el ingreso hospitalario con infecciones respiratorias, incluidos los hemocultivos y los hisopos nasofaríngeos o faríngeos para patógenos víricos y bacterianos comunes. Se excluyeron de este análisis los pacientes con un patógeno bacteriano confirmado y los pacientes con otras infecciones que requerían tratamiento antibiótico.
La terapia antibiótica se inició en más de la mitad (55%; 1153/2.111) de los pacientes con infecciones respiratorias víricas en el momento del ingreso hospitalario. Otros 168 pacientes recibieron antibióticos posteriormente durante la hospitalización. En total, el 63% (1.321/2.111) de los pacientes recibieron antibióticos para la infección respiratoria durante su estancia en el hospital.
En total, 168 (8%) pacientes fallecieron en un plazo de 30 días: 119 pacientes a los que se prescribieron antibióticos en el momento del ingreso, 27 pacientes a los que se administraron antibióticos posteriormente durante su estancia en el hospital y 22 pacientes a los que no se prescribieron antibióticos.
Los análisis, ajustados por tipo de virus, sexo, edad, gravedad de la enfermedad y enfermedades subyacentes, revelaron que los pacientes a los que se prescribieron antibióticos en cualquier momento de su estancia hospitalaria (incluido el ingreso) tenían el doble de probabilidades de morir en un plazo de 30 días que los que no recibieron antibióticos, y el riesgo de mortalidad aumentaba un 3% por cada día de tratamiento antibiótico en comparación con los que no recibieron antibióticos. Por el contrario, la administración de antibióticos durante el ingreso hospitalario no se asoció a un mayor riesgo de muerte a los 30 días.
"Aunque los análisis se ajustaron en función de la gravedad de la enfermedad y de la enfermedad subyacente, este hallazgo paradójico puede deberse a un patrón de prescripción de antibióticos en el que los pacientes más enfermos y con más enfermedades subyacentes tenían más probabilidades de recibir antibióticos y de morir", explica Hovind.
Y añade que "reducir el uso y la duración de la terapia antibiótica intrahospitalaria en pacientes con infecciones respiratorias víricas reduciría el riesgo de efectos secundarios derivados de la exposición a los antibióticos y ayudaría a hacer frente a la creciente amenaza de la resistencia a los antibióticos. Sin embargo, se necesitan pruebas más sólidas de ensayos prospectivos aleatorizados para determinar si los pacientes ingresados en el hospital con infecciones respiratorias virales deben ser tratados con antibióticos", apunta.
Los autores señalan algunas limitaciones de su estudio, entre ellas que se trata de un estudio observacional, por lo que no puede probar la causalidad, y aunque en el análisis se ajustaron el tipo de virus, la edad, el sexo y las enfermedades subyacentes, puede haber habido otros factores no declarados, como el tabaquismo y el nivel socioeconómico, que pueden haber influido en el resultado.