El antídoto para un envejecimiento saludable: comer la mitad, correr el doble y reírse el triple

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   MADRID, 19 Nov. (EDIZIONES) -

Hay varias teorías sobre por qué se produce el envejecimiento. Y algunas son más populares o más aceptadas que otras, pero eso no significa que sean las correctas. De hecho, no hay ninguna que explique enteramente por qué envejecemos.

   Tal y como señala en una entrevista con Europa Press Infosalus el profesor Antonio Ayala, catedrático de Bioquímica y Biología molecular de la Universidad de Sevilla, y vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina Antienvejecimiento y Longevidad (SEMAL), dentro de las teorías más aceptadas se encuentra la de los radicales libres, que explicaría que envejecemos porque nos oxidamos.

   "Esta oxidación y oxidantes se generan en nuestro propio metabolismo, en sitios celulares importantes como las mitocondrias, y también en reacciones de desintoxicación. Es decir, que, según esta teoría, el envejecimiento es inherente a la vida. Otra teoría estaría relacionada con el acortamiento de los telómeros", agrega.

QUÉ ACELERA NUESTRO ENVEJECIMIENTO

   Precisamente, acaba de publicar en la revista científica de la Sociedad Española de Medicina Estética un artículo titulado 'Toxicidad ambiental y envejecimiento', junto con la doctora Cristina Garzón Rodríguez, en el que pone precisamente estos aspectos sobre la mesa, resaltando que, aunque realmente no sepamos por qué envejecemos, sí conocemos los factores que nos acortan y nos alargan la vida.

   Entre los que más aceleran el envejecimiento humano, aparte de la exposición a compuestos químicos que están presentes en lo que respiramos, comemos, o tocamos y bebemos, apunta este experto a una mala alimentación, a no cuidar la microbiota, a comer en exceso, al sedentarismo, al estrés, a no dormir bien, al aislamiento no deseado, y a malos hábitos como fumar y tomar más alcohol de la cuenta. "Envejecemos prematuramente cuando no nos cuidamos, y no escuchamos las señales de alarma de nuestro cuerpo", afirma este especialista.

   Pero también señala el profesor Ayala a factores ambientales que son perjudiciales: contaminación, compuestos en la dieta como aditivos alimentarios, productos químicos presentes en productos de higiene personal o de limpieza. "Todos estos 'xenobióticos', o productos ajenos a nosotros, por exposición nos terminan dañando y produciendo enfermedades. Hay que tener en cuenta que se diagnostican al año 200.000 casos nuevos de cáncer, y obviamente vienen de estos compuestos", considera.

   Esto acelera, además, nuestro envejecimiento, según argumenta, porque cada vez que se expone a un compuesto químico nuestro organismo, los sistemas de detoxificación de nuestro cuerpo, principalmente el hígado, los elimina por la orina. Ahora bien, esto no es inocuo, según advierte, dado que cada vez que funciona este sistema se forman compuestos oxidantes como efecto secundario, que nos generan un daño; de manera que cuanta más exposición haya y más activos estén estos sistemas de detoxificación, más envejecimiento acelerado. "Si no se minimiza con el paso del tiempo, se genera mucho daño y el envejecimiento prematuro", aclara

EL PAPEL DE LA GENÉTICA

   Aquí, reseña el vicepresidente de SEMAL que un aspecto importante en la manera de envejecer, y en la aparición de enfermedades, es la exposición a factores ambientales, pero también habla de la genética. Mantiene que, en el mundo de la medicina antienvejecimiento, se afirma que la velocidad a la que envejecemos está determinada en torno a un 70% por los hábitos de vida, y el 30% restante por la genética.

   Esto es un "mantra discutible", en su opinión, porque en algunas personas dice que esto se cumple, si bien en otros casos la genética contribuye en un 80-90% de los casos, y los hábitos en el resto. "Hay casos en los que personas con una genética robusta, a pesar de no tener buenos hábitos, vivirán mucho, pero también al revés, personas con una genética mala que, a pesar de cuidarse mucho, llegan a mayores con un problema grave de salud inesperado, e incluso éste les surge a edades tempranas", agrega.

DESDE QUE NACEMOS ESTAMOS EXPUESTOS A FACTORES AMBIENTALES

   En relación a la exposición a factores ambientales dice que hay que tener en cuenta que desde que nacemos estamos expuestos a ellos: "Ya desde el cordón umbilical se ve que hay casi 300 compuestos tóxicos, como pesticidas, contaminantes ambientales, alrededor de 200 compuestos cancerígenos, así como otros tóxicos para el sistema nervioso central".

   Eso sí, apunta que la susceptibilidad a estos factores varía en función de la persona, y esto ya depende de los mecanismos de reparación, de cómo sea la detoxificación de cada persona antes citados, y de cómo el cuerpo reaccione frente a estos factores ambientales. "Hay personas muy sensibles, como los que padecen, por ejemplo, sensibilidad química múltiple, y hasta un 8% de la población es sensible a las radiaciones electromagnéticas", agrega.

MINIMIZAR EL IMPACTO NEGATIVO DE LOS FACTORES AMBIENTALES

   Sobre cómo minimizar este impacto negativo, el catedrático de la Universidad de Sevilla resalta que hay que cuidar muchísimos aspectos, el primero de ellos evitando las ciudades contaminadas. Señalan en el trabajo ambos autores que "vivir en ciudades con una alta densidad de población acorta la vida, y este efecto de los tóxicos ambientales se ve agravado, porque el aumento de la edad disminuye la capacidad de un individuo para metabolizar, compensar, y recuperarse de la exposición a factores estresantes adversos; todo lo cual puede conducir a una homeostasis alterada de sistemas biológicos clave".

   Desde el punto de vista de la alimentación, recomienda el profesor Ayala tomar productos ecológicos sin aditivos, dado que "hacen el mismo efecto que los contaminantes ambientales que nos oxidan", además de evitar alimentos precocinados, evitar pesticidas, y retirar la piel de la fruta que se pueda pelar, evitar alimentos demasiado cocinados, no tomar esa parte de la carne o del pan hecha más de la cuenta y que está carbonizada, así como evitar los fritos y la reutilización de aceite porque generan compuestos que hacen mutaciones en el ADN. Desaconseja igualmente comer con frecuencia de barbacoa y ahumados.

   En el caso de los cosméticos ve conveniente que estos sean sin parabenos, y también evitar en los utensilios de cocina, concretamente las sartenes que no sean de teflón, sin PFOA. "Si se tiene esto en cuenta, todos los días nos hará un pequeño beneficio y a la larga a la hora de envejecer saludablemente será mejor", agrega.

   En este sentido, el estudio publicado en la revista de la Sociedad Española de Medicina Estética destaca igualmente que "curiosamente, los mismos factores ambientales que causan las enfermedades crónicas y aceleran el envejecimiento, son los mismos que juegan un papel clave en la crisis climática".

   Por eso, y en resumen, este experto en medicina antienvejecimiento propone como receta o "antídoto" para lograr un envejecimiento saludable o retrasarlo lo más que se puede: "Comer la mitad, correr el doble, y reírse el triple, el antídoto frente al envejecimiento saludable; unos aspectos también vitales a la hora de defendernos de estas exposiciones a compuestos que nos enferman".