Antonio Gancedo, referente en pediatría social: "La violencia en la infancia puede desencadenar problemas severos"

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Publicado: martes, 14 enero 2025 8:26

    MADRID, 14 Ene. (EDIZIONES) -

   Antonio Gancedo Baranda es especialista en Pediatría y Neonatología del Hospital Universitario Fundación Alcorcón de Madrid, así como miembro de la Junta directiva de la Sociedad Española de Pediatría Social, y un auténtico referente en la materia.

   Le entrevistamos en Europa Press Infosalus porque, por desgracia, la violencia contra los menores es cada vez más frecuente, un tema con el que el trabaja a diario. Señala que, en la actualidad, no nos podemos fiar mucho de las estadísticas porque, aunque éstas cifran este tipo de violencia en 1 de cada 5 niños españoles, incluyendo la sexual, considera este experto que, en nuestro país, en este campo, "estamos un poco a ciegas".

   Argumenta que los conceptos de 'maltrato infantil' o de 'violencia sobre la infancia' suelen variar porque para unos lo que representa, por ejemplo, una negligencia, para otros es violencia psicológica o sexual.

   "Es uno de los campos donde debemos mejorar", reconoce, y por eso, entre otros puntos, defiende que son súper necesarias tanto una mayor formación de los pediatras en la materia, "que ahora es manifiestamente mejorable", y como apoyo de la Atención primaria, como la puesta en marcha de más consultas propias de pediatría social en nuestro país, hoy apenas 12 o 13 en todo nuestro territorio.

   Cuenta precisamente que hay países, como Estados Unidos, con estadísticas anuales sobre el tipo de violencia infantil, y el número de niños que mueren por ello, pero dice que en España aún se está trabajando en estos aspectos, pese a que en 2021 se aprobara la Ley de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia, un 'empujón' en este sentido, "que ha sentado unas bases muy sólidas; si bien esta ley aún está en desarrollo y falta mucho por hacer".

LA VIOLENCIA EN LOS MENORES

   Entonces, ¿qué se considera como violencia en la infancia? El doctor Gancedo explica que la violencia contra la infancia y la adolescencia se contempla como la posibilidad de generar daño físico, psíquico, o social a una persona menor de edad. Aparte, dice que hay dos aspectos muy significativos: primero el sometimiento y el control que quiere el victimario sobre la víctima; y luego, el hecho de que no deja de ser una esfera en la que se conculcan derechos básicos sobre el niño.

   Aquí advierte este pediatra de que son muchos los factores de riesgo que pueden darse sobre la violencia infantil, y que por normal general suelen estigmatizarse, poniendo el ejemplo de que si eres una familia con bajos recursos, o con una persona con discapacidad o con un prematuro, por ejemplo, ya se presupone que seguramente vas a tener una situación de violencia, cuando no tiene por qué ser así. Recuerda que ésta puede darse en cualquier contexto, tipo de familia, condición económica, o ideología.

   "En muchas ocasiones, los factores de riesgo sirven para estigmatizar a determinados segmentos de la población. Lo que sí que está claro es que en entornos familiares donde un niño se desarrolla viendo violencia entre sus progenitores, ante situaciones de falta de atención y de cuidados, de negligencias sobre el menor, en las que, por ejemplo, no se les dejan acudir a recursos médicos, o ante situaciones en las que se pretende instaurar educaciones muy exigentes, en la que se conculcan derechos de los niños, nos podemos encontrar ante situaciones de maltrato o de violencia", remarca.

   Lamenta igualmente este experto que, cuando esas tres tipologías clásicas de violencia sobre la infancia tienen lugar (negligencia, maltrato psicológico, y el maltrato físico) suele aparecer por desgracia la cuarta forma de violencia sobre los menores, que es la de tipo sexual. "Cuando no hay competencia parental, cuando no hay apoyos en redes familiares o sociales, situaciones de violencia en el entorno, situaciones de violencia en la familia, ahí casi siempre va a estar el germen de que ese niño sufra violencia", agrega.

PRINCIPALES SIGNOS DE ALARMA

   En cuanto a los principales signos de violencia sobre los menores, este especialista del Hospital Universitario Fundación Alcorcón de Madrid apunta que, muchas veces, se ve que el niño está triste o con un comportamiento anómalo para su edad, se puede apreciar que el menor está hipervigilante; si mantiene contacto físico, éste es defectuoso por defecto o por exceso; baja su rendimiento académico; está más introvertido; duerme mal; o presenta una sintomatología funcional en forma de dolores de cabeza, de dolores abdominales, de crisis de ansiedad, o de situaciones cuando les cuesta respirar.

   "Los niños te lo refieren. Hay que estar atentos a estos pequeños destellos que los niños van lanzando. Porque los niños se enteran de las cosas, aunque no lo creamos, y después también lo que ocurre es cómo interpretan esa información que reciben. Pero cuando un niño es maltratado aparece mucha sintomatología citada", refiere este doctor y referente en Pediatría social. Pero, sobre todo apunta a una sintomatología funcional, de tristeza, de hipervigilancia, de desconfianza ante el entorno.

CÓMO LA VIOLENCIA IMPACTA EN SU DESARROLLO

   Preguntamos al doctor Gancedo de qué manera la violencia contra los niños impacta en su desarrollo, ¿puede generar secuelas de por vida? Este experto sostiene a este respecto que las investigaciones más recientes, de hace dos o tres décadas, indican que la carga genética de ese menor varía por el efecto de la violencia sobre ellos.

   El desarrollo de la estructura de su cerebro va a alterarse, y esa generación de situaciones de violencia que vivirá el menor tendrán consecuencias como alteraciones de su sistema inmune, de manera que tendrán una mayor predisposición en la edad infantil, o en la edad adulta, a padecer enfermedades como EPOC, asma, diabetes, hipertensión arterial, accidentes cerebrovasculares, o fibromialgias entre otras, tal y como afirma. "Se ha visto que la violencia en la infancia irrumpe como un factor que puede desencadenar problemas severos en la vida del individuo", apostilla.

   Estos niños viven unas situaciones de estrés continuo, que hace que esas hormonas del estrés estén hiperactivadas, según relata. "Este estrés continuado, o exposición a estas hormonas del estrés, pueden aparecer ya en el claustro materno; por ejemplo, en una madre que vive la violencia física, psíquica, o material contra ella, en su relación de pareja. Esto ya puede afectar al cerebro infantil en formación en el vientre de la madre, o ya en su desarrollo inicial. Ese cerebro estará inundado por cortisol, por la adrenalina, y por otras sustancias que hacen que ese desarrollo no sea el adecuado", lamenta este pediatra.

   A su juicio, esto es "terrible" para el desarrollo del menor y, de no detectarlo y evitarlo, ese niño será infeliz, pero también, a lo largo de su vida, podrá empezar a desarrollar algunas patologías; "de ahí, la importancia de las consultas de la pediatría social de nuevo".

   "Muchas veces, la anamnesis o entrevista con el paciente, gracias a una mesa y a un par de sillas, escuchar al paciente básicamente, es suficiente para detectar el problema, y saber qué tienes que buscar y cómo ayudarle", remarca Gancedo, subrayando que este tipo de consultas "son muy necesarias, y muy baratas", aparte de que generan un rendimiento a la sociedad "muy alto".

   "El problema es que vivimos en un entorno en el que la hipertecnificación de la medicina no lleva a ello. La pediatría social en cuanto a las investigaciones y al futuro es puntera. Es necesaria esta especialidad y su formación porque dispones de unos recursos y de unos conocimientos que pueden favorecer que la atención pediátrica compleja sea más completa y holística", destaca.

   De hecho, el doctor Gancedo recalca que "por cada dólar que se ingrese en reducir estas experiencias adversas en la infancia, esto vuelve a la sociedad en forma de 4-5 dólares, y en algunos estudios en hasta 9 dólares".

LA IMPORTANCIA DE LAS EXPERIENCIAS POSITIVAS EN LA INFANCIA

   Sobre cómo prevenir o combatir la violencia en la infancia apunta a las experiencias positivas en la infancia, que pueden favorecer y proteger al menor como el ser escuchado, el sentirte respetado, cuidado, o querido, así como el saber que están en un entorno con una serie de normas, con unos adecuados recursos sociosanitarios, de naturaleza, o de ocio. "Estos factores protegen frente a la violencia en los menores", resalta el especialista.

   El niño que se va a desarrollar en un entorno donde ha sufrido más de cuatro experiencias adversas en la infancia, sus progenitores tienen un nivel socioeconómico no adecuado, no hay recursos de apoyo, puede correr el riesgo de que a la larga tenga estos problemas citados, según prosigue.

   Ahora bien, sí avisa de que "esto no significa que los vaya a tener" sí o sí porque aquí interviene la resiliencia de cada individuo, o capacidad para sobrellevar y superar las adversidades, "y la de cada uno es única", y también depende de muchos factores. "Pero estas experiencias positivas de la infancia de sentirte educado, visualizado, visto es súper importante. Muchos niños sienten que nadie les valora y les quiere, y que todo lo que hacen está mal, y esto les pone en el disparadero para sufrir estas situaciones de violencia en la infancia, y después cuando sean más adultos establecer relaciones totalmente patológicas con el entorno", agrega.

   Considera este experto, y miembro de la Sociedad Española de Pediatría Social, que la violencia en los menores, por suerte, se va visibilizando cada vez más, si bien lamenta que la sociedad actual es "muy compleja", y aunque ésta ha existido desde el origen de la humanidad, la violencia contra los menores va cada vez a más.

    "Es una labor sobre la que se tiene que trabajar en red, y con una coordinación adecuada a nivel institucional e interprofesional. Si no, estamos condenados al fracaso como sociedad, y en la protección de esos derechos de la infancia, en alcanzar ese máximo potencial de los niños", concluye este referente.

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