Han aparecido tratamientos que suman meses de supervivencia a pacientes de carcinoma hepatocelular, según experto

Archivo - Ilustración de un hígado dañado - ERANICLE/ ISTOCK - ARCHIVO

MADRID 4 Feb. (EUROPA PRESS) -

A pesar de que el carcinoma hepatocelular (CHC) tiene un mal pronóstico, en los últimos 5 años han aparecido tratamientos que han sumado meses de supervivencia, y presentan resultados optimistas de cara al futuro para que esta enfermedad se convierta en una patología crónica, asegura el vicesecretario de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH), el doctor Alejandro Forner.

Sin embargo, "es cierto que la incidencia global del CHC no ha variado apenas en los últimos años, a pesar de los tratamientos que curan el virus de la hepatitis C y la vacunación frente a la B, lo que evidencia que otros factores como el alcohol y el síndrome metabólico están jugando un papel cada vez más relevante", añade el también especialista en hepatocarcinoma en el Hospital Clínic de Barcelona, el doctor Forner.

Esta tendencia resulta "preocupante" ya que el hígado graso será en una década la primera causa de CHC, dado el avance de la prevalencia del síndrome metabólico, según los resultados los resultados del III Registro de Carcinoma Hepatocelular de la AEEH, que muestran el incremento de casos de cáncer de hígado provocados por la enfermedad hepática metabólica. Si en 2008 el hígado graso representaba la causa del 1,9 por ciento del total de casos de CHC, ahora que ya supone casi 12 por ciento.

Por otro lado, el estigma que rodea la cirrosis impide en un alto grado la detección precoz de este tipo de cáncer, si bien gracias a los programas de cribado un 50 por ciento de los pacientes son diagnosticados en las fases iniciales.

Es por ello, que con motivo del Día Internacional del Cáncer este martes 4 de febrero, la AEEH recomienda la realización de una ecografía abdominal cada seis meses en pacientes con cirrosis hepática, una herramienta clave para diagnosticar el cáncer de hígado en los estadios más iniciales de la enfermedad y multiplicar por cinco las posibilidades de supervivencia de los pacientes.

Además, los expertos recomiendan igualmente implementar políticas para aumentar la detección y estrategias de prevención, dirigidas mayoritariamente al alcohol y al hígado graso.

Por último, desde la AEEH ofrecen una serie de recomendaciones para un hígado sano, entre las que destacan llevar un estilo de vida saludable, realizar ejercicio físico, mantener una dieta sana y evitar el consumo de alcohol, acciones que son también necesarias para corregir y evitar la progresión a cirrosis y carcinoma hepático.