MADRID, 18 May. (EUROPA PRESS) -
Cuanto más grave es la apnea obstructiva del sueño (AOS) de un paciente, mayor es su riesgo de contraer COVID-19, según una investigación presentada en la Conferencia Internacional ATS 2021, organizada por la Asociación Torácica Americana. Al tiempo, el estudio también ha descubierto que cuanto más tiempo utilizaban los pacientes la presión positiva en las vías respiratorias (PAP) cada noche, más disminuía el riesgo de contraer COVID-19.
Dennis Hwang, director médico director de KP SBC Sleep Medicine, Kaiser Permanente y copresidente de medicina del sueño, Southern California Permanente Medical Group, y sus colegas examinaron una base de datos de pacientes que fueron evaluados por trastornos del sueño por Kaiser Permanente Southern California entre 2015 y 2020. Observaron las tasas de infección de COVID-19 y las hospitalizaciones por todas las causas y la mortalidad según el estado de la AOS y si los pacientes se adhirieron a la terapia de PAP.
Los pacientes con AOS que utilizaron sus dispositivos de PAP (principalmente CPAP) durante dos horas o más por noche se consideraron "tratados", con gradaciones crecientes de "tratamiento" clasificadas por cada dos horas de uso de PAP. Se utilizó el índice de apnea-hipopnea (IAH) para definir la gravedad de la AOS. Se utilizaron herramientas estadísticas para calcular la asociación de diversas consideraciones demográficas, como el sexo, la raza/etnia y la edad, con los factores de salud.
Se incluyeron en el análisis las historias clínicas de 81.932 pacientes. 1.493 pacientes tenían una infección confirmada por COVID-19, con 224 hospitalizaciones. Sesenta y uno de los pacientes hospitalizados por COVID estuvieron en la UCI y/o murieron.
Los autores afirman que "la AOS no tratada (y el aumento de la gravedad de la AOS) se asoció a una mayor tasa de COVID-19 y a una menor tasa cuando se trata. La mayor adherencia al PAP, cuando la terapia se utilizó al menos cuatro horas por noche durante el periodo de la pandemia, también mostró una menor tasa de infección".
Los investigadores también realizaron un análisis de diversos factores que podrían haber afectado a los resultados. Este análisis confirmó una mayor tasa de infección con AOS frente a sin AOS y el beneficio del PAP frente a estar sin tratar.
También descubrieron que la obesidad, las puntuaciones más altas en el índice de comorbilidad de Charlson (que clasifica a los pacientes en función del número de enfermedades crónicas concurrentes que padecen), la etnia negra o hispana y la inscripción en Medicaid también se asociaban a tasas de infección por COVID-19 más elevadas.
Sorprendentemente, aunque los ancianos suelen ser más susceptibles a la infección por el SARS-CoV-2 (el virus que causa el COVID-19), el aumento de la edad en el estudio se asoció a una menor tasa de infección. "También nos sorprendió que los pacientes con AOS que tenían una alta adherencia al PAP presentaran tasas de infección más bajas que los pacientes que ni siquiera tenían AOS --admite el doctor Hwang--. Esto respalda aún más un beneficio fisiológico directo del tratamiento con PAP".
"Creemos que la relación entre la AOS y el mayor riesgo de infección por COVID-19 puede deberse a factores tanto biológicos como de comportamiento", apunta Hwang.
Según señala, "la mayor tasa de infección con la AOS más grave y los factores de riesgo médico compartidos entre la AOS y la COVID-19, como el sexo masculino, la obesidad y la presencia de enfermedades cardiovasculares, apoyan una influencia biológica, quizá a través del impacto en la función respiratoria, la inflamación de las vías respiratorias y la fragmentación del sueño".
"Por otro lado --añade--, aunque la edad avanzada aumenta claramente la gravedad de la COVID-19, nuestro hallazgo de que la edad avanzada se asoció con una menor tasa de infección apoya una explicación conductual. Los pacientes con AOS tienden a ser mayores, y es posible que los pacientes de más edad se adhieran más al distanciamiento social, al enmascaramiento y a comportamientos sociales menos arriesgados".
"Asimismo, creemos que la relación entre una buena adherencia al PAP y una menor tasa de infección por COVID-19 puede tener también una explicación biológica directa y otra indirecta de tipo conductual --prosigue--. La reducción de la obstrucción de las vías respiratorias superiores e inferiores, la mejora de la expansión pulmonar, la mejora de la movilización de las secreciones y la humidificación por calentamiento del PAP pueden ser posibles mecanismos de protección. Sin embargo, la relación entre el riesgo de infección y los factores demográficos, como el aumento de la edad, la pertenencia a minorías raciales/étnicas y el nivel económico más bajo, sugiere que hay una influencia socioeconómica en juego".
En este sentido, el doctor Hwang señala que el estudio se llevó a cabo antes de la severa oleada de COVID del invierno 2020-2021, cuando las tasas de infección se dispararon. "Un análisis preliminar de un conjunto de datos actualizado sugiere que la AOS aumentó significativamente el riesgo de hospitalización, aunque el impacto del PAP requiere un análisis más profundo", concluye.