¿Se aprende a ser positivo?

Felicidad
Foto: FLICKER/RABANITO
Actualizado: miércoles, 30 abril 2014 18:39

MADRID, 30 Abr. (Infosalus/EP) -

   Detectar el peligro es una de las herramientas básicas para la supervivencia del ser humano pero es también un arma de doble filo que en los momentos de estrés puede convertirse en el peor de los enemigos. Para superar las preocupaciones innecesarias que alteran el ánimo, la voluntad y la salud es preciso aprender a extraer lo positivo de cada situación.

   Desde el sitio web de 'Mental Health America' (www.mentalhealthamerica.net), una de las principales instituciones sobre Salud Mental en Estados Unidos, apuntan que la evidencia científica muestra que es posible aprender a pensar en positivo y que esto se traduce en cambios en la configuración cerebral. Para aprender a ser positivos apuntan a toda una serie de actitudes a tomar. A continuación extraemos los aspectos más representativos de lo expuesto en su página en Internet.

PROMOVER EL OPTIMISMO

   Intentar ser optimista no significa ignorar los aspectos desagradables de la vida sino centrarse en lo positivo tanto como sea posible, señalan los especialistas, que añaden que esta práctica se vuelve más fácil con el tiempo. Para fomentar el optimismo plantean:

* Escribir sobre un futuro en positivo: visualizar objetivos y sueños que se hacen realidad. Para ello se puede: escribir sobre este futuro en vez de sólo imaginarlo; buscar tiempo para añadir los detalles a esta visión positiva; visualizar resultados positivos en situaciones particulares en las que se presenta algún reto.

* Buscar el aspecto positivo: a través de preguntas del tipo: ¿Cómo puedo crecer a partir de esta situación?, ¿Son mis relaciones personales más fuertes ahora?, ¿He desarrollado nuevas habilidades?, ¿Me siento orgulloso sobre la forma en la que llevé la situación?

PRACTICAR EL AGRADECIMIENTO

   Ser conscientes y apreciar lo positivo presente en la vida individual aumenta el bienestar emocional y el estado de ánimo. Para aumentar esta sensación de gratitud se puede:

* Escribir una carta: el investigador Martin Seligman pidió a individuos que escribieran una carta agradeciendo a alguien que había sido especialmente amable con ellos y después que la entregaran en persona. Quienes escribieron la carta disfrutaron de claros efectos positivos incluso un mes más tarde.

* Mantener un diario: escribir algo largo o pequeño que ayude a recordar logros importantes, momentos emocionantes o grandes relaciones personales.

* Disfrutar de los momentos especiales: hay que emplear las vías necesarias para profundizar en los aspectos más agradables de la vida.

* Compartir las buenas noticias: los estudios sobre las reacciones de las personas ante situaciones positivas sugieren que aquellos que cuentan a un amigo algún acontecimiento feliz lo disfrutan incluso más.

EVITAR LOS PENSAMIENTOS NEGATIVOS

   Para ser cada vez más positivo hay que evitar aquello que deprime el ánimo y con la práctica resultará más fácil resistirse a los pensamientos de preocupación. Los especialistas sugieren:

* No habitar en el pesimismo: centrarse en lo negativo no sólo es desagradable sino que puede deteriorar el rendimiento en las tareas que se emprenden. Para evitar las obsesiones es bueno: tomar perspectiva sobre la importancia del tema y la energía que le dedicamos; posponer la preocupación para cuando el estado de ánimo mejore; buscar soluciones concretas al problema; involucrarse en otra tarea agradable con la que ocupar la mente.

* Cambia el monólogo interior insano: los pensamientos negativos se suelen ir acumulando durante largo tiempo. Las investigaciones demuestran que es posible aprender a cambiar estos pensamientos y que, con el tiempo, incluso cambiar la configuración cerebral.

   Por ello, es saludable probar técnicas de la terapia cognitivo-conductual, que examina en parte cómo cambiar estos pensamientos puede cambiar la vida. Algunos consejos incluyen:  

- Cuestionarse si estos pensamientos negativos son realmente verdaderos.

- Recordar los logros que desmienten la inseguridad.

- Imaginar lo que diríamos a un amigo con preocupaciones similares.

- Evitar los pensamientos extremos de todo o nada.

- Sopesar explicaciones alternativas ante situaciones en las que se elige aplicar el pensamiento negativo.

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