MADRID, 19 Mar. (EUROPA PRESS) -
Artrosis y artritis no son la misma patología aunque haya mucha gente que las confunda. Tienen distintos síntomas, manifestaciones y afectan a distintas partes del cuerpo.
La artrosis es una enfermedad degenerativa, según la Liga Panamericana de Asociaciones de Reumatología (Panlar), que añade que consiste en un desgaste del cartílago articular, que puede ser progresivo. La Organización Mundial de la Salud estima que para 2020, más de 579 millones de personas en el mundo la padecerán.
La enfermedad, que no es exclusiva de la vejez y cualquier persona puede padecer, puede afectar a cualquier articulación, pero las más frecuentes son las de las manos, rodillas, cadera y la columna vertebral, agrega Panlar.
La artrosis no presenta síntomas generales. El principal síntoma es el dolor, que es de tipo mecánico, es decir, se desencadena con los movimientos, suele empeorar cuando se realiza un sobreesfuerzo y mejora con el reposo, puntualiza el Hospital Nuestra Señora del Rosario.
También existe gran variabilidad en la expresión de la enfermedad. "Aunque la mayoría de los pacientes presenta dolor articular y limitación funcional, la edad de aparición de la dolencia, la secuencia de la afectación articular y la progresión de la enfermedad varían en función de cada persona", ha explicado la especialista en Reumatología del Hospital Nuestra Señora del Rosario, Dálifer Freites Núñez.
Por su parte, la artritis cursa con dolor inflamatorio, generalmente matutino o nocturno, en ocasiones es continuo y no mejora con el reposo. Además, asocia hinchazón, aumento de temperatura y enrojecimiento de las articulaciones afectadas y, en este caso, la rigidez es fundamentalmente por la mañana. Además, la artritis, además de aquejar las articulaciones, puede afectar a otros órganos, como es el caso de la artritis reumatoide.
CAUSAS Y TRATAMIENTO
El Hospital Nuestra Señora del Rosario especifica que la causa de la artrosis es la suma de factores genéticos y ambientales. Aunque no exista una causa clara, como un traumatismo previo, hay factores de riesgo determinantes.
Destacan la edad, ya que a mayor edad, más probabilidad; el sexo, porque las mujeres tienen más artrosis que los hombres, la obesidad, la falta de ejercicio físico, las sobrecargas de la articulación o las alteraciones en la postura influyen en el desarrollo de esta patología. "Modificar estos factores está al alcance del propio paciente, tanto para prevenir, como para retrasar los síntomas y favorecer el tratamiento", según la doctora Freites.
"En la artrosis, el objetivo del tratamiento es contrarrestar el dolor, retrasar la evolución de la enfermedad y mejorar la calidad de vida. Para ello existen varias alternativas terapéuticas que incluyen medidas físicas, fármacos y cirugía", aclara la especialista.
RECOMENDACIONES
Según la experta, es recomendable que la persona con artrosis intente seguir un estilo de vida saludable.
1. Evitar la obesidad, para lo que es conveniente llevar una dieta equilibrada y realizar ejercicio de manera regular. La dieta típica mediterránea, rica en legumbres, ensalada, aceite de oliva y pescado puede ser beneficiosa.
2. Aplicación de calor local, en forma de baños de agua o mediante manta eléctrica.
3. En algunos casos concretos, es aconsejable el uso de férulas, bastón o plantillas.
4. Usar un calzado adecuado.
5. Mantener una adecuada y correcta postura para todo trabajo, movimiento o posición que se realice.
6. La actividad física es fundamental. Es conveniente practicar ejercicio aeróbico de manera regular, ya sea caminar, nadar o montar en bicicleta.
Ayuda al control de la enfermedad, a mejorar el dolor y el rango de movilidad, a controlar el peso y a fortalecer la musculatura. Es recomendable igualmente evitar los deportes de contacto físico y aquellos en los que sean frecuentes los impactos o saltos.